Con el saco desarreglado de tanto abrazo y forcejeo, y agitando los puños apretados, como si fueran golpes sobre una mesa, Ángel Cappa liberó de sus entrañas esa ira contenida. Y de su boca salió una secuencia de palabras que, años posteriores, pasó a ser filosofía. «Contra todo, contra todos», gritó el argentino con apariencia desencajada, pero con una certeza bíblica de lo que decía. Sin saber, aquella tarde, que los hinchas repetirían religiosamente su frase año tras año. Simultáneamente, en el medio del campo, un jovencito con la dorsal 25 era cargado en hombros. Medía 1.70, tenía el pelo corto y su apellido estremecía. Era Johan Sotil.
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¿Una alegría justificada? Sí, fue el sentir de un pueblo, el crema, en la voz de Ángel Cappa. “El título imposible”, lo recuerdan ahora. Pero es, en realidad, de esas hazañas que no encajan en un adjetivo huérfano. Se requiere más, y tal vez por eso el entrenador le dedicó páginas enteras en uno de sus libros. Hecho merecido, si se desmenuza lo sucedido: le ganaron en la final a Alianza Lima, su clásico rival, jugando en Trujillo, viniendo de atrás en la tabla, con un plantel prácticamente ad honorem, y decisiones arbitrales para el debate eterno.
Sin embargo, detrás de ese «Contra todo, contra todos» hubo un equipo comprometido, arraigado en la costumbre de pelear ante la adversidad. Hubo un ‘Chemo’ gigante y un ‘Puma’ caudillo. Hubo, también, un Ibáñez seguro y un Pereda cuajado. Pero quien rejuveneció a ese Universitario de puros ‘experimentados’ y le dio un golpe de frescura en la final del Apertura 2002 fue Johan Sotil. La tarde del 7 de julio, en el Mansiche de Trujillo, el ‘Cholito’ fue más ‘Cholo’ que nunca, y llevó bien puesto el apellido de leyenda.
-Pequeño ‘gambetero’-
Ausente en el primer partido en el Monumental (1-0 a favor de la ‘U') por acumulación de amarillas, Johan Sotil arribó recargado a Trujillo. Ángel Cappa no dudó en poner a ese joven de 19 años desde el inicio para enfrentar a José Soto, Carlos Barrionuevo y Juan Carlos Bazalar. Y no se equivocó, pues ese día, el ‘Cholito’ hizo y deshizo. El mayor de los hermanos Soto aún lleva un amague tatuado al borde de su cintura.
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Quien también padeció con la adolescente picardía de Sotil fue Wenceslao Fernández. El central del cuadro blanquiazul vacunó una, dos y hasta tres veces, al límite que tuvo que ser cambiado para no caer en la expulsión. “Luché durante los noventa minutos. Sentía una marca fuerte, pero encaré. La más fuerte fue la de Wenceslao, que me dio en los gemelos y me produjo dolor y molestia”, comentó el delantero crema luego de dicho partido.
En las páginas de El Comercio, la presencia de Johan tuvo aplausos escritos. Y la crónica del título de la ‘U' utilizó estas líneas para su prometedor juego:
“(Universitario) Lo apretó en toda la cancha, no lo espero en la propia agazapado y tembloroso. Le cambió el libreto con la presencia de Sotil desde el inicio y por lo tanto con dos puntas al acecho tapando las salidas de los laterales e impidiendo la salida de Soto, que ayer empalideció por primera vez en el Apertura ante la presencia del ‘Cholito’, que literalmente ‘jugó’ con él. Una irreverencia que Pepe nunca logró castigar”
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Aquella edición del Universitario campeón, publicada un día después, el 8 de julio, tuvo más partes de homenaje para Johan, quien fue también elegido como el mejor jugador del partido. Para ello, El Comercio le dio un merecido 7 de puntuación y le otorgó estas palabras en justificación: “El ‘Cholito’ le rompió la cintura a la zaga íntima, no marcó ningún tanto, pero fue pieza clave en el campeón”.
-Ángel de la guarda-
Desde su debut dos años atrás, de la mano de Roberto Challe, Johan Sotil dio muestras de talento y rebeldía –pero, de la buena–. Luego, se le escaparon las oportunidades; o para ser sinceros, no se las dieron. Hasta que, en el 2002, Ángel Cappa vería en él ese desequilibrio que necesitaba. Y el tiempo le dio la razón. “Al final, acertamos con Johan Sotil, el chico la rompió”, confesó el estratega argentino después de la segunda final en Trujillo.
“Yo siempre trato de hacer bien las cosas, el ‘profe’ Ángel Cappa me pide que encare bastante. Ahora nos toca celebrar. Es la primera vez que salgo campeón en Universitario jugando de titular. Me costó mucho esfuerzo ser considerado, el entrenador sabe bastante de fútbol y te da la confianza de salir al campo y hacer lo que sabes. Te habla mucho antes del partido. Motiva”, agregó el ‘Cholito’ sobre la importancia del argentino en su juego.
Y para no dejar dudas de su importancia en la final, El Comercio lo calificó así en el ‘Uno por uno’ del encuentro: “A pura gambeta y velocidad, el ‘Cholito’ trajo locos a los blanquiazules, e incluso generó varias posibilidades de gol…”.
Pero su actuación no fue solo un partido, fue un torneo. Por eso, en 2002, este diario colocó a Sotil en el ’11′ crema ideal del Apertura con una puntuación promedio de 5.5. Esa alineación tenía a Óscar Ibáñez (6.1); Jhon Galliquio (5.5), Rubén Díaz (5.6), Mario Gómez (5.4); Roberto Molina (5.4), José Carranza (4.9), José Del Solar (6.9), José Pereda (4.9); Martín Villalonga (6.3) y al ‘Cholito’.
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-”Lo hizo bailar”-
Si hay una jugada que marcó a Johan Sotil en ese campeonato fue su encuentro con ‘Pepe’ Soto: un amague que aún nadie olvida. Con 32 años bien vividos y dos pasos por el fútbol de México, José lo quiso detener en el medio y salió mal parado. El ‘Cholito’, con sus 19 y un camino aún por andar, lo llevó, lo trajo y lo amagó y lo dejó atrás.
18 años después, esa escena fue recordada por Jefferson Farfán y Paolo Guerrero. El primero estuvo en Alianza Lima (ingresó en la final en Trujillo y salió expulsado a los 10′) ese año y vio desde primera fila el atrevido baile con Soto.
“El ‘Cholito’ Sotil jugaba mucho. Nunca me voy a olvidar lo que hizo con mi tío ‘Pepe’ Soto. Le quebró como tres costillas, le metió un baile. Me dio pena mi tío. En ese tiempo, Johan estaba en su mejor momento en la ‘U'. Increíble lo que jugaba. Y lo que hizo con Soto, lo reventó”, comentó la ‘Foquita’ en una de sus tantas conversaciones por Instagram Live.
-Su mejor amague-
Sin embargo, contra todo y contra todos, el pequeño Johan –hoy de 37 años y jugando en Segunda–, artífice de ese inolvidable título de Universitario en el Apertura 2002 y que fue cargado en hombros en el Mansiche de Trujillo, confesó luego ser hincha del equipo rival, del subcampeón del torneo, de Alianza Lima. Y hasta reveló que creció con los goles de Waldir Sáenz como inspiración. Ironías de la vida. Aunque esa es otra historia.
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