Marcelo Ribeiro, o tan solo Bujica, está cerca del Perú. No solo por sus gratos recuerdos con Alianza Lima y ese título de 1997, sino también porque vive en Río Branco, una ciudad muy cerca al límite con nuestro país, y porque el latido del corazón de su hijo tiene patente peruana. Aquel año en el que el cuadro íntimo rompió el maleficio de 18 años sin campeonar, el delantero brasileño se hizo figura del equipo y Matheus vino al mundo con un campeonato bajo el brazo. Ahora en casa por la cuarentena del coronavirus, Bujica nos cuenta de su vida, del debut junto al gran Zico, de la llegada a Alianza y sus deseos de seguir aportando al cuadro del cual se enamoró.
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Debutaste en Flamengo, heredando la ‘9’ de Bebeto… y le hiciste dos goles al Vasco, a dónde se fue él.
Yo empecé mi carrera a los 14 años cuando llegué a las divisiones menores de Flamengo. Luego pasé por todas las categorías hasta la profesional. Para ese partido, la gente estaba muy molesta con Bebeto porque se había ido al principal rival (Vasco da Gama). Tuve la oportunidad de jugar y hacer dos goles, lo que hizo a la hinchada muy feliz teniendo en cuenta que Bebeto estaba jugando en el otro equipo.
Aprendiste de grandes como Zico...
En ese equipo estaba Zico, Junior, Zinho, Leonardo, Ailton, gente de nombre en el fútbol brasileño y mundial. Yo había salido de menores y estaba con ellos. La responsabilidad fue muy grande porque tenía 19 años. Ese partido en el Maracaná lleno, ante el principal rival, hacer goles, para mi carrera fue especial.
(Video: Globoesporte)
También anotaste en el partido de despedida de Zico.
Fue de los momentos más felices y al mismo tiempo más triste. Zico estaba cerrando su carrera en Flamengo. Tuve la oportunidad de jugar los dos partidos de despedida. Uno oficial en Flamengo ante Fluminense en Minas Gerais, que ganamos 5-0, donde tuve la oportunidad de hacer el quinto gol. Luego, en febrero, fue un partido contra el ‘Resto del Mundo’, con mucha gente buena. Estaban Taffarel, Bebeto, Rummenigge y también tuve la oportunidad de participar en ese juego.
¿Qué consejos te daba?
Zico era una persona amiga. Trabajaba mucho y ayudaba mucho a los menores. Fue fundamental en mi carrera por los consejos que me daba. Nos insistía en entrenar mucho. Si queríamos llegar a un lugar en el fútbol teníamos que “entrenar y mantener la humildad siempre”, nos decía.
¿Cómo se da tu llegada a Alianza Lima habiendo jugado en un grande como Flamengo?
De ahí fui a Botafogo y otros clubes brasileños hasta que llegué a Alianza Lima en 1996. Yo había disputado un campeonato en Mato Grosso con Gilberto Alves (entrenador brasileño de Alianza en aquel año). Logramos ganar uno de los campeonatos, en el que acabé haciendo 23 goles. Estaba muy bien y él me llamó y acepté ir.
¿Por qué decidiste venir al fútbol peruano si la década del 90 no era buena?
El fútbol peruano no estaba bien en los 90 pero para el 96 ya había demostraciones de que estaba empezando a volver a tener buenos equipos. Veía lo de la hinchada, porque Alianza es la mitad más uno, y fue una responsabilidad muy grande. En el 96 no salieron como esperaba. Tuve una lesión que me quedé cinco meses sin jugar fútbol. Luego conseguí volver y al año siguiente tuve la oportunidad de salir campeón.
Llegaste a un equipo que tenía muchos jóvenes…
Trabajé con grandes jugadores. Jayo Legario, ‘Kanko’ Rodríguez, Waldir Sáenz, que para mí es uno de los mejores delanteros que he visto jugar; ‘Pancho’ Pizarro, mucha gente buena. Lo único que se necesitaba era un entrenador que le ponga las manos y nos ponga a trabajar, que fue lo que hizo Pinto.
Con pinto empezaron con la pretemporada en Arequipa. ¿Fue muy exigente desde el primer minuto?
Casi me muero en Arequipa. Sí, fue exigente. Nos llevó más o menos un mes. Entrenamos fuerte, concentrados, conversábamos todos los días. Pinto nos decía que teníamos que trabajar mucho para lograr el título.
¿Te costó adaptarse al trabajo de Pinto?
La disciplina fue donde pegó más. La gente gustaba de salir en la noche, de beber su cerveza, de entrenar poco. Creo que Pinto hizo eso y no solo fue con los jugadores. También desde los dirigentes hasta el utilero, todos estuvieron comprometidos con el trabajo para que las cosas saliesen bien. Fue un trabajo diferente, yo no había tenido un entrenador como él, para mí fue uno de los mejores entrenadores del mundo.
¿Tu estilo de juego congenió rápido porque es el que le gusta al hincha de Alianza?
