En la esquina de Abtao e Isabel La Católica, rincón del clásico peruano, el rugido de once pechos cremas silenció a un Matute repleto de corazones blanquiazules. Once contra el mundo, contra un ambiente caldeado y una lluvia de expulsiones. Once para guerrear, y luego, con diez para presionar y cerrar. Y ganar, claro: 2-0. Ganar porque este año cuesta tantísimo, porque se fue Valera y -hoy- comenzamos a querer más a Succar, y porque la historia de Universitario se ha escrito con emotivos capítulos de adversidad. La tarde victoriana, desde la efectividad, fue para la ‘U’ que se llevó tres puntos que suman en la tabla de la Liga 1 y elevan la moral.
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Se sintió tan en contra el partido para la ‘U’, y no solo por la semana previa con el exagerado favoritismo de Alianza Lima, que el primer chimpunazo de Federico Alonso le costó un desgarro en el muslo derecho. Tres minutos y cambio obligatorio: al campo Leonardo Rugel, sus 21 años y 15 partidos en Primera en los galones. Aquí pudo comenzar a escribirse la historia del triunfo.
Carlos Compagnucci echó mano de la táctica y le encontró las fisuras a un cuadro íntimo al que se le evidencia la falta de gol. Sin subestimar a su plantel, el técnico no se sonrojó con una orden clara para Andy Polo y Alberto Quintero. Los extremos taparon las salidas y atacaron los espacios vacíos que dejaban los marcadores Gino Peruzzi (se salvó la expulsión tras planchazo a Polo que lo trajo loco) y Ricardo Lagos. A partir de este planteamiento, el trabajo de Murrugarra, Guivin y Quispe en el mediocampo contó con la exigencia de morder tobillos y rastrillar el césped de Matute. Además, una defensa lideraba por la sobriedad de Quina y el empuje de Corzo le puso 20 de nota a la pizarra merengue.
¡CELEBRAN LOS CREMAS! Así fue el festejo de los jugadores de @Universitario 🟠 tras la victoria por 2-0 ante @ClubALoficial ⚪️🔵 en el Alejandro Villanueva 🏟️. Los de Carlos Compagnucci se mostraron eufóricos en el cierre de #ElClásicoXGOLPERU ⚔️🇵🇪. #LIGA1BETSSONXGOLPERU pic.twitter.com/34yA6VPG1W
— GOLPERU (@GOLPERUoficial) September 4, 2022
Intensidad y altura
Carlos Bustos, en cambio, confió en sus mejores hombres y en los agónicos resultados de los últimos partidos (tres victorias por mínima diferencia y un empate 1-1). Intentó con las asociaciones de Concha y Lavandeira, confió en la inventiva de Benavente y en la experiencia de Barco. Nada funcionó como lo esperado. Todo intento, al menos en los primeros 45′, se encontró contra las manos firmes de José Carvallo.
En la segunda etapa, la ‘U’ tomó el real protagonismo. Se apoderó del balón (llegó a tener el 55% de posesión siendo visita) y buscó por cielo y tierra usar la pelota parada como mejor arma de ataque. El 1-0 fue resultado de esta fórmula. Cabanillas centró desde oriente, Quina pivoteó desde occidente y Rugel rugió en sur baja para darle la quietud al comando.
El cimbronazo se sintió en el banco victoriano. Ingresó Paolo Hurtado para terminar jugando de mediocentro y, después, Aguirre para meterse en el área crema donde llovían zapallos, sandías y melones en vez de un buen pase gol. Según Sofascore, solo Lavandeira tiró 11 centros sin ninguna respuesta. Peruzzi (5), Lagos (3) y Arley Rodríguez (2) también lo intentaron.
Cuando el partido quedó perfecto para el contraataque crema, Andy Polo y Alberto Quintero dieron cátedra por sus lados. Paciencia y velocidad para que la primera línea blanquiazul pierda los estribos. Sin embargo, fue Alexander Succar quien peleó un balón suelto sobre la línea de occidente. Avanzó con determinación y dejó atrás a Vílchez. Ya frente a Ramos solo tuvo que amagar hacia adentro para encontrarse con el pie derecho de la Sombra. Penal a falta de 10′ (que fueron 17′ con descuentos). El mismo delantero crema le dijo a Quina, encargado de los cobros desde los 12 pasos, que él se hacía responsable. Un puntazo derecho esquinado firmó el gol definitivo y abrió la polémica.
En la celebración, Succar hizo un gesto hacia las tribunas. ¿Y dónde están?, se preguntó. Lo único que encontró fue un empujón de Hurtado y la tarjeta roja del árbitro Augusto Menéndez. El juez también fue firme al amonestar a Novick en la zona de suplentes, y al expulsar a dos asistentes de Compagnucci y al médico de la ‘U’.
Con los papeles invertidos, y con todo en contra, Alianza Lima sacó a Jefferson Farfán del banco. La Foquita ingresó a los 84′, y en menos de 15 minutos de juego no tuvo ninguna intervención. Mucha expectativa para tan poca exhibición.
Todo el ambiente fiestero del inicio se fue apaciguando. La ‘U’ durmió el partido con los tres puntos en la mochila y en el pitazo final se abrazó de la emoción. Si hay una lección dominguera, se escribe con tinta estudiantil: no nació ningún equipo que haya ganado un partido sin antes haberlo jugado.