Con un aforo de 45 mil personas, el estadio Internacional Jalifa en Doha (Catar), recibió a los aficionados de Liverpool y Flamengo para la gran final del Mundial de Clubes 2019. Atestado completamente por fanáticos de ambos clubes, las graderías se vieron vestidas con un color rojo y negro.
Globos, carteles y frases fueron captadas por las cámaras fotográficas a la par que los hinchas de Liverpool y Flamengo sonreían. también se pudo apreciar al presidente de la FIFA Gianni Infantino y a varias autoridades de Catar.
Liverpool, que por ocasiones fueron justos acreedores de la victoria, no pudieron anotar hasta el minuto 9 del tiempo extra, cuando el brasileño Firmino batió desde dentro del área a su compatriota Diego Alves, erigiéndose en el héroe de su equipo en el torneo después de que un gol suyo en el tiempo añadido ante el Monterrey los clasificase a la final.