Han pasado poco más de cinco años desde que Piero Alva colgó los botines. Como futbolista, el ‘Zorro’ siempre se distinguía no solo por sus virtudes dentro de la cancha, sino también por las que mostró fuera de ella. Así como peleaba cada pelota como si fuera la última, de la misma manera lo hacía por sus compañeros frente a situaciones que él sentía injustas. Fue cuatro veces campeón nacional con Universitario, pero también referente, capitán y ahora técnico. Fue el causante de uno de los goles más gritados por el hincha merengue en los últimos años: la inolvidable media tijera que decretó el triunfo 1-0 en Matute de la primera final del 2009. Con la misma contundencia que lo caracterizaba frente al arco rival, el ex-’U’ habló de todo con El Comercio y contó pasajes poco conocidos de su larga trayectoria.
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-¿Quién te puso ‘Zorro’ y cuál fue el origen de este apodo?
Yo tomo el apelativo de mi viejo. A él le decían el ‘Zorro’ y los periodistas antiguos me llamaban así. Digamos que lo heredé.
- ¿Es verdad que profetizaste a un periodista de El Comercio, a principios del 2009, qué harías el gol del título?
Sí, claro. Él me lo recordó a fin de año, la verdad a mí se me había pasado. En otra entrevista también lo dije. Esa fue mi tercera vuelta a la ‘U’, después de una salida media no resuelta. Eso había provocado una especie de división con los ultras de Universitario, o sea, los más hinchas. Por eso lancé ese comentario. En la 'U' siempre sentía confiado de lo que podía dar. Tuve la suerte de hacer ese gol importante en la final.
-¿Tienes en tu cuarto el póster de ese gol a Alianza?
No, la verdad no soy de ese tipo de jugadores. No sé si soy distante o parco en ese sentido, pero siempre he querido sacarme la costumbre de hablar en primera persona. No me gusta resaltar las cosas que hice. Igual hay cosas puntuales que la gente me recuerda y es simpático. Algo que no me pasaba antes y ahora sí es que los hinchas de Alianza me paren para tomarse fotos. Son del clásico rival, pero me respetan. Estoy contento por el gol, porque me hizo trascender, pero a veces como que opaca todo lo demás que hice. Pero bueno, es parte dé. Igual yo feliz.
- ¿Qué pasó por tu cabeza después de meter ese gol?
Fue una jugada medio confusa. Después en televisión lo ves como secuencia, pero dentro de la cancha todo fue muy rápido. Cuando decido hacer la pirueta, fue en cuestión de segundos. Yo ya había estado practicando, pero no desde ese ángulo. Entrenaba esto de volear el balón.
- ¿Sientes que Alianza exigió menos de lo esperado?
En ese momento Alianza tenía un gran equipo. Lo que sí sentí es que, en agosto, ya sabíamos que llegábamos a la final. Y, obvio, queríamos jugar ante Alianza. Nosotros nos sentíamos seguros de lo que teníamos, pero hay que ser sincero, en ese primer partido Raúl Fernández tuvo una gran actuación. Fue el actor principal para que quede 1-0. Dos o tres veces, con remates fuera del área, pudieron llegar a nuestro arco, pero nosotros teníamos un arquerazo. Tampoco es que hayan sido superiores. En el Monumental salimos todos los jugadores de la mano y, cuando le vi la cara al rival, ya sabíamos que teníamos el partido.
-El hincha de la ‘U’ te quería pero habían partidos en que se molestaba muchísimo contigo, ¿por qué se daba esto?
Sí, es realmente así. No sabría cómo decírtelo. Lo que pasa es que yo era medio individual y así eran mis características. Me gustaba sacarle de encima el problema a mis compañeros. Y como me gustaba encarar y tenía muy buen físico, no tenía problema en tener todo el día el balón. Los compañeros sabían que era así y me daban mucho el balón. El problema es que a veces fallaba bastante y la gente se quedaba con eso. Aunque el problema mío fue que no era ‘prensero’. No era de los que hacía algo bueno y estaba todo el día con le prensa entre abrazos y besos. Cuando yo hacía gol, algunos amigos periodistas me decían que no querían eso, ya que se les complicaba conseguir una entrevista conmigo. A los que les caía y me conocían, lo entendían, pero el gran grueso de periodistas no. Yo entiendo después eso, intentaban hacer su trabajo. Ellos al final quieren la nota del jugador del momento, pero a mí no se me hizo tan fácil. Al final el hincha consumía eso.
