Era enero del 2013. La selección Sub 20, dirigida por Daniel Ahmed, daba señales de esperanza al alicaído momento en que se encontraba el fútbol peruano. Su equipo no solo participaba en el Sudamericano de la categoría que se jugaba en Argentina, competía. Además, lo que era aún más importante, dejaba varios nombres para tomar en cuenta de cara al futuro: Diego Chávez, Yordy Reyna, Wilder Cartagena, Cristian Benavente, Andy Polo, Edison Flores y, por supuesto, Jean Deza. Este último se distinguía del resto con facilidad. Vertical en su juego, veloz, potente para ganar las pelotas divididas y con una gambeta endemoniada, pero al mismo tiempo resolutiva. Esa que no solo sirve para el aplauso de la tribuna, sino también para desmoronar férreos sistemas defensivos, para hacer sangrar al rival.
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Nadie ponía en duda la calidad y gran futuro de Deza, una joya en bruto que ya brillaba con luz propia. Pero el destino a veces es caprichoso y va contra la corriente. Siete años después de esa fresca aparición en nuestro fútbol, Jean volvió a repetir los errores de tantos grandes talentos que no optaron por elegir los falsos caminos alejados del profesionalismo. El delantero fue sancionado por Alianza Lima con cinco días sin goce de haber por sus constantes actos de indisciplina (fue protagonista hasta de cuatro ‘ampays’ en los últimos dos meses). La última fue el claro mensaje de que el fútbol pasa a un segundo plano en las prioridades. Las cámaras de un conocido programa de espectáculos lo captaron fumando y tomando, al mismo tiempo que sus compañeros se encontraban concentrados para jugar el último clásico ante Universitario .
Como respuesta, el Fondo Blanquiazul, grupo de socios que dirigen la institución íntima, pidió a la administración blanquiazul que resuelva el contrato del jugador. Por temas legales, Deza no pudo ser expulsado. Sin embargo, el consenso en Matute es que poner en vereda a Deza ya es una misión imposible. Pese a que siga ligado al club, ya tiene el cartel de persona no grata. No lo quieren más.
¿Pero cuál fue el camino que recorrió Deza para volver a tener este 2020 una nueva oportunidad en Alianza Lima? ¿Y cómo pasó de ser el chico revelación del fútbol peruano a un joven, ya de 26 años, que no aprende de los errores y que no tiene reparos en tirar su carrera al tacho?
DEL CALLAO A ESLOVAQUIA
Siendo el menor de cuatro hermanos varones, Deza fue criado en el Callao, lo acogió la Academia Cantolao pero nació futbolísticamente a nivel profesional en Eslovaquia. En agosto del 2011, el atacante hizo su debut en Primera División con el MSK Zilina. Allí no solo fue titular, sino que ganó la Superliga y la Copa de Eslovaquia. Disputó 24 partidos en su primera temporada y 7 en la segunda, llegando a marcar dos goles. Es decir, tuvo continuidad en su primera experiencia en el extranjero.
Sin embargo, Deza se aburrió del frío clima eslovaco, del idioma y fue presa de la nostalgia por regresar al país que lo vio nacer, por eso decidió volver. La San Martín, club que no suele contratar a un joven si no le ve proyección a futuro, lo repatrió. Lo miraban como una gran inversión económica que, meses más tarde, daría sus frutos mediante la gran venta a una de las cinco grandes liga europeas. Y, precisamente, es justo aquí que empieza el tour de Deza por un sinfín de equipos en donde nunca pudo consolidarse. Deza jamás recuperó el nivel de aquel Sudamericano Sub 20.
TROTAMUNDOS SIN RUMBO
En la San Martín (2013) apenas marcó un tanto en diez partidos y, en sus tres primeros años en el Montpellier de Francia, fue un sube y baja entre el primer equipo y la reserva. Allí, en 28 encuentros, solo pudo marcar tres tantos. Pese a ello, Alianza Lima decidió contratar sus servicios por seis meses a modo de préstamo. Era la primera vez que Deza se enfundaba la blanquiazul y la expectativa era altísima. No obstante, el buen arranque que tuvo se fue diluyendo con el paso de los partidos. Como se dice, era un jugador para el último cuarto de hora. Su físico no le daba para 90 minutos, además mostraba una desesperante intermitencia en el campo de juego. Esa ecuación provocó su nuevo fracaso. Para colmo de males, fuera de la cancha ya empezaba a ser noticia por un hecho bochornoso: fue denunciado por su expareja por agresión física.
“Jean tiene cinco denuncias por agresión física, yo le puse cuatro de ellas, siendo la primera en el 2011 y las restantes en este 2015. Además, una chica de apellido Pereyra también le puso una demanda por agresión física, ya que le rompió el tabique. Lo peor de todo fue que Jean no se presentó a ninguna citación y ahora está envuelto en este problema”, dijo en aquel momento la ex pareja del futbolista.
