Juan Pablo Vergara en Puno, ciudad donde radicaba. (Foto: Roberto Bernal)
Juan Pablo Vergara en Puno, ciudad donde radicaba. (Foto: Roberto Bernal)
/ ROBERTO BERNAL
Christian Cruz Valdivia

Un día el fútbol le regala una alegría a más de medio país. Al otro, un hecho fatal ajeno al juego en sí, pero que involucra a un futbolista, mete en la profunda tristeza al país futbolero entero. Ya no veremos a Juan Pablo Vergara acomodándose para disparar sus mejores tiros libres. El volante falleció la noche del lunes producto de complicaciones luego del accidente automovilístico que sufrió en su trayecto de Puno a Juliaca.

Lesiones en el hígado y una hemorragia masiva en el hemitórax izquierdo (toda la parte izquierda del pecho) obligaron a que fuera sometido a una intervención quirúrgica a la cual no pudo sobrevivir. Un accidente fatal –de los tantos que ocurren en el país- enluta a toda la familia del fútbol.

Juan Pablo Vergara vistió más de diez camisetas de equipos de Primera División y otras tantas en la Segunda. De la categoría 85, hizo divisiones menores en Universitario de Deportes, club con el que debutó en un partido en el 2003 cuando apena tenía 18 años.

Cuentan quienes lo conocieron en la etapa de menores que Juan Pablo siempre estuvo convencido de su capacidad futbolística. “Tenía todas las de crack”, dice Richard Manrique, portero de la categoría 86 que entrenaba con la 85 porque no existía la suya en el cuadro crema.

Y ser un crack era también dominar el vestuario. Vergara era, digamos, travieso. “Paraba molestando, jalaba el cabello, tiraba lapos y se iba. Era protagonista fuera y dentro del campo”, asegura Richard.

En el 2005 jugaba en América Cochahuayco y El Comercio cita en sus páginas que el técnico Omar Jesús, del Sport Áncash, lo pidió para su equipo. El cuadro crema se negaba a prestar a su jugador de 19 años en ese tiempo, pero finalmente se dio.

“Llega un enganche: Se trata de un delantero-enganche de los registros de la 'U' y que ha estado jugando en el América Cochahuayco. El último domingo, Vergara le anotó dos goles al Deportivo Municipal”, publicó El Comercio cuando se dio el pase.

GRAN CARRERA Y MUCHOS AMIGOS

Así fue creciendo y se hizo profesional a carta y cabal, aunque no dejó el sentido de humor y asumió su responsabilidad. Anthony Rosell, hoy jugador de Alianza Lima, compartió equipo con él en Sport Loreto en el 2015 y en sus redes sociales contó que la salsa reinaba en las concentraciones. “Siempre jodiendo con Adalberto y los Van Van, cagándonos de risa”, publicó en cuenta de Twitter junto a una fotografía de ambos.

Lo gran profesional que era quedó demostrado en una anécdota que cuenta el periodista Jorge Solari, de América Televisión. El hombre de prensa viajó a Juliaca para el partido entre Binacional y Sporting Cristal, y luego le dio una llamada para poder hacerle una entrevista. Juan Pablo le sugirió hacerlo con Aldair Rodríguez y Norman Tello, que vivían en la ciudad, ya que él estaba en Puno.

Sin embargo, una hora después, el mismo Vergara llamó a Jorge Solari a decirle que viajaría desde Puno a Juliaca porque no confiaba en que Rodríguez lo iba a atender. Y así fue. Al día siguiente, Juan Pablo amaneció en Juliaca para conversar con el hombre de prensa.

Ese era Juan Pablo Vergara, un jugador atento con todo lo que lo rodeaba. Acababa de ser padre hace seis meses y hoy tanto su familia, amigos y los que admiran el fútbol lo extrañarán. Uno de los mejores ejecutores de tiro libre del fútbol peruano ya no podrá apuntar al ángulo. Todo lo verá desde lo más alto.

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