-¿No ser ‘prensero’ crees que perjudicó tu carrera?
No, no creo. Pero si hubiera sido tan solo un poquito, no mucho, solo un poquito más ‘prensero’, no sé si ahorita no seguiría jugando en la ‘U’. Hoy es tan fácil mantenerse, antes era más difícil. Hoy puedes jugar cinco partidos al año y te siguen renovando. Eres delantero, haces cinco goles y te renuevan como crack.
-¿Por qué crees que se da esta situación?
Es un poco de todo. Hay mucho empresario ya dentro del fútbol. El empresario tiene contacto para que sus jugadores estén mucho tiempo en la prensa y al final eso es lo que vende. A veces yo he visto partidos malos, en el que sus jugadores han jugado mal, y para la prensa escrita esos son los mejores del equipo. Entonces tú dices: “algo pasa acá”.
-¿En la 'U' llegan algunos jugadores a Primera por tener padrinos?
Hoy los que pueden darle dinero al empresario, al técnico o al jefe de equipo, tienen más posibilidades de llegar a Primera. Es así y todo el mundo lo sabe. Es difícil denunciar, no entiendo hasta ahora la razón. Esas son las cosas que yo no entiendo muy bien. No entiendo cómo no hay ningún tipo de penalidad. Se comprueba que hay padres que le pagan al técnico. Eso le hace mal sobre todo al muchacho, porque le haces creer algo que no es y de paso le quita oportunidades a otros chicos que sí tienen nivel.
-¿Qué hiciste con el dinero que te tocó tras vender el carro de Juan Reynoso entregó como premio del título en el 2009?
Fue algo increíble. Estaba entre rifar ese carro y que se lo lleve uno, o venderlo y repartir el dinero. Al final se dio este último. Para mí hubiera sido lindo que se rife y alguien se lo lleve. Ni me acuerdo cuánto fue, pero sí cayó un buen dinero. Era un carrazo, es que Juan tiene plata y es distinto. El dinero se repartió al año siguiente, pero a los compañeros que ya no estaban se les llamó y se les dio su parte.
-¿Les molestó que Nolberto Solano solo haya jugado ciertos partidos y se diga que los escogió?
Mira, eso depende de cómo lo maneja el técnico y la personalidad de los jugadores. Yo nunca me fijé en ese detalle. Ese año, ‘Ñol’ jugó muchos partidos. Venía de Europa y de una de las mejores ligas del mundo, por lo que creo que tenía el derecho de tomar ciertas concesiones. Siempre y cuando el técnico lo vea justo y no se falte el respeto a nadie, todo bien. Es más, ‘Ñol’ no escogió partidos, era parte de la rotación que hacía Juan. Hay que respetar la jerarquía.
-¿Te insultaron mucho los hinchas de la ‘U’ cuando te fuiste a Cristal?
Cuesta tomar esa decisión. Siempre lo dije desde el principio que yo era hincha de la ‘U’ desde chico, pero también amaba jugar al fútbol. No es como el fútbol argentino, que te puedes ir a cualquier club de provincia y entrenar bien, competir. Acá no pasa eso. Entonces, al final, si venía una oferta de Cristal, en el que siempre hay posibilidad de crecer, no venía mal. No me insultaron, pero en la primera quisieron dar a entender que me fui por dinero, cuando no fue así. En la segunda, hubo deudas que me obligaban a irme y eso se entendió.
-¿En Cristal se vive con menos intensidad el fanatismo?
No sé si con menos intensidad, yo creo que se vive igual. El tema es que son menos hinchas, eso hace que sea distinta la presión y el empuje. Otro tema es que, no sé si pase con el de Alianza, pero en Cristal hay una rivalidad interna hacia el jugador de la ‘U’. No es tan fácil recibir a un jugador de la ‘U’, tanto para el directivo como para el futbolista de Cristal.
-¿Y por qué se daba eso?
Desde los 90 se hizo una rivalidad muy fuerte y siento que el jugador de Cristal ha querido siempre defender su sitio. Sentí que el de la 'U' siempre está a prueba. Cuando se empiezan a reclamar cosas, tú no puedes hacerlo tanto porque no perteneces 100% a esa interna.
-¿Hubieras jugado por Alianza?
