Marco Quilca León

Las lágrimas de Luis Advíncula, tras el gol de Kennedy, reflejan el sentir del Mundo Boca. La incredulidad con la que mira cómo los jugadores del Fluminense corren desesperadamente en busca de su compañero, el héroe en el Maracaná, se combina con la impotencia de saber que la ansiada Copa Libertadores de América, ese trofeo que te da el status máximo en este Continente, se les escapa.

Contenido Sugerido

Contenido GEC