Han pasado pocas horas de la final entre Juan Pablo Varillas y Sebastián Báez en el Challenger de Zagreb y si bien no fue victoria peruana (3-6, 6-3, 6-1 para el argentino), el país volvió a conectarse con el tenis gracias a las buenas semanas que ha tenido ‘Juanpi’ en Europa. Título en Biella 5 (Italia) hace unos días y finalista en Zagreb han alegrado al deporte nacional, y le han permitido al tenista alcanzar su mejor ránking. Ocupa el 133 ATP y con los 48 puntos logrados en Croacia, algunos puestos más escalará, posiblemente hasta el 130.
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En conversación con El Comercio y Diario Récord Perú, Juan Pablo Varillas nos habló de su buen momento, del objetivo de alcanzar el Top 100 ATP -está a unos 200 puntos-, de su objetivo en la Qualy de Roland Garros y nos cuenta que también irá a Wimbledon. Serán semanas de Grand Slam para el peruano.
–¿Qué te deja la final ante Báez? Una derrota de esas que enseñan, también…
Han sido semanas muy positivas. Creo que media parte del partido de hoy no puede quitar todo lo bueno que vengo haciendo estas semanas. La final no terminó como quería, pero igualmente ha sido una semana dura con muy buenos partidos ganados, con jugadores de alto nivel. Me deja tranquilo para lo que viene como es Roland Garros.
–La expectativa está en que puedas alcanzar el Top 100, sin embargo, la semana pasada nos decías que no sueles ver el ránking
Centrarse solo en eso lo único que hace es presionarte. Está bueno tener objetivos de ránking, de rondas, cómo sea, pero con el tiempo me he dado cuenta que yo no funciono así. Está bueno trazarse objetivo pero que no te lleguen a presionar porque, así como que se vuelven algo negativo para tu juego, para tu tranquilidad. Al final, esto es un trabajo más allá de que es mi pasión. Entonces hay que tener un ambiente laboral tranquilo, llevarlo de la mejor manera.
–Desde Santiago que juegas mínimo cuatro partidos por torneo, salvo el Roma 2 ¿Qué te deja eso?
De que vengo haciendo las cosas bien con mi equipo. Es muy importante jugar muchos partidos por semana, por eso es un indicador de que estás por buen camino. Se puede perder en primera ronda, porque los partidos son parejos, pero venir tan regular desde el ATP de Chile que juego mínimo cuatro partidos por torneo, como dices, y eso es algo bueno para mi confianza, para mi ránking también, ya que están pendiente de eso.
–Es que el ránking dice mucho. Estás cerca del Top 100
Es una motivación, también. Verlo de ese lado, apuntar más alto. Es un indicativo para ver por dónde vas, pero no es que estoy muy pendiente del ránking. Trato de centrarme más en mí y en lo que pueda hacer dentro de la cancha. Tratar de jugar lo más tranquilo posible.
–¿No es un reto volver a tener a un peruano en el Top 100 luego de más de diez años? Luis Horna fue el último en el 2009.
Por un lado, es un lindo objetivo, por otro, Lucho es un jugador y yo otro. Cada jugador tiene su punto de maduración diferente. Eso de compararse es una de las peores cosas que puedes hacer. Si yo me comparara con otros, por ejemplo, Milojevich, al que le gané hace unos días, era el número 1 Junior y a los 18 estaba entre 170-180. Yo a esa edad estaba jugando Futuros. Cada uno tiene su punto de maduración y va a lograr lo que tenga que lograr. Igualmente, yo aspiro al Top 100 y más, es un primer gran objetivo que tengo y el sueño de todo tenista.
–Estás en tu mejor momento, retomando lo del 2019 que también fue muy bueno
EL 2019 fue un año muy importante para mí. El nivel de tenis no se diferencia entre un 200 y 300, si no más es la cabeza. En los puntos importantes el 200 maneja mejor los momentos en esos puntos que inclinan la balanza. Los ganan por un tema de cabeza. En el 2019 era un buen momento que empezaba a competir de la mejor manera. Eso es una experiencia más de cómo manejarse. Ahora creo que estoy en mucho mejor nivel de cabeza y más maduro que en ese momento.
–Te ayudó en esa maduración lo mal que te fue en el segundo semestre del 2020
Fueron meses duros, por varias cosas. No entrené de la mejor manera, porque no podía. Yo entreno en Buenos Aires y no podía viajar. Tenía que hacerlo por Zoom o solo entrenar un par de horas por el tema de que solo podíamos ir a la Federación por ese tiempo. Se fue acumulando varias cosas que hicieron que no jugara de la mejor manera y que no estuviera preparado de la mejor manera. También tuve una lesión a la cadera y me vi afectado por eso. Fue un montón de cosas, desconfianza. Me sirvió bastante para darme cuenta de qué cosas me hacen bien, me permiten jugar tranquilo, jugar mejor.
