Después de 13 años la selección nacional volverá a ser dirigida por un entrenador peruano en las Eliminatorias. El último fue Chemo del Solar, en el ciclo que terminó con los peores números desde el proceso para Francia 98. Juan Reynoso intentará curarnos esa herida reciente que nos dejó el pan cuando se nos quemó en la puerta del horno de Qatar.
El formato del mundial norteamericano debería ser una ventaja. Participarán 16 equipos más y habrá 40 partidos extra comparado con las últimas copas del mundo. Para la zona Conmebol, que incluye diez países, esto supone un incremento que va de cuatro cupos y medio a seis plazas y media en el certamen próximo.
Hay piezas que han cambiado de posición en el tablero de Reynoso. En los últimos tiempos, André Carrillo dejó de ser un extremo para convertirse en un volante en el fútbol árabe; Luis Advíncula adelantó líneas de lateral a carrilero de Boca; Renato Tapia fue reacomodado desde la contención a la zaga central del Celta español. Las posiciones y las funciones que estos futbolistas ocupen tendrán que ver en buena medida con el esquema que decida el entrenador.
Sobre los jugadores del exterior, hablemos del ritmo. Tras las vacaciones europeas, Tapia, López y Callens han sumado pocos minutos en campo. Mayor rodaje han tenido los de la MLS: Abram, Trauco, Ruidíaz, Cartagena y Gallese. También contará con talentos jóvenes, como Piero Quispe y Joao Grimaldo, dos jugadores que encandilan y con el potencial para ser decisivos. Serán, tal vez, un adelanto del recambio generacional.