La Concachampions League: un torneo que gobiernan los mexicanos sin oposición de los de la MLS

No tiene el glamour de la Champions League o la tradición histórica de la que goza la Copa Libertadores. Sin embargo, vaya que la Concacaf Champions League ha sabido dar momentos y partidos emocionantes que nada tienen que envidiarle al que nos entregan los otros torneos en mención. Si hay una competencia en donde constantemente se presenta la oportunidad que David le plante cara a Goliat y lo venza, es justamente esta. Actualmente hay una diferencia económica abismal entre los clubes mexicanos y de la Major League Soccer (MLS) a comparación del resto, pero no siempre se plasma dicha superioridad en la cancha. Hay sorpresa y misterio, un par de los aperitivos que siempre vuelven más emocionantes un encuentro de fútbol.

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De hecho, los últimos acontecimientos que se han dado en la ConcaChampions ratifican los dicho en las primeras líneas. Seattle Sounders, del peruano Raúl Ruidíaz, flamante campeón del torneo estadounidense, se fue eliminado el jueves ante el humilde pero combativo Olimpia de Honduras. Pese a que el peruano marcó un soberbio gol a lo ‘panenka’, al final se impuso el cuadro dirigido por Pedro Troglio en la tanda de penales. A nadie le queda duda que un par de salarios de los futbolistas más caros del cuadro de la MLS podrían cubrir el sueldo a por lo menos seis futbolistas del equipo centroamericano, pero en la cancha no se marcó dicha diferencia. En el verde todo fue parejo.

Y, respecto a situaciones que nos pongan los pelos de punta, una de estas se dio con un gol que se dio de una forma muy particular. El reloj avanzaba y el Tigres, subcampeón del torneo en tres de las últimas cuatro ediciones, decía adiós contra el débil Alianza de El Salvador. Tras la derrota por 2-1 en el Estadio Cuscatlán, los mexicanos tenían que ganar por una diferencia mayor a los dos tantos para poder alcanzar los cuartos de final del certamen. En el Estadio Universitario de Nuevo León, las cosas estaban 3-2. Hasta que apareció el golero azteca, Nahuel Guzmán.

El ‘Patón’ fue hasta el área rival en el último tiro libre del partido, cuando apenas faltaban segundos para que se dé el pitazo final. El balón que ejecutó el chileno Eduardo Vargas cayó sobre la línea del área chica y nadie se percató de tomar la marca del portero: como un 9 soberbio. Saltó y metió un cabezazo imposible de sacar para su colega Rafael García. La acción ya dio la vuelta al mundo y ha dado mucho que hablar en las redes sociales.

EL DOMINIO MEXICANO

Si bien se pueden ver algunas victorias de los pequeños ‘Davids’, son los grandes mexicanos quienes gobiernan este torneo desde hace más de una década. Desde hace catorce ediciones la Concachampions la gana un azteca, y los de la MLS solo pudieron llegar a cuatro finales - Los Angeles Galaxy (1997), Real Salt Lake (2011), Montreal Impact (2015) y Toronto (2018)- desde que se creo esta liga (1993), uno menos que los representantes de Centroamérica. Además, el último campeón que no fue mexicano fue el Saprissa de Costa Rica con su victoria en el 2005. Un año antes lo hizo el Alajuelence.

¿Pero a qué se debe el dominio mexicano? existen varias razones que, a continuación, intentaremos desglosar.

Más participantes

Un aspecto que la hace sobresalir es el formato. En la Liga de Campeones de la Concacaf participan los 6 mejores de la Liga Concacaf - torneo entre clubes de Centroamérica y el Caribe-, el campeón del Campeonato de Clubes de la CFU (Unión Caribeña de Fútbol), el campeón de Canadá y cuatro equipos de México y Estados Unidos. Es decir, de tanto mexicanos como estadounidenses tienen la cuarta parte de equipos participantes cada uno, lo que les da una mínima ventaja ya desde el inicio.

El certamen empieza en octavos de final con enfrentamientos de eliminatorias directas y, justamente, los mexicanos y los de la MLS son cabezas de serie, es decir, se enfrentan a los clubes centroamericanos en esa primera ronda.

Además, todos los cuadros cabezas de serie cierran sus llaves en condición de local, lo que les da cierta ventaja al definir su clasificación con apoyo de su público.

La llegada de estrellas

Los altos ingresos que reporta la Liga MX la hace una opción atractiva para cualquier jugador del extranjero. En el 2014 el Querétaro fichó a Ronaldinho, un futbolista de época y uno de los mejores jugadores de la historia. Y así se repitió el ejercicio en años posteriores con André Pierre Gignac (Tigres-2015) y Keisuke Honda (Pachuca -2017). Esto hace mucho más atractiva la liga. Los buenos futbolistas ya no tienen solo como destino a Europa, también ven en México como una gran vitrina.

La MLS ha empezado a fichar jugadores franquicia, pero aún no se acerca a lo que mueve el fútbol azteca. Por ejemplo, el peruano Raúl Ruidíaz decidió dejar México para unirse al fútbol estadounidense. Mientras, de Europa han regresado figuras como Carlos Vela o el ‘Chicharito’ Hernández. Hasta la temporada pasada se pudo ver a Zlatan Ibrahimovic, hoy en el AC Milan.

La asistencia

La Liga Mx ha incrementado el promedio de asistencia en los estadios a 25,000 aficionados por encuentro, con lo que supera a todas las ligas del resto del continente. En un estudio del 2017 se reveló que, de este promedio, Monterrey es que que más asistencia obtuvo la temporada pasada, registrando una asistencia promedio de 48,392 espectadores por partido. Esta cifra supera a clubes internacionales como al Chelsea y al Liverpool. Esto, evidentemente, se traduce en mejores ganancias y en poseer un poder económico mayor, para así traer a los mejores futbolistas.

La transformación que aún no alcanza

Hasta la década de los 90 del siglo pasado, los títulos se repartían entre diversos países, llegando a ganar incluso equipos de Haití y Trinidad y Tobago y los cuadros mexicanos le restaban importancia a este certamen. Luego la MLS empezó a separarse de este circulo de países con menos nivel cuando se profesionalizó el fútbol en Estados Unidos en 1998. Casi una década después, Los Angeles Galaxy pondría el primer ladrillo para construir una liga competitiva y tentadora para los mejores jugadores del mundo: David Beckham deja el Real Madrid y ficha por el equipo estadounidense en el 2007.

Aunque es verdad que mucho antes ya habían llegado futbolistas de élite al fútbol de este país, como el caso de Carlos Valderrama (Tampa Bay Mutiny: 1996-97 y 2000-01, Miami Fusion: 1998-99 y Colorado Rapids: 2001-02) o Lothar Matthäus (MetroStars: 2000-01), desde que se dio el fichaje del volante inglés, se hizo moneda común las grandes contrataciones. Kaká (Orlando City: 2015), Didier Drogba (Montreal Impact: 2015) o Steven Gerrard (Los Angeles Galaxy: 2015), por mencionar algunos nombres, no hicieron más que darle un prestigio distinto a una competición decadente. Y esto no solo sirvió para colocar la liga en el ojo del mundo del fútbol, sino también que estos cracks dejaron grandes enseñanzas para las generaciones futuras en lo estrictamente futbolista. Como se dice, hicieron escuela.

Como si no fuera una casualidad, los años en que comenzaron a repotenciarse la Liga MX y la MLS coinciden con los últimos títulos logrados por los cuadros centroamericanos. Uno podría decir que, mientras el fútbol mexicano y estadounidense crecieron desarrollándose en todos los aspectos, el resto de países de esa parte del continente no pudieron ir a la par.

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