–¿Por eso no fuiste a la Qualy del Australian Open este año?
Sí, para prepararme bien. Uno siempre quiere jugar un Grand Slam, pero creo que fue la mejor decisión.
–¿Cómo llegas a la Qualy de Roland Garros? ¿Qué tan diferente del año pasado?
Mucho mejor preparado que el año pasado. Van a ser otras condiciones, es otra época. El año pasado hacía bastante frío. Ahora hace calor, las canchas son más rápidas. Son otras condiciones. Yo siempre quise jugar Roland Garros, el año pasado lo jugué, pero no como me hubiera justado estar preparado para afrontar un reto tan grande. El objetivo es pasar la Qualy y a partir de eso, avanzar lo más que se pueda.
–Ser preclasificado 28 ayuda mucho
Era uno de los objetivos, ganar la mayor cantidad de puntos para salir preclasificados y así te evitas jugar con los 32 primeros. No te digo que es imposible ganarles, pero es un plus que ayuda no enfrentarlos al inicio. Era un objetivo a corto plazo que teníamos con mi equipo, y se logró.
–¿Luego de Roland Garros, qué viene?
Voy a jugar Wimbledon. La idea es después de Roland Garros ir a un torneo en hierba para poder afrontarlo de la mejor manera. Sería la primera vez que juego. He jugado en pasto en Junior, pero nunca he ido a Wimbledon.
–Los tenistas sudamericanos son jugadores de arcilla ¿Cómo te llevas con la hierba?
Es cuestión de adaptarse. No es que haya jugadores que juegan todo el año en esa superficie. Es cuestión de afrontarlo como es, un Grand Slam, y afrontarlo de la mejor manera.
–¿Si tuvieras que elegir entre que te vaya bien en Roland Garros o Wimbledon?
Roland Garros.
–Luego viene Sudamérica, la defensa de puntos y con ello pensar en el Top 100
También defiendo los puntos del 2019, porque se hizo el cambio por la pandemia. Entonces, no es que la tengo tan fácil. Al final, pensar en defender puntos no ayuda en nada. Si no, estaría pensando desde ahora que tengo que defender Biella 5 y final en Zagreb, dos semanas seguidas, “¡uy qué duro!”. Al final es cómo te va en el año, ese es el ránking verdadero, porque si no puedes defender los puntos en Guayaquil, pero hice puntos en Roma. Es lo mismo. Eso de defender puntos no es lo más indicado.
–¿Cuál es tu equipo de trabajo, porque has estado cambiando en los últimos años?
El preparador físico es el mismo, Matías Rizzo, desde el 2017. Empecé a trabajar con él por Duilio [Beretta]. Al final del 2019 Duilio y yo nos separamos, él quiso dedicarse más a su familia y no quería viajar tanto. En todo el 2020 estuve con Pablo Fuentes, un argentino. Al final del año empecé a trabajar con Diego Junqueira.
–Diego es muy conocido. ¿Cómo es la relación?
La relación es muy buena. Nos complementamos muy bien. Lo conocía de antes porque era entrenador de Nico Álvarez, así que no fue empezar de cero. Eso ayudó mucho, su esposa es peruana y eso suma también. Conoce a Lucho y varias cosas que se dieron. Más allá de lo que me pueda brindar en la cancha, veo mucho lo que esa afuera, que a mí a veces me suma más.
–Mencionas a Nico… y viene la Copa Davis en setiembre ante Bosnia y Herzegovina y tú eres la cara visible del equipo
Todos somos bastante jóvenes, pero todos tenemos varios años jugando Copa Davis porque no hay tantos jugadores. Es un plus que tenemos, que nos conocemos mucho. Eso suma bastante. La Copa Davis es un torneo diferente. Por lo otro, o tomo con mucha responsabilidad. Venimos en un buen momento, sumando mucho. Sergio [Galdos] ganó un Challenger en Salinas, yo vengo bien. Nico está en España. Venimos muy bien, y creo que va a ser una serie muy dura. Tuvimos suerte de que sea en Lima.
–Entiendes que estás ante oportunidades históricas: el Top 100, las Finales de la Davis
Es una muy buena oportunidad para seguir avanzando. Viendo los otros equipos que nos pudieron tocar, Bosnia es uno de los más accesibles y de local. Es una oportunidad importante, pero debemos concentrarnos en lo nuestro. Más allá de que esta es la serie, que tiene que ser esta. Oportunidades vamos a tener si seguimos haciendo bien las cosas. Es una oportunidad muy grande, no solo para ganar, si no para mostrar lo que es el tenis peruano y que la gente nos conozca.
–Lima 2019 generó un gancho con diversos deportes. ¿Temes que la pandemia detuvo eso?
