“Este será el último partido de Champions con Messi en el Camp Nou”, dice Rivaldo sin parpadear, con la misma seguridad de aquel talentoso que se negaba a jugar por la banda en el Barcelona. El ex crack brasileño, que algo conoce al cuadro catalán, no está jugando a ser futurólogo. Es la conclusión de alguien que ha vivido la gloria y la decepción vestido de azulgrana. Fue Balón de Oro en 1999 y al año siguiente ya discutía con su técnico Van Gaal por los cambios obligados de posición. Lionel Messi multiplicó festejos e hizo que la alegría sea sinónimo de eternidad en toda Cataluña. Pero hoy su frustración es evidente. No tiene que gritarlo, no tiene que enfrentarse a nadie. Rivaldo también lo vivió. Su sabiduría es la de alguien que no tiene dudas para avisar que, en Barcelona, lo peor está por venir,
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