Para quienes nunca han viajado al África hay dos maneras de conocer el instinto letal de la “Mamba Negra”: viendo una de las películas de Quentin Tarantino (Kill Bill) y siguiendo la carrera de Kobe Bryant, uno de los más grandes basquetbolistas de la historia. Agilidad y contundencia de serpiente. Así era Bryant, ese señor de los anillos que ayer vivió el último episodio de una vida de película.
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Un accidente en helicóptero marcó el final de una leyenda irrepetible en el básquet mundial. Cinco campeonatos de la NBA, dieciocho juegos de estrella, veinte temporadas en el máximo nivel y dos veces campeón olímpico. Histórico en los Lakers e inalcanzable en muchas de sus marcas. Una de ellas fue derribada el último sábado por otro gigante vestido de amarillo: LeBron James.
-"Mamba 4 Life"-
En el más reciente encuentro de Los Angeles Lakers, ante los Philadelphia 76ers, James sabía que esa noche podía escalar al tercer puesto en el ránking histórico de máximos anotadores de la NBA. LeBron, antes del partido, escribió en sus zapatillas "Mamba 4 Life". James hoy suma 33.643 puntos, contra los 33.643 que sumó "La Mamba Negra" hasta el día de su retiro definitivo.
Seis años distancian a LeBron de Kobe. En sus últimos días de adolescencia, James conoció a Bryant en un campamento de básquetbol. "Solo quería absorber todo lo que podía. Recuerdo algo que me dijo, de que para ser uno de los más grandes, había que trabajar muy fuerte", dijo LeBron, en sus declaraciones anoche al canal oficial post partido.
Ese récord marcado por LeBron James, curiosidades del deporte, fue obtenido en la misma ciudad donde nació Bryant. Fue derrota 108-91 ante los 76ers. "Aquí estoy con un uniforme de los Lakers y en Filadelfia, su ciudad", se seguía emocionando James, quien fue grabado hace pocas horas por la televisión estadounidense bajando del avión en Los Angeles. Ya se había enterado de la muerte de Kobe. Su derrumbe es el de todos los que vieron conquistar a Bryant el mundo de los aros. Los de la NBA, los olímpicos también.
El máximo anotador histórico de la NBA sigue siendo Kareem Abdul-Jabbar (38.387) y Karl Malone lo sigue con 36.928. LeBron James se metió a ese podio usando la "Mentalidad Mamba", el nombre del libro autobiográfico de Kobe Bryant, que en apurado resumen es un manifiesto sobre la competitividad interminable.
No es coincidencia que dos referencias mediáticas a las consecuencias de la Mamba Negra sean "Kill Bill" y Kobe Bryant. Muy cerca de los dos metros de estatura, Bryant escaló muy rápido a los cielos del deporte de elite. Cuando más cerca estaba del Olimpo deportivo, los problemas judiciales y crisis de imagen comenzaron a acompañarlo. Apenas pudo superar esa ola de críticas, descansó un poco antes de emprender una estrategia de marketing deportivo.
Con la convicción de recuperar el prestigio perdido, Bryant midió la jugada como si fuera un tiro de tres puntos en el último segundo. Ese año se había estrenado "Kill Bill", la escena de la "Mamba Negra" atrapó su atención. Apenas salió de una sala de cine de Los Angeles, Kobe sabía que un nuevo apelativo había llegado. Era la hora de volver. Hábil y letal. Temido por todos.
Nunca fue figura estelar de una película inspirada en el básquet. “Space Jam” fue protagonizada por Michael Jordan y la secuela por LeBron James. Sin embargo, su carta “Dear Basketball” se convirtió en un cortometraje animado que ganó el premio Oscar de la Academia. Merecido galardón. Esa declaración de amor es de lo más honesto que puede haber escrito un deportista de alta competencia. Con el Oscar en la mano en el Dolby Theatre, Kobe Bryant sonreía como cuando tantas veces lo eligieron MVP. Los Angeles tuve una estrella que no pisó ningún estudio de grabación. Su nombre está escrito solo para aparecer en una pantalla grande.