Era un equipo que jugaba mucho pero que también marcaba mucho. Todos los jugadores teníamos la responsabilidad de ayudar a la defensa. Teníamos que estar comprometidos con la marcación. Waldir, Marquinho, Jayo, Marulanda, Rosales, Chévez, jugadores extremadamente técnicos y comprometidos.
¿El 5-4 a Cristal fue tu mejor partido?
Uno de los partidos que me acuerdo. Tengo dos que se me vienen a la cabeza, el 2-0 a Vasco y ese 5-4, la remontada a Cristal. Yo hice el quinto gol a Balerio. Después de ese partido, sabíamos que la cosa iba a caminar bien.
Definiste entre las piernas de Balerio y celebraste a lo Bebeto...
La madre de mi hijo Matheus estaba embarazada, ya estaba casi casi por nacer. Nació con un título peruano, nació trayendo suerte a Alianza Lima, por eso estoy ligado Alianza por siempre.
Era un equipo en el que se rotaba mucho, pero todos competían.
Pinto jugaba de acuerdo al rival. Era un entrenador muy estudioso y colocaba a los jugadores de acuerdo al adversario. Eso también fue bien aprendido e importante, porque el que jugaba no podía relajarse, tenía que estar bien, de lo contrario en cualquier momento podía quedar fuera. Y el que estaba fuera sabía que en cualquier momento podía tener su oportunidad.
¿Qué recuerdos tienes de la celebración del título en Talara?
Fue el penúltimo partido, pero dependíamos del resultado de la ‘U’. Tenían que ganar para mantener sus posibilidades hasta la última fecha. Yo estaba en el banco. Cuando entré, llegó la información de que la ‘U’ no había ganado, ya estábamos 4-0 y ya todo fue celebración.
Esas imágenes en la piscina del hotel son inolvidables...
Hubo mucha fiesta en el hotel. La gente estaba muy feliz, la hinchada muy feliz. El regreso a Lima fue enorme, inolvidable. Eso confirmó lo que ya sabía, que Alianza era el más grande.
¿Tenían mucha presión por los 18 años sin campeonar?
Sí, se sacó esa mochila. Se hablaba de los 18 y también había un peso por el accidente de avión [tragedia del fokker]. Gracias a Dios todo salió bien y fuimos campeones. Creo que con todo eso, los jugadores tienen más conciencia de la importancia de un club en un país.
¿Ese 97 fue el mejor año de tu carrera?
Ese título marcó mi carrera. Un título después de 18 años, con todo lo que pasó, fue lo mejor. Además, tengo un hijo peruano. Fue maravilloso, cómo olvidarlo. Tengo mucha gente en las redes sociales que son del Perú y veo videos de Alianza, de la hinchada. Lo voy siguiendo cada fin de semana.
¿Por qué no seguiste en el club tras ser campeón?
Llegó [Claudio] Pizarro, entonces tenía que salir uno y salí yo. Emigré y me fui a Grecia, pero salí bien de Alianza, no puedo quejarme de nada. Estoy muy agradecido por todo, pero el fútbol es así. Llegó Claudio Pizarro, que hoy es uno de los mejores delanteros del fútbol mundial, llegó para tomar mi lugar.
¿Ahora a qué te dedicas?
Tras dejar el fútbol estuve dos años sin hacer nada, viviendo con mis padres. Luego me fui a Río Branco y me dediqué a estudiar. Hice el curso de educación física y soy posgraduado en entrenamiento deportivo y docencia en estudio superior. Hoy trabajo en la Prefectura de Río Branco con la Fundación Garibaldi Brasil. Soy coordinar de eventos deportivos en el municipio.
¿Y por qué no trabajar en clubes?
Nunca pensé en trabajar en clubes. Siempre me gustó el fútbol, pero también otros deportes como el vóley, básquet y acá tengo la oportunidad de trabajar con todo eso. En los clubes siempre está la presión de ganar, aunque no cierro esa puerta.
Víctor Hugo Marulanda es hoy gerente de Alianza. ¿Cuál crees que será su aporte en el club?
Es una persona muy responsable, líder, muy inteligente. Creo que en la gerencia va a sumar mucho para que Alianza salga adelante. Por lo que hizo en la cancha, por su liderato, además por su experiencia como jugador, sabe cómo hacer las cosas en Alianza para que logre los objetivos que se tienen que buscar.
¿Te gustaría volver a Matute para hacer un trabajo en tu nueva especialidad?
Si pudiera hacer algo, si tuviera la oportunidad de hacer algo que pueda sumar para que Alianza siga siendo grande, me gustaría mucho. Me haría muy feliz porque trabajar en uno de los grandes del fútbol de América Latina sería muy bueno.
¿Tuviste la oportunidad de volver a visitar Lima?
La última vez que estuve fue para el ‘Reencuentro’ con Waldir Sáenz. Estuvo Pizarro, Guerrero, los campeones con Pinto. La gente que había logrado el título estuvo ahí y fue un momento muy feliz de verlos y de ver a la hinchada también.
Sentiste que el cariño es recíproco...
Alianza es parte de mi vida. No hay forma de olvidarlo por el cariño que tuvo conmigo. Mi hijo es peruano y pronto lo llevaré para que conozca.
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