En las vísperas del 28 de julio, rozando ya la medianoche, se ha vuelto una especial costumbre que el Himno del Sport Boys empiece a retumbar con fuerza en varios rincones del Callao antes que el mismísimo Himno Nacional del Perú. Las Fiestas Patrias, en esta fecha, suelen pasar a segundo plano en el primer puerto chalaco. Ahí (aquí) no hay mayor fiesta que la del aniversario del club rosado. Ya son 95 años de mucha historia, casi 100, en los que ‘La Misilera’ ha sabido alcanzar la gloria, pero también ha tocado fondo, inevitablemente.
Mientras muchos dormían o intentaban conciliar el sueño, los hinchas del Sport Boys estaban más que despiertos a la medianoche. Armados de bengalas, banderas e instrumentos, los rosados adornaron varias calles chalacas con puro sentimiento para cantarle ‘Happy Birthday’ a su amado club. El presente, claro, no es el mejor. Pero se ha lidiado con cosas peores.
MIRA- Héroes deportivos que debemos recordar siempre en Fiestas Patrias
Para empezar, todo comenzó un 28 de julio como hoy, pero en 1927, cuando ‘La Misilera’ vio la luz en una casa de la Av. Saenz Peña con el Himno Nacional de fondo. Fue un grupo de ‘boys’ del colegio Maristas del Callao, liderados por Gualberto Lizárraga (primer presidente del equipo), quienes levantaron el telón de una hermosa y especial aventura color rosa que no prevé un final.
Ahora, el Centenario se aproxima. Está ya más cerca que nunca. Seis estrellas pegadas en a la altura del corazón. Aventuras que van desde Jorge ‘Campolo’ Alcalde y Valeriano López hasta Carlos ‘Kukín’ Flores y Ricardo ‘Agüita’ Luna. Desde la barra ‘Vamos Boys’ de Oriente hasta la ‘Juventud Rosada’ de Sur. Desde Gualberto Lizárraga hasta el hoy elegido por la SUNAT, Alfredo Matayoshi. Todo ello ha compuesto, en 95 años, la rica historia del Sport Boys, que se seguirá escribiendo con fragancia a Patria, a pesar de todas las adversidades.
Problemas incesantes
El barco del Sport Boys, lamentablemente, se ha encontrado muchas veces a la deriva. Escapar de la intolerante crisis ha representado una misión prácticamente imposible. Hasta hoy en día, lo sigue siendo. Pero los porteños no han abandonado ni piensan hacerlo ahora o más adelante.
Precariedad, deudas millonarias, problemas dirigenciales, pérdidas de puntos y muchas cosas más han puesto contra las cuerdas al Sport Boys a lo largo de su historia. En la actualidad, no existe ninguna excepción. Pese a que la aflicción parecía haberse terminado con la vuelta a un torneo internacional (Copa Sudamericana) después de 20 años, lo cierto es que aún hay estragos grandes de la crisis.
El club chalaco, que fue sometido a un proceso concursal desde el 2012 por una deuda de casi 14 millones de soles, tiene a Yuly Herrera como su administradora provisional desde finales de agosto del 2021. Pero no duró ni un año. Ante los constantes problemas, Yuly decidió renunciar hace unas semanas y ahora la SUNAT designó a Alfredo Matayoshi para que tome las riendas de la institución rosada.
Esta campaña 2022, que prometía mucho en el Callao, no ha iniciado tan bien como esperaba el Sport Boys, sufriendo pérdidas de puntos como castigo de parte de la Comisión de Licencias de la Federación Peruana de Fútbol por incumplimiento de pagos. La historia de siempre.
La situación ha estado tan crítica que los jugadores del primer equipo de ‘La Misilera’ hicieron pública su denuncia contra la directiva, en febrero, por las pésimas condiciones laborales con las que tenían que lidiar. La falta de pagos (remuneraciones) y las condiciones inadecuadas en los entrenamientos del plantel fueron sus principales puntos de reclamo expuestos. La administración de Yuly Herrera, en su momento, se reunió con el plantel y solucionó este problema.
Pero eso no acaba ahí. La SAFAP, Agremiación de Futbolistas Profesionales, ha denunciado reiteradas veces al club chalaco este año por incumplir con los convenios de pagos de deudas. Incluso, Roberto Silva, presidente de este sindicato, aseguró que la deuda de ‘La Misilera’ “es la más grande de todas”.
Como si fuera poco, algunas jugadas administrativas, como el cambio de sede, no han salido bien. Debido a las obras que se están realizando en el Estadio Miguel Grau, Sport Boys mudó su localía al Alberto Gallardo en un partido contra Melgar (derrota por 1-0) y los números fueron en rojo.
Entre la desesperación y angustia, el club porteño anunció una pérdida de más de 21 mil soles después de ese encuentro y exhortó a sus hinchas a que les puedan acompañar en sus próximos partidos en casa para evitar más pérdidas. Desafortunadamente, los rosados siguen jugando como locales en recintos ajenos, aunque ya no se ha vuelto a hacer público qué tanto está afectando esa situación.
En medio de todo este infortunio, Sport Boys quiso recomponerse de cara al Torneo Clausura con refuerzos importantes que le den una mano al menos en lo deportivo. Así, el club llegó a comunicar la contratación de Hansell Riojas y el uruguayo Martín Bueno. Pero antes la Comisión de Licencias ya le había puesto otra infracción a ‘La Misilera’: le prohibió reforzarse en el último mercado de pases. Esos fichajes, finalmente, quedaron en la nada.
Más grande que sus crisis
Sí, son varios problemas los que afronta el Sport Boys. Pero no se trata de ninguna novedad. Con peores cosas se ha tenido que tolerar en el Callao y los rosados siempre han sabido sobreponerse a todas las adversidades y salir adelante. Y es que el club es mucho más grande que todos sus problemas.
En toda su historia, Sport Boys ha luchado por evitar descender hasta 20 veces. Llegó a caer al abismo en 1987, 2008 y 2012. Incluso, el último descenso fue tan grave que ya en el 2016 estuvo muy cerca de descender a la Copa Perú. Pero eso no ha desilusionado en ningún momento a los chalacos, porque eso no es lo que realmente manda en ‘La Misilera’.
La historia siempre le ha respaldado de la mejor manera al club rosado, el cuarto más ganador del país. Sus seis coronas no han sido ninguna casualidad, su reconocimiento como primer campeón del Perú en la era profesional tampoco lo es.
En las páginas más gloriosas del club está una llamada “Berlín 1936″, cuando once rosados se pintaron de ‘Blanquirrojo’ para entonar a todo pulmón el Himno Nacional-uno de los más bellos del mundo- en los Juegos Olímpicos de aquel año. Historia pura.
Asimismo (y no es para menos), la camiseta del Sport Boys es la única del fútbol peruano que se puso Diego Armando Maradona, ídolo del fútbol mundial. Y es que llevar la piel rosada es un auténtico privilegio.
Es cierto que, últimamente, ser hincha del club porteño ha representado una gesta apta solo para valientes. En el Callao se ha vivido siempre al límite. Pero hay hazañas y acontecimientos honrosos, en los cuales refugiarse y que, además, demuestran que el destino del Sport Boys no es la ruina, sino la gloria. Porque “no hay en el suelo chalaco un solo muchacho con más de un pulmón, que no ande ronco los lunes por tantos chimpunes que dio al Sport Boys”, un club casi centenario.
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