A los Panamericanos fue mucha gente y sumó mucho para deportes que no son populares, no solo para el tenis. A raíz de eso fue tanta gente a la serie con Suiza. Quizás para la próxima, si es que se pueda, vaya más gente, o que nos siga por las redes o por la tele.
–Hay un tema de que la prensa, y es una autocrítica, nos guiamos de los resultados. En esa caso eres tu quien jala esa cadena de logros
La prensa siempre va a ir por los resultados. Eso es lo que más va a jalar, pero es un carro que jalamos todos. Ante Suiza yo definí la serie, pero si el dobles no lo ganaba Sergio, yo ganaba y después entraba Nico y si ganaba, era él. Es un equipo. Esa es la diferencia en el Tour con la Davis. Eso es lo que hace algo tan diferente y especial a la Copa Davis. Hace que muchos jugadores se potencien y otros se ponen nerviosos. Son sentimientos diferentes. Tienes que jugar con la formación y ahí entran los capitanes. Siento que es un carro que jalamos todos, porque solo no puedo jugar. Nico tampoco y Sergio en dobles menos.
–En la selección, más allá de los jugadores y el capitán, hay una figura como Luis Horna, que suma desde lo mediático hasta la consolidación del grupo.
Lucho siempre va a ser un plus muy importante que quizás no muchos equipos tienen. Alguien con tanta experiencia, no solo en el Tour sino en Davis. Tenemos que aprovechar eso. Es una ventaja tenerlo. Escucharlo, de verdad escucharlo. Hacerle caso. Quizás se equivoque, como todos, pero la mayoría de cosas que te diga van a sumar y lo va a hacer por algo, siempre para el equipo. Se complementa muy bien con Tupi.
–Conversaba con Luis sobre por qué no hay peruanos en el alto nivel, en un Grand Slam…
El tenis no es un deporte popular. Siempre doy el ejemplo que en Argentina voy en un taxi a entrenar y me dicen “ah, vas a entrenar tenis”. Pero voy en un taxi en Lima y no saben ni para qué es el maletín. Ahí te das cuenta la diferencia. En Perú si no eres socio de un club no puedes jugar y eso limita mucho para las personas que no pueden pagarse. Yo tuve la suerte que mi familia pudo. De ahí, cada jugador que sale son esfuerzos aislados. De parte de la Federación, recién desde el 2017 que entró la nueva directiva, me siento apoyado. Es bastante difícil. Es un tema muy complejo, más social de popularizar el deporte. Mientras menos personas juegan, menos son las chances.
–Hace un tiempo decías que para una temporada necesitabas una inversión de 60 mil dólares…
Mínimo, si viajas solo. Ahora, es más
–A eso iba. Con el objetivo del Top 100 cómo se analiza la parte de inversión que se requiere
Uno que apunta a estar en el top 100 tiene que viajar con su entrenador. Ahí ya es por dos. Tienes que jugar torneos más grandes. Lo Future se hacen varios en un mismo lugar y no tienes que viajar. Los Challenger no, no hacen más de dos seguidos. Jugué en Biella (Italia) y tuve que viajar a Croacia. De acá me tengo que ir a París y de ahí no sé a dónde voy a ir. Siempre es estar moviéndose, pasajes, hoteles, comidas. Aparte de los premios, alguien que entra a los torneos grandes, se hace difícil sin ayuda. Tengo la suerte de que la Federación me está apoyando y Dinners, que me da cierta cantidad de dinero al año. Mis padres me siguen ayudando hasta ahora, cada vez menos, pero me siguen ayudando. Los chicos que se quieren dedicar a eso tienen que saber que es caro, que sin apoyo de una Federación o privados es muy complicado. Aparte de que es competitivo, es difícil si no estás bien preparado.
–Tokio 2020… ¿Se te van las chances?
Me hubiera encantado. Tuve la oportunidad en los Panamericanos. El partido contra Chile se me escapa, pero es un objetivo a largo plazo jugar unas Olimpiadas.
–¿Cómo cargas la mochila de ser la raqueta número uno, de ser el representante del tenis peruano?
El tenis es un deporte bastante solitario, sacando de la ecuación a la Copa Davis, y eso a veces te hace un poco egoísta. Todo el año pienso en mi mismo. En ese sentido trato de concentrarme en mi mismo e ir por mi cuenta, como fue siempre. La mayoría de mi infancia fue yo, mi familia mi equipo y listo. La banderita solo en los cuadros, pero en su momento nunca me sentí respaldado por alguna federación hasta hace un par de años. Ahora sí siento que hay alguien atrás dispuesto a ayudarme.
–¿Y cómo tomas las reacciones en redes sociales, que ahora se mide mucho?
Con tranquilidad. Humilde siempre, tratando de no hacerle caso, pero feliz hacer las cosas bien y que tenga un impacto positivo a la gente. Darle una alegría a un peruano, en esta época, es algo bueno y me alegro por eso.
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