Pablo Bengoechea nos podría estar enviando un mensaje oculto con su última convocatoria a la selección peruana para los amistosos FIFA de septiembre. Sin Claudio Pizarro y sin Juan Vargas quizás nos estaríamos encontrando con una etapa de renovación para apoyar y aplaudir. Ya nos hemos sumergido mucho tiempo en el corto plazo y casi siempre nos ha ido mal. Mejor es redefinir un nuevo equipo base para los próximos cinco años y no tener problemas de edad ni tampoco de indisciplina.
Lo más probable es que Bengoechea prefiera opinar de los que están en lugar de explicar ausencias. Sin embargo es importante leer este último llamado para los partidos en Asia. Ya no es una decisión repentina, sino una tendencia. Claudio Pizarro y Juan Vargas no han estado en los llamados para jugar los partidos en la gira europea (si iban a formar parte del proceso debieron estar) ni tampoco están ahora para la expedición asiática.
¿Cómo se puede interpretar esta decisión del entrenador uruguayo? Es muy sencillo reducir suspicacias afirmando que Bengoechea "ya conoce a Claudio y a Vargas". No se trata de eso, se trata de reimpulsar un proceso después de haber tocado fondo en los últimos años. Si vamos a rearmar la base ellos deberían estar siempre para liderar en este plantel. Que no estén siempre merecerá una explicación.
Claudio Pizarro cumplirá 36 años en octubre. Aún sigue vigente en Europa y, nadie lo duda, debe ofrecer mejores rendimientos que cualquier otro atacante peruano del medio local. Pero eso solo sería válido si pensamos en tiempo presente y en una Copa América que se jugará dentro de 12 meses. Las Eliminatorias se iniciarán cuando nuestro capitán haya cumplido 37. No es afiebrado agradecerle por todo lo entregado y aplaudir un paso al costado. Eso servirá para que jugadores Yordy Reyna, Jean Deza o el mismo Ruidíaz pueden tener más fogueo internacional y mejorar. Quizá ninguno jamás llegue a ser un Pizarro pero tienen derecho a tener protagonismo en el futuro cercano.
Lo de Vargas sí puede despertar más de una interpretación. Bengoechea lo conoce y ha conversado mucho con su antecesor (Sergio Markarián) sobre él. Ambos saben lo que el ‘Loco’ genera en el plantel y cómo se comporta dentro del equipo. A veces los comandos técnicos de la bicolor han tolerado el desorden de Vargas porque en la cancha recibían recompensas con sus rendimientos. Hoy no ocurre eso. Las últimas Eliminatorias de Vargas fueron desastrosas. No tiene la edad de Pizarro pero si quiere volver tendrá que ganarlo en la cancha. Primero que sea titular de la Fiorentina, que mantenga su estado físico, que no salga más en ampays y que recién allí recupere su calidad de convocable. Hace bien Bengoechea en retirarlo de la lista de imprescindibles.
De momento tendremos a Paolo Guerrero como posible capitán de un equipo joven con una apuesta de renovación para aplaudir. Hemos discrepado con los silencios iniciales de Bengoechea. Pero si ha decidido iniciar la renovación en el fútbol peruano sin Pizarro ni Vargas yo lo apoyo. No espero clasificación a mundiales, solo quiero ver un equipo que mire hacia el día después.