Fue justamente por este motivo, y su pobre estadística (cero tantos en doce partidos), que Alianza decidió dejarlo ir nuevamente para que se reincorpore al Montpellier, dueño de su pase. Las cosas no mejoraron para él, ya que en doce encuentros no hizo la diferencia y tuvo que hacer las maletas para jugar en el Levski Sofía, de una liga de menos exigencia como la búlgara. En doce encuentros no pudo ganarse un lugar dentro de los titulares y otra vez miró a nuestro país como posibilidad para resurgir como el ave fénix. Su segundo regreso al fútbol peruano estaba cantado.
LA REDENCIÓN FALLIDA
Tanto en Sport Huancayo (2018) como en UTC (2019), Deza tuvo chispazos de buen fútbol. Estos eran suficientes para pensar que el extremo todavía no era un caso perdido. Aunque, por supuesto, jugar en cuadros de provincia no lo dejaban expuesto mediáticamente como sí sucede al hacerlo en un club de la capital. Hay muchísimos casos en donde el futbolista se aprovecha de ello para seguir por camino el incorrecto. No obstante, estos destellos futbolísticos le dieron a Deza la oportunidad de regresar este año a Matute, de poder redimirse con el Comando Sur. Y su vuelta fue aplaudida por el mismo Daniel Ahmed. “Vi a Jean Deza y me siento muy contento. Los errores que cometen los jóvenes, casi el 100% es responsabilidad de los alumnos. De la poca formación que le pudimos dar en su momento. Eso es lo que debemos mejorar a futuro”, indicó su extécnico.
En La Victoria, Deza comenzó con el pie derecho. Su cambio parecía ser real y hasta se animó a darle consejos a Kevin Quevedo, otro futbolista nacional que también había equivocado su camino. “Le dije tienes talento, no te equivoques, mira cómo terminé yo, no te equivoques, hay que ser un profesional. Me escuchó y la pasamos bien. No pensábamos que la foto iba a ser viral”, comentó Deza sobre su charla con Quevedo. Días después apareció en su primer 'ampay’ junto a su compañero Carlos Ascues. Como una forma de perdón al hincha, marcó un gran tanto en la Noche Blanquiazul ante Millonarios de Colombia.
Sin embargo, el mismo Deza, como ya se sabe, no tardó mucho en volver a sus viejas andadas. El ex-UTC y sus indisciplinas se volvieron caserito del ya mencionado programa de espectáculos. Él solo se puso la soga al cuello. Ni siquiera el mismo Ricardo Gareca salió en su defensa, como sí lo hizo al principio, indicando que era una invasión a su vida privada. “Tenemos contrato firmado, hay cosas que no podemos hacer. Tenemos que llevar una vida saludable; si ya pertenecemos a un equipo que está en la liga profesional, somos personalidades importantes”, apuntó el técnico de la selección.
LAS ESTADÍSTICAS DE DEZA
Club | Partidos jugados | Goles |
---|---|---|
MŠK Žilina (2011-13) | 31 | 2 |
San Martín (2013) | 10 | 1 |
Montpellier (2013-15) | 28 | 3 |
Alianza Lima (2015) | 12 | 0 |
Montpellier (2015-16) | 12 | 0 |
Levski Sofia (2016-17) | 12 | 0 |
Sport Huancayo (2018) | 19 | 1 |
UTC (2019) | 37 | 6 |
Alianza Lima (2020) | 4 | 1 |
Las cosas con su técnico en Alianza, Pablo Bengoechea, no fueron muy distintas. El uruguayo lo blindó la primera vez, pero luego la situación se hizo insostenible. Al charrúa no le quedó otra que separarlo de los entrenamientos del primer equipo, lo que lo llevó a una confrontación con la directiva aliancista, que buscaba darle una nueva oportunidad al delantero. El final es conocido, el ‘Profesor’ se fue por la puerta de atrás del estadio Alejandro Villanueva y, su peor alumno, recibió una sanción económica. Aunque hay una clara diferencia entre ambos casos: el profesionalismo comprobado del primero deja intacta sus chances de trabajar en algún otro equipo del continente, mientras que el futbolista, con estos nefastos antecedentes, será difícil que jale las miradas de alguna institución seria y con valores. Deza representa hoy en día todo lo contrario.
Frans Adelaar, extécnico de Jean Deza en MSK Zilina de Eslovaquia, recordó al delantero en una entrevista con Pulso Sports de su país. "Él era un extremo derecho muy joven. Creativo, un chico muy amigable y gracioso. No fue fácil para él vivir en Eslovaquia. Jean era muy joven y vivía en el extranjero sin familia. Era un jugador que tomaba muchos riesgos cuando dominaba o regateaba el balón”, explicó Adelaar.
Pero también habló de la nueva indisciplina de su exdirigido. “Entonces él no cambió para nada. No le gustaba la disciplina. Jean fue sustituto la mayoría del tiempo en Zilina debido a los problemas físicos. También habló con él el dueño del club, el señor Antosik para que mejore en ese aspecto. Él tiene que tomar una decisión, si realmente quiere ser un jugador profesional o no. Si la respuesta es sí, entonces tiene que actuar como un adulto y tomar responsabilidades y mostrar disciplina”, sentenció.
Hablar de Jean Deza es recordar con nostalgia a aquel crack que pudo ser y no quiso.
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