No, aunque me buscaron dos veces. Siempre he respetado a Alianza como institución, aunque nunca me hubiera sentido cómodo en su camarín. El de la ‘U’ es más serio, el de Alianza es más de fiesta, de picardía, de irresponsabilidad del lado bueno. El de Alianza le gusta más la huacha, el sombrero, el de la ‘U’ es más vertical y más serio, buscando siempre el resultado.
-¿Qué hacías cuando tenía un mal partido?
Uff... olvídate. Toda esa semana me la pasaba deprimido y no salía a ningún lado. Mi familia me buscaba y estaba con las luces apagadas. Era un poco exagerado.
-Pero ahora hay futbolistas que pierden un partido y salen en sus historias de Instagram como si nada...
Hay que adaptarse a eso. No puedes ir en contra porque es la realidad. No se puede pretender que las cosas sean tal cual como quiero. El tema es que hay que convencer al jugador que eso no está tan bien. Hay que sentirse mal después de una derrota. No se debe exagerar, pero sí hay que esperar el siguiente partido con el cuchillo entre los dientes. No se pueden perder dos partidos seguidos. Esto es una profesión, pero al fútbol tú jugarías así no te pagaran. Ese es el alma amateur que deben tener todos. Cuando esto se volvió solo un trabajo, ahí viene el problema. Así no hay nada que te haga sudar la camiseta.
-¿Te quedaste tranquilo con lo que hiciste en tus pasos por Bolivia, Grecia y Argentina?
Yo soy feliz con lo que hice. Sin embargo, a nivel internacional siento que pude haber trascendido más sin ningún problema. Pero no tenía los tiempos. Yo salía con la intención de cambiar de aires. Esa parte emotiva no la tenía. En Grecia me pasó que en los entrenamientos los dejaba tirados en el suelo. Yo venía de temporadas en la ‘U’ en la que hacía todo yo prácticamente. Ya en la tercera o cuarta fecha que no jugaba. Le dije al técnico belga, en un inglés recontramasticado, que me dé razones por las que no jugaba. Él me dijo que era un gran jugador, pero no quería que uno solo solucione los problemas del equipo. Yo quise matarlo. Y, justo cuando lo entiendo, lo sacan (risas).
-¿Y en Bolivia?
No, allí sí fue lindo. Oriente Petrolero era un equipo grande y se disfruta más. El ‘profe’ Carlos Ramacciotti estuvo allí y fue superbuena onda. Luego lo sacaron. Llegó ‘Platiní’ Sánchez, que era un buen técnico, pero como yo era extranjero me costó el doble. Al final acabé de titular e hice dos goles importantes. En el último partido, a 4000 metros de altura, debíamos empatar para ser campeones. En el duelo anterior un argentino me mete un puñete en la boca del estómago y me dejó sin aire. El árbitro maricón, para asegurar, nos expulsa a los dos. Me quitó la posibilidad de jugar ese final. Estoy seguro de que me iba a pasar lo de la ‘U’, meter goles en finales.
-¿Para qué estaba la ‘U’ en la Copa Libertadores del 2010?
Siempre lo comenté, aunque es mucho más fácil hablar; si nos tocaba otro equipo, podíamos haber llegado tranquilamente a cuartos de final. El gran problema fue no salir a ganarlo en el Monumental. Sao Paulo tenía un equipazo y estaba hecho para ganar la Copa, aunque en la cancha sentía que le podíamos hacer daño. Se les respetó mucho. Juan en ese sentido era muy estricto y no me parece mal. Con el cero, lo peor que te puede pasar es empatar. No está mal. Aunque de local, sabiendo que de visita es mucho más complicado, en el segundo tiempo podíamos haber dado una sorpresa yendo a presionar más arriba. Igual te lo hablo como jugador, el técnico debe pensar en el resultado.
-¿Cómo pasaste esa noche después de fallar ese penal ante Sao Paulo en la definición en Brasil?
Fue muy duro. Yo ya había pateado mil veces. Hasta ahora siento que no le pegué mal. Lo que pasa es que le pegué tan fuerte que Rogerio supo poner el pie. Era un gran arquero. Fue lo más doloroso que viví en mi paso por la 'U'.
- Hace poco, Jorge Amado Nunes dijo que tú y un grupo de futbolistas fueron sacados de la ‘U’ en el 2006 por celos hacia su persona. ¿Qué tan cierto fue eso?
