Paolo Guerrero: la razón por la que fichó por Avaí y un repaso a sus últimos años en Brasil entre lesiones y suspensión

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“Mi vida y mi pasión es el fútbol, es algo que no se puede dejar de hacer. Yo no puedo estar sin jugar al fútbol”, había dicho hace algunos meses el delantero. Su deseo ya es una realidad: Avaí lo ha fichado hasta fin de año, seguramente con el condicional que pone el largo tiempo sin competir y la grave lesión que tuvo. Pero jugará y, en su cuarto equipo brasileño (ya estuvo en Corinthians, Flamengo e Inter), buscará demostrar que sí puede y el por qué tiene 129 goles anotados allá, en la tierra de Pelé.

“En los últimos años, además de la suspensión por parte de la FIFA, tuvo lesiones graves. Eso le impidió tener un buen desempeño. Esta nueva oportunidad en Avaí puede ser la que necesitaba para reafirmar su calidad”, nos dice desde Brasil, Marcelo Ribeiro, más conocido como Bujica, quien jugó en Flamengo con Zico y salió campeón con Alianza Lima en 1997.

“Al brasileño le gusta el fútbol de Paolo, y esperamos que triunfe en su nuevo equipo y aproveche la oportunidad aunque sea un poco mayor”, añadió el exdelantero.

“En Brasil ha sido una sorpresa su fichaje. Creo que es una manera de demostrarle a todos que aún puede jugar en el alto nivel y tener impacto en el fútbol brasileño. Quizá sea el mayor jugador que ha llegado al Avaí, por su jerarquía mundial, pero hay que ver cómo le llega el balón porque el equipo no suele jugar con el balón sino tiene un fútbol más defensivo”, analiza Eduardo Deconto, periodista brasileño que sigue al Inter de Porto Alegre para “GloboEsporte” y siguió de cerca el paso del ‘9′.

Paolo tiene todo para brillar en el Avaí. Más allá de lo que viene comentando el médico del club sobre su estado físico: “Tengo una pequeña preocupación, pero creo que puede hacer un buen trabajo y mantener la calidad deportiva, todo esto con pequeños cuidados. Pienso que de todas formas será contratado”.

Lo cierto es que el ‘Depredador’ tendrá su revancha en Brasil, en una liga que gritó sus 129 goles, que lo vio triunfar, caerse y levantarse, que lo vio luchar. Pero que le debe sus últimos años, que no han sido para nada los mejores. A continuación repasamos por qué.

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Su llegada al Inter en medio de escándalos

Entre 2012 y 2018, Paolo Guerrero se cansó de inflar redes en Brasil. Primero con Corinthians y luego con Flamengo. En medio de la felicidad que genera estar en el segundo país más feliz de Sudamérica antes de la pandemia, según la ONU, el atacante sufrió un duro revés. Un golpe que casi lo deja nocaut sino fuera porque es un guerrero.

En noviembre de 2017, luego de Perú 1-1 Colombia por las Eliminatorias, se destapó el ‘Caso Paolo Guerrero’. La FPF informó que la prueba antidoping realizada al delantero arrojó un resultado analítico adverso. En castellano: se había encontrado una sustancia prohibida en la primera de las dos muestras de orina del control antidoping analizadas. El jugador fue suspendido por la FIFA provisionalmente por 30 días mientras se investiga el caso.

En enero de 2018, la FIFA comunicó la suspensión por un año de toda competencia al futbolista. Se perdía, en ese entonces, el Mundial Rusia 2018. El sueño por el que tanto luchó se le iba de las manos. El ex Alianza Lima apeló para que el castigo se reduzca a seis meses y así ir a Rusia con la selección. Y así fue, pero no se quedó con los brazos cruzados y siguió peleando por demostrar su inocencia.

En mayo recurrió al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) para que sea exculpado definitivamente. Y cuando estaba en actividad con Flamengo, el 14 de ese mes, el TAS le amplió la sanción a 14 meses, con lo que se perdería el mundial Rusia 2018. Como último recurso para poder seguir trabajando, Guerrero presentó un recurso de nulidad ante el Tribunal Federal Suizo para suspender su sanción. A fines de ese mes, este tribunal aceptó la medida cautelar y el futbolista quedó habilitado para jugar.

Luego de jugar el Mundial Rusia 2018 con Perú y anotar un gol en el triunfo 2-0 sobre Australia y de resaltar en Flamengo, en agosto del 2018, el Tribunal Federal Suizo decidió revocar la medida a favor de Guerrero, con lo que el futbolista debía terminar de cumplir su inhabilitación.

En febrero del 2019, el delantero fue fichado por Inter de Porto Alegre con la intención de que sea el crack que le devuelva prestigio al club que hacía poco había pasado una temporada en la segunda división.

“Paolo llega al Inter para ser ese jugador diferencial del equipo para pelear el título. Como se sabe, la sanción de la FIFA le impidió jugar y se quedó fuera con todo el apoyo y soporte del club. Cuando empezó el 2019 hubo mucha expectativa de cómo volvería y debutó con gol. Arrancó muy bien. Fue un jugador importante para el Inter ese año, pero con la deuda de no ser decisivo en momentos importantes, tanto así que no hizo goles en los clásicos ante el Gremio”, cuenta Eduardo Deconto.

En esa campaña de 2019, Guerrero logró anotar 20 goles con el Inter. Marcó en todos los torneos que jugó. Ese mismo año anotaría tres tantos con los que ayudó a la selección peruana a llegar hasta la final de la Copa América. El 2020, para el ‘Depredador’, era prometedor.

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Lesiones, un problema de nunca acabar

A lo largo de su carrera, Paolo Guerrero ha estado propenso a las lesiones. Según Transfermarkt, el atacante sufrió 19 distintas lesiones desde que debutó profesionalmente (2004). Algunas leves, otras de consideración y dos graves.

En 2010 estuvo fuera por 194 días luego de sufrir una rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda cuando jugaba en Hamburgo. Y en agosto del 2020, en un encuentro del Inter de Porto Alegre, el ‘9′ se rompió el ligamento cruzado de la otra rodilla, la derecha.

Luego de 210 días recién pudo volver a jugar. Sin embargo, cuando estaba poniéndose a punto para la Copa América 2021, volvió a sentir dolor en la rodilla derecha en abril. “Paolo Guerrero presenta un cuadro de tendinitis en la rodilla derecha y se encuentra haciendo trabajos de fisioterapia en el club. No tiene plazo para retornar”, señalaba el parte médico del club. Nuevamente a rehabilitación.

“El 2020 lo inicia bien hasta que sufre la lesión en la rodilla y se queda mucho tiempo sin jugar. Cuando vuelve, empieza a pelearse con los directivos del Inter por unas gestiones y se rompe de mutuo acuerdo el vínculo que tenían. En el Inter, a opinión personal, logró cumplir ciertas expectativas. Pero para el club, por lo que pagó, no fue el refuerzo que se esperaba”, añade Deconto.

Desde 2020, entre lesiones y la para del fútbol mundial por la pandemia, Paolo Guerrero solo ha disputado 31 partidos a nivel de clubes. Dejó también la selección para recuperar completamente su rodilla derecha. Hoy tiene una nueva chance de demostrar por qué es un guerrero.