La Liga 1 arrancará el próximo viernes 26 de febrero y por estos días los 18 clubes que militan en la máxima división del fútbol peruano afinan detalles para dar inicio a su pretemporada, un término recurrente por estas fechas año tras año y que –como todo en el fútbol- ha ido evolucionando a través del tiempo y gracias a la suma de la ciencia y tecnología.
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Para conocer más a detalle de esta clave etapa del calendario deportivo, en El Comercio decidimos conversar con cuatro especialistas en la materia: dos preparadores físicos, un entrenador y un exfutbolista recientemente retirado.
A diferencia de años anteriores, el calendario se ha apretado y los tiempos para la preparación física, reducido. “Cuando empecé a trabajar había hasta de dos meses y medio de tiempo, pero hoy no es así debido a que los torneos arrancan más rápido. Por eso nuestra estrategia de trabajo también ha tenido variaciones. En base a estudios y con lo aprendido en el día a día, se ha decidido que la pelota esté presente desde la jornada inicial de prácticas y con objetivos específicos no solo para mejorar las condiciones físicas, la fuerza o capacidades aeróbicas, sino también el aspecto técnico y táctico”, asegura el uruguayo Mario Mendaña, preparador físico de César Vallejo.
Otra variante es la metodología, enfocada antiguamente en la base física y ahora orientada al trabajo con balón desde el primer día. “Al escuchar pretemporada ya sabías que tenías que prepararte para correr, siempre lo relacionaba con el esfuerzo físico más exigente de todo el año. Nos hacían subir cerros. Felizmente todo eso ya cambió. Los futbolistas de ahora la pasan mejor”, advierte César Ortiz, ex mediocampista que colgó los botines hace dos años y tuvo un paso por la selección peruana.
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Sebastián Salvatore, preparador físico de Sporting Cristal, campeón nacional 2020, explica este padecimiento por saturación física. “Las metodologías estaban orientadas más a una construcción desde un perfil atlético y después de futbolista. Desde mi punto de vista, quizás ese estilo generaba un deportista más lento, pero con mayor volumen de trabajo aeróbico. Así, cuando pasaban al campo sentían alguna dureza propia de no hacer una actividad específica, porque ellos en esos instantes no jugaban fútbol”. Es, pues, por esta agresividad en el esfuerzo muscular que era muy común ver a los equipos bastante distantes de la pelota en sus primeros partidos del año.
El ‘Flaco’ Ortiz resume este cambio perfectamente: “Se entendió que el camino con mejor resultados es el acondicionamiento físico con balón y en el campo. Observaron que el futbolista evoluciona más rápido practicándolo de esa manera. No haciendo ejercicios en arena que antes se efectuaban exageradamente”.
Gerardo Ameli, hasta el 2020 entrenador de Ayacucho FC, agrega dos factores determinantes en la pretemporada: el táctico y lo socioafectivo. El primero apunta a “desarrollar recursos tácticos, viendo variantes, de entrenar sistemas con tres en el fondo, con dos delanteros”, manifiesta el entrenador.
Lo socioafectivo refiere al objetivo de familiarizar al grupo. “En la pretemporada también se va armando el aspecto grupal, psicológico de todo el equipo. Los jugadores van interrelacionándose. Los nuevos con los que ya estaban en el club, el cuerpo técnico los vas conociendo y observa sus reacciones. Se aprovecha que no se vive la vertiginosidad que produce la competencia y se utiliza el tiempo para familiarizar más al grupo, forjar la unión, realizar reuniones, charlas que generen mayor afecto, más estímulos”, añade el argentino, sorpresa en la pasada Liga 1 con el tercer lugar de los ayacuchanos.
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PREPARACIÓN MIXTA
La pretemporada ahora se trabaja de forma integral, abordando todos los principios del fútbol y relacionándolos. Eso sí, no se dejan de lado los trabajos analíticos porque, de forma progresiva, la meta de todo especialista es retornar al futbolista a un estado competitivo y que le permita sostener la especificidad (entrenar lo que se va a competir) a lo largo de todo el año.
“Es verdad que desde el primer día se trabaja con balón, pero no se puede descuidar detalles físicos. Por ejemplo, cuando el futbolista está en el gimnasio trabaja la fuerza en el campo, pero no necesariamente con la pelota. Ahora, si no buscamos optimizar esas capacidades, quizás el futbolista va a saber dónde tiene que estar, qué es lo que tiene que hacer, pero no tendrá la condición para desarrollarlo. Por eso no podemos perder de visita este tipo de ejercicios”, agrega Sebastián Salvatore.
En cuanto al periodo de duración, para Mendaña lo ideal son seis semanas. “En el primer mes uno hace toda la preparación en el aspecto físico, técnico y táctico, pero en los últimos 15 días uno tiene que aprovechar para darle un ritmo de competencia. También, no podemos dejar de lado el índice de la masa muscular, si hay que subir o bajar su masa grasa. Hay que estar encima de ellos para que cambien sus hábitos y corrijan ese excedente”, manifiesta.
Ahora, durante mucho tiempo la pretemporada tuvo mayor relevancia que las otras dos etapas que planifica un equipo de fútbol para una campaña. Hablamos del competitivo y de transición. “Actualmente, en Cristal estamos en este último periodo, pero pienso que uno tiene que tener relación con el otro. Por ejemplo yo he pedido que durante 10 días no hagan nada porque el cierre de la pasada temporada se cargó de estrés físico, técnico, táctico y psicológico. Descanso total y recién se ha empezado a dar actividades de un perfil general, de progresión para la pretemporada no sea chocante. El periodo de transición es necesario para que la pretemporada tenga más calidad”, afirma Salvatore.