Nunes no se portó bien con el grupo en general. Como yo sabía que el tipo no iba a ser alguien que iba a trascender, no le di mucha atención al tema. La primera vez que me lo crucé, él me pide disculpas. No me explicó por qué me sacó, solo me pidió disculpas. Nos encontramos en un restaurante de casualidad. Yo me acerqué y le dije que de mi parte no había ningún resentimiento. Trato de no tener rencores. Aparte me agarró de buen humor. Después de varios años me vuelve a mencionar y, hace poco, lo vuelve a hacer. Y yo siento que siempre tiene hablar de alguien para ganar prensa y meterse en un equipo. La única forma de volver al primer plano es hablar mal de alguien. Lo recuerda como si fuera un gol. !Qué increíble!
- ¿Esa mala relación se dio desde el principio?
Más allá de que vendió un humo terrible, al principio se le respetaba porque tenía pasado con la ‘U’. Luego veías cómo actuaba y su doble versión con el grupo y directivos, te dabas cuenta de que las cosas no encajaban. Como técnico uno se daba cuenta que en el día a día no daba mucho. Le dije que necesitábamos entrenar un poco más, porque no podíamos depender solo de Candelo y que yo meta el gol. El año siguiente empieza y era algo que ya no se podía sostener más. Por más que Candelo era un superjugador y yo las metía, no se puede hacer una buena campaña de esa manera.
-¿Luchaste por quedarte en la 'U' en aquel momento?
Así fue. Nunes le hace campaña a los directivos que estaban por entrar y, cuando vuelven, él regresa y nos saca. Yo tenía muy buena dirección con esa directiva, los conocía desde menores. Cuando ellos se enteran de que yo estaba en esa lista para salir, se sorprenden y me piden que yo me quede. Yo le dije a Nunes que si no vuelven todos, yo no volvía. Le dije que me hacía responsable por el comportamiento de todos, a pesar de que éramos tranquilos. Él no tenía la personalidad para hacer eso. Los días pasaron y yo dejé en claro que no iba a volver. Eso fue un detalle menor, lo realmente importante es que siempre menciona a Lucho (Guadalupe) y a mí. ¿Por qué lo hace si fuimos cinco los que salieron? No es solo hacerse el hincha de la’ U’. Aunque se molesten los hinchas antiguos, en realidad él ganó lo que ganó por el puñete a Kopriva. Nadie lo niega, fue un buen jugador, pero caramba, han llegado muchísimos mejores jugadores extranjeros que él y ninguno tiene una banderola como Nunes la tiene. Como técnico estaba perdido.
-¿Por qué Nunes mencionó que le tenían celos?
Yo ya tenía cierto aprecio por la gente porque había estado en momentos importantes del club. No era ‘prensero’ pero igual la gente ya reconocía lo que yo le había dado al club. Entonces no tiene sentido que dijera que nosotros teníamos celos. Además, nunca me andaba fijando si me querían más o menos, yo solo me dedicaba a hacer mi trabajo.
-¿Cómo era entrenar con Nunes?
Estaba perdido. Siempre fui exigente y me gustaba entrenar fuerte. Terminaba el trabajo físico y practicante se acababa todo el entrenamiento. Hacíamos un poco de fútbol y luego pelota parada. Nada más. No es que tenga la fórmula para tener éxito, pero él no entrenaba, no sabía llegar al jugador y era mala persona. Así es mucho más difícil.
-¿Mayer Candelo fue un mal líder?
Yo sí sabía que Mayer y él tenían una relación bastante cercana. Era obvio que Nunes quería que Mayer maneje el camerino. Sabía que, si Mayer lo hacía, él también iba a tener manejo del grupo. Mayer, como jugador, fue de los distintos que he conocido. Tenía un talento inigualable. Incluso lo demostró viniendo mayor. Cuando a mí me tocó llevar la cinta, siempre fui projugador.
-¿Le volverías a extender la mano a Nunes si volvieras a encontrarlo?
No, ahora sí le diría sin importar quién esté, que es una persona superhipócrita. Y seguramente me iría, porque no podría compartir un lugar con él.
-¿Fuiste poco valorado en la selección peruana?
