Antenor Guerra-García. Cuando algunos reporteros del DT de hoy recién estábamos en el colegio, él era ya uno de los cronistas más importantes de la sección. En ese Deporte Total de 1986 mezclaba las condiciones más caras -más escasas- de los periodistas que ahora se mueren por firmar notas: sobriedad, pulcritud, sentido de pertenencia, obsesión por el archivo. Una tarde le pregunté, mientras husmeábamos en la Hemeroteca del Diario El Comercio, qué cambiaría de esos tiempos fundacionales del periodismo deportivo, donde escribían Pocho Rospigliosi, Koko Cárdenas, Jorge Salazar, Mario Fernández, y tantos otros.
—Nada. Volvería al mismo lugar y a hacer las mismas cosas, exactamente.
Ese pasado es una inyección de combustible. Eso y su padre, que le contagió la pasión por el fútbol. Tantos años después, Guerra-García produce el sexto libro de su saga futbolera: “Temporadas internacionales de fútbol en Perú. 1924-1974″, donde visita nuevamente esos 50 años en los que era habitual recibir a grandes clubes y selecciones de visita en nuestro país. Una nueva reconstrucción de nuestro pasado, de urgente lectura.
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—En esta saga tuya sobre el fútbol peruano y su pasado -este es ya tu cuarta obra-, tengo la sospecha de que este libro ha sido un descubrimiento mayor. ¿Es así?
Sí, sobre todo en los primeros capítulos. Entre las décadas veinte y cuarenta, cuando empezaron a llegar a nuestro país conjuntos de renombre internacional como la selección de Uruguay que acababa de lograr la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Berlín; el Real Español con el legendario golero Ricardo ‘Divino’ Zamora, considerado en esos tiempos como el mejor arquero del mundo; el poderoso Real Madrid, dirigido por Santiago Bernabéu, que empató a un gol ante un combinado limeño en 1927. Luego arribaron cuadros argentinos y brasileños, que ya no figuran en la actualidad en las ligas grandes de sus respectivos países como Progresista Buenos Aires o el Sao Cristovao y el Bangu de Brasil.
Pelé en Lima, 1959. El rostro de esos niños lo dice todo. FOTO: “Temporadas internacionales de fútbol en Perú. 1924-1974”.
Debut sonriente de Pelé en Lima, enero de 1959. ¿Quiénes serán los niños de la foto?
José Fernández y Garrincha, 1960. FOTO: Las temporadas Internacionales en el Perú 1924-1974.
El legendario arquero soviético Lev Yashin en Arequipa antes de enfrentar al Aurora. 1964.
Omar Rossi se pesa en la balanza del vestuario de visita del Estadio Nacional 1956.
JJ Muñante intercambia toda su indumentaria con jugador de la selección de Francia. 1971.
—Luego de eso viene el gran salto, es decir, la llegada de Pelé, como si Lima fuera un paradero usual para Santos y él, ¿cierto?
Sí. Ya en los capítulos siguientes, en especial los últimos años de los sesenta y los primeros de los setenta, confirmaban lo que yo había podido apreciar de pequeño cuando iba al Estadio Nacional con mi padre y hermano mayor y pudimos ver a grandes elencos como el Santos de Pele; el Botafogo de Jairzinho, el Corinthians de Rivelino o el Cruzeiro de Tostao, todos ellos campeones con en el Scratch en México 70. También el Bayern Múnich de Beckenbauer y Muller; el Benfica de Eusebio, ente otros grandes cuadros. Lo que me sorprendieron también son los grandes elogios de los entrenadores foráneos hacia determinados jugadores y equipos, en especial a ese gran Universitario de Deportes de fines de los 60′ e inicios de los 70′.
Este proyecto, el sexto de una saga de libros futboleros que el periodista y escritor Antenor Guerra-García ha publicado en los últimos años, puede encontrarse directamente en el teléfono 975 562 582. Pronto estará también las librerías más importantes de la capital.
—¿Cual es la historia que más te sorprendió?
Hay varias, algunas tristes como el fallecimiento del golero Humberto Erba del Belgrado de Montevideo, quien falleció en 1925 en plena travesía de Montevideo a Lima luego de una apendicitis que derivó en peritonitis. Lo que pasa es que se trataba de largos viajes en vapores y un evento de salud de esa naturaleza podía tener consecuencias fatales. Una historia pintoresca se dio en 1964 cuando en pleno partido entre Sport Boys y Bangu se tuvo que cambiar la pelota pintada de blanco porque se había descolorido con el trajín del partido. Los cariocas quisieron jugar con un balón nuevo pero los porteños se opusieron. Al final se jugó con una pelota nacional menos despintada.
—¿Cómo fue el proceso de reportería para este proyecto?
Generalmente trabajo mis libros con mucha anticipación. Este último lo vengo trabajando desde hace unos cinco años. Arranco en forma cronológica. Los primeros capítulos son los más difíciles porque se trata de información muy antigua con fotografías escasas de mala calidad. Mis fuentes para esas primeras páginas son las revistas Variedades, Mundial y Sport que se publicaron en las tres primeras décadas del siglo pasado. A partir del capítulo cuatro y cinco, las revistas Equipo, El Deporte, Campeón Gol, Match y Deportegrama,0 las más utilizadas para armar las reseñas de las temporadas. Para los capítulos finales (60′ y 70′) recurrí a información de los diarios La Crónica, La Prensa, El Comercio y La Tercera, así como a revistas de esas épocas. Han sido jornadas maratónicas de investigación en la Biblioteca Nacional que sé convirtió en mi oficina en los últimos años.
—Las temporadas internacionales permitían mayor roce de los clubes peruanos. Hoy los veranos se resumen a La Noche Crema o la Tarde Blanquiazul. ¿Crees que eso ha afectado el nivel nuestro en la Copa Libertadores o la Sudamericana?
Mucho. Antes los futbolistas peruanos tenían mucho más roce. Eso se ve claramente en los años sesenta que es la década en la cual se organizan más Temporadas Internacionales. Fueron más de noventa equipos y selecciones de renombre que vienen a nuestro país con sus mejores jugadores. Te imaginas lo que ha sido para Chumpitaz, De La Torre o Nicolás Fuentes marcar a Pele, Sivori, Garrincha, Eusebio. O a Cubillas, Sotil o Chale driblear a defensores de la talla de Perfumo, Matosas, Cesare Maldini. O a Perico León, Gallardo, Pitin Zegarra o Casaretto vulnerar la valla del soviético Yashin, del uruguayo Mazurkiewicz o de los argentinos Amadeo Carrizo, Gatti o Cejas. Todo ese rodaje lo obtuvieron estos jugadores peruanos y con ellos vivimos la mejor época del fútbol peruano que nos permitió clasificar a los mundiales del 70, 78 e inclusive 82.
—Sospecho que ya estás trabajando en tu siguiente libro.
Je, sí. Es un proyecto sobre los estadios en el Perú.