Y en eso también concuerda Ortiz como exfutbolista. “Lo que pasa es que también durante las vacaciones algunos no hacen nada y otros unas cuántas rutinas. Uno tiende a relajarse y cuando afrontas la pretemporada, el cuerpo se va acomodando y ahí empiezan a surgir las molestias. Al menos recuerdo eso en mis tiempos, porque como dije anteriormente, todo era 100% físico. En la actualidad sé que los comandos técnicos manejan planes previos a la primera práctica, se ha convertido en una necesidad y por eso en Europa, en las principales ligas, vemos que al cuarto día ya están realizando partidos de práctica. Entonces, no solo depende del club, sino también del futbolista”, aclara.
ARENA Y FILOSOFÍA
Muchas veces la pretemporada estuvo vinculada con ejercicios en la playa o en arena, pero según Sebastián Salvatore en esta área solo se realiza trabajos de potencia o de fortalecimiento para futbolistas lesionados. “No digo que esté mal el trabajo en la arena, pero no considero un área apropiada para hacer una base aeróbica porque es un gesto totalmente aislado al futbolista. Recuerdo que en Juan Aurich (2013-2015) tenía cuatro deportistas con operaciones en la rodilla y ahí sí decidí llevar a este pequeño grupo a la arena porque necesitaban generar una base de fuerza un poco más extensa. Entonces, el uso de este tipo de zona es bastante relativo”, sostiene.
Mario Mendaña asegura que ahora se evita sobrecargar al futbolista y en su caso, lo hace mediante microciclos en plena pretemporada. “Hay un microciclo de choque donde la carga es importante y otro de descarga, donde todo es menor. Entonces, eso se va manejando. A veces se entrena a doble turno, en otro caso un solo turno al día, pero generalmente a mí me gusta aplicar dos días seguidos a doble turno y el tercero de una sola sesión, así dejo que el cuerpo de los futbolistas se recupere por la tarde. Todo esto educa al deportista y que reconozca que no todo es entrenamiento, que el descanso y la correcta alimentación es muy valiosa. Es algo prioritario que un profesional lo debe manejar solo”, expresa.
Lo que quiere decir el profesor Mendaña es que los aspectos nutricionales y de reposo son fundamentales para una pretemporada, donde el deportista va a desarrollar una alta exigencia física, técnica y táctica. “Es prioritario saber hidratarse, identificar las horas de sueño, el de una siesta de máximo 45 minutos por la tarde”, finaliza.
TECNOLOGÍA DE PUNTA
Los avances tecnológicos también han beneficiado al fútbol con un sinfín de novedades, pero sobre todo redujeron los tiempos al analizar a cada futbolista. “En el pasado, se designaba uno o dos días a las evaluaciones de las diferentes capacidades, pero hoy, a través de los dispositivos GPS ya contamos con la variable y los valores que cada uno recorre y su intensidad, en cuánto está la fuerza, los frenos, los arranques y todo lo demás. Ya tengo un punto de partida más exacto de lo que manejaba anteriormente, donde solo gozaba de los consumos de oxígeno, capacidad de salto y otras cosas”, confirma Salvatore.
Para el preparador de Sporting Cristal, la tecnología es un “orientador”. “Yo planificó algo y si la ejecución tuvo más intensidad de lo que esperaba o menos. Entonces ahí está la fuga de la que habla el ‘profe’ Óscar Ortega de Atlético de Madrid, el de tratar de compensar esas fugas que uno no pudo controlar”.
“Lo que te permite la tecnología es comparar con lo que uno considera parámetros, límites respecto al plantel en su conjunto y también individualizar los trabajos. Desarrollar tareas o actividades relacionadas o de acuerdo a las necesidades o cualidades de cada uno. En otras palabras, no hacer una sesión general para 30 personas donde hay diferentes puestos, edades y capacidades físicas. Estas herramientas llegaron para mejorar aquellos trabajos que se realizaba en función a la percepción o experiencia del preparador físico. Ahora hay mayores certezas, pero no por eso hay que dejar de lado la postura o comentario del especialista. Hay que trabajar con ambos”, sostiene Gerardo Ameli.
La postura del profesor Mendaña sobre las herramientas tecnológicas es de “valiosa información”. “La tecnología, la ciencia, la medicina deportiva nos ha aportado muchas cosas, a corregir detalles sobre el cuidado del deportista. El GPS, el pulsómetro son herramientas que nos ayudan a no sobrepasar la individualidad de cada futbolista”, apunta. Eso sí, no es que no se pueda desarrollar una pretemporada sino se cuenta con estos aparatos. “No es que no podamos entrenar, si está al alcance bienvenido, pero sino igual podemos trabajar muy bien”, cierra el preparador uruguayo.
Y es que la tecnología no está disponible para todos los clubes, la inversión es alta y los preparadores físicos tienen que enfocarse en los análisis del pasado. “En toda mi etapa como futbolista solo usé la tecnología a nivel de clubes con Mariano Soso en el 2015 (Real Garcilaso) y claro, cuando estuve en la selección. Los clubes en los que he estado se han quedado en esa parte, no se modernizaron y espero que ahora lo hayan realizado porque son herramientas muy útiles. Es bastante interesante y es como se debería manejar todos los equipos del fútbol peruano. Es una inversión que beneficia al club porque es un complemento para potenciar al futbolista y alcanzar así el objetivo colectivo”, concluye Ortiz, quien ahora dirige su centro de entrenamiento personalizado para niños y niñas denominado Educasport Psicomotricidad & Fútbol.
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