Sí, bueno, en lo personal, siempre me tocó pelearla en situaciones difíciles. Siempre era cuarto o quinta opción en mi posición. Igual siempre esperaba mi lugar porque quería estar en todos lados. Siempre me consideré un buen jugador a nivel local. Aquí podía ayudar a mis compañeros. A nivel internacional era más complicado. Igual siempre dejé todo. Era duro, porque el jugador entraba con el objetivo de no ser goleado. Yo siempre fui más rebelde, enfrentar a cualquiera, pero tienes que tener compañeros así.
-¿No hubo buenos grupos humanos hasta antes de la llegada de Ricardo Gareca?
No me fijaba en eso. Lo que sí me daba cuenta es que, a la hora de entrenar, uno tiene que marcar siempre igual a los referentes, y eso no pasaba. Se los miraba como ídolos más que como compañeros. Por eso no les metían la pierna o el hombro como debían ponerlo en una práctica. Los dejaban pasar.
-¿Te arrepiente del polémico gol que le marcaste a Juan ‘Chiquito’ Flores?
Es una buena pregunta. Es gracioso porque, antes de ese gol, ya habíamos tenido algún problema. Como que nunca se zanjó eso. Yo estuve fastidiado por todo lo que habló. Es uno de los pocos con los que nunca más me crucé. Para mí es una anécdota graciosa, aunque para él sea incómodo. Él tendría que aceptar que fue un error suyo o el de su compañero. Yo como jugador compito. Creo en el fair play, pero Juan no era un tipo que pudiera exigiera un fair play. Juan, a la más mínima, te dejaba la pierna en la cintura. Yo sabía que él no tenía nada. Fui a 10 km por hora para esperar que la tire y nunca pasó. Me dijeron en el momento que tenía que devolverla, pero no, yo no devuelvo nada. Él cometió el error y que él se haga cargo.
-¿Qué problemas tenían con ‘Chiquito’ antes de aquel día?
Juan llega a la ‘U’ cuando yo ya estaba promovido al primer equipo. He visto lo que le costó hacerse un nombre. Siempre fue medio bonachón, aunque en sus formas siempre fue tosco. Algunas veces, cuando andaba de mal humor, se me hacía difícil aguantarle la forma de reclamar las cosas. Por eso hubo un problema que no quedó cerrado. No le guardo ningún rencor. Yo me acuerdo acercándome y levantándolo para que pelee su posibilidad de jugar. Él no se debería olvidar esos detalles. Si me lo cruzo, le tiraría un chiste. No sé cómo reaccione, pero no tengo ningún rencor. Eso sí, volvería a hacer ese gol.
PING PONG
-¿Cuál fue tu mejor gol con la ‘U’?
Técnicamente, uno que le hago a Cristal en el Monumental. Fue tras pase de Mayer Candelo y le pegué de empeine.
-¿ El mejor técnico que tuviste?
Varios. Lucho Reyna, quien me enseñó fundamentos. Luego Chale, Sampaoli, Basualdo, Juan Reynoso, Piazza. Son muchos.
-¿Quién debe ser el próximo técnico de la selección peruana?
Juan Reynoso.
-¿El peor insulto que recibiste?
Mentadas de madre.
-¿El defensor que más le pegó?
José Soto, Ernesto Arakaki y Adrián Zela.
-¿Alguna vez te quisieron ‘romper’ en una cancha?
En el 2014, un muchacho sub 20 del que no recuerdo su nombre. Estuve un mes fuera.
-¿Eras de pegarle al defensor rival?
No, pero sí chocaba mucho.
-¿Qué hiciste con su primer sueldo?
Me fui a comprar un televisor y luego una radio. Arreglé cosas en mi casa.
-¿Un defensor al que le metiste un ‘baile’?
Jugué hace poco con él en fútbol 7. Me gritaron que lo vuelva a retirar (risas). Era ex-Cristal. No diré su nombre.
-Si pudieras volver a tu mejor estado físico y solo tuvieras una oportunidad, ¿jugarías un clásico o un partido de Eliminatoria?
Qué linda pregunta. Me quedo con el clásico.
-¿La ‘U’ campeón de la Libertadores o la selección campeona de la Copa América?
Yo me he jurado sacar campeón a la ‘U’ en la Libertadores. Es mi sueño. Seguro tendré un tiro en su momento, espero no fallar.
-Meterle un gol a Alianza era..
Un clásico.
-Universitario es...
Mi lugar en el mundo profesional.
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