Alianza Lima consiguió un contundente triunfo sobre Universitario (1-4), en el Estadio Monumental, en una nueva edición del Clásico del fútbol peruano. El encuentro se disputó con intensidad, pero la deportividad nunca quedó de lado, como lo mostró Josepmir Ballón tras el pitazo final: consoló a Piero Quispe, volante de la ‘U’, quien se encontraba afligido.
El mediocampista crema no pudo redondear una gran presentación, más allá de algunos chispazos que tuvo en la primera mitad. Sin embargo, como casi siempre que jugó, lo entregó todo. Ballón, lejos de centrarse en los festejos y la alegría por la victoria de los ‘Blanquiazules’, se tomó el tiempo para acercarse al joven jugador de la ‘U’, con la intención de dejarle un mensaje.
Piero Quispe, de 20 años, aún tiene mucho recorrido por delante, y seguramente esta derrota en el clásico le servirá de mucho para fortalecer su carácter y hacer de él un jugador más competitivo y completo. Para eso, que mejor que el respaldo de un experimentado como Josepmir.
Las sensaciones de Gutiérrez tras el clásico
Tras el partido, Álvaro Gutiérrez, DT de Universitario, dio un discurso ante la prensa acerca de lo que observó en el campo, pero decidió no responder preguntas. “Me siento dolido por la manera en que se desarrolló el cotejo. Creo que no hay esa diferencia en el marcador. El encuentro empezó de manera pareja, donde tuvimos 10 minutos de desconcentración y ahí vinieron los dos goles de ellos”, indicó inicialmente el entrenador uruguayo.
“A partir de ahí, jugamos desordenados, desatentos, ese 2-0 nos sacó. No estuvimos claros, no fuimos precisos en el control de la pelota ni el pase. No estuvimos atentos en la presión posterior al perder la pelota. Cuando vas perdiendo en casa, con tu hinchada, esas cosas pueden pasar, y no es una excusa”, agregó el estratega.
De la misma forma, Álvaro Gutiérrez explicó que el desenvolvimiento colectivo de su plantel no fue el óptimo: “El gol que hicimos y todos nuestros intentos, fueron por individualidades. No se dieron por orden, por llegadas hilvanadas y la verdad es que me voy triste”.