En dos años, Álvaro Ampuero pasó de jugar en la reserva de Universitario de Deportes a enfrentar a Francesco Totti en la Serie A. Todo le llegó muy rápido en aquellos tiempos. En ese lapso, por si fuera poco, fue campeón de la Copa Libertadores Sub 20 con los cremas, se estrenó oficialmente con gol en la Copa Sudamericana (en Venezuela, frente a Deportivo Anzoátegui) y fue convocado por primera vez a la selección peruana. En el 2012 debutó en un amistoso ante Chile (caímos 3-1), con Sergio Markarián como entrenador. Álvaro dio pasos agigantados aún sin tener la mayoría de edad, y con 20 años tomó el vuelo con destino a Italia y así vivir una experiencia soñada para cualquier futbolista peruano.
Hoy, con 27 años, el zurdo está de vuelta en el país luego de una temporada en Zira IK de Azerbaiyán. Jugó 18 partidos, 17 de ellos como titular, y su equipo -que se ubicó quinto en la liga azerí- no pudo clasificar a la Europa League por diferencia de goles. Pasada la cuarentena, y los rigurosos trámites para conseguir un vuelo al Perú junto a su novia, Álvaro Ampuero habló con El Comercio e hizo un balance de su carrera, de la ilusión que le genera pensar en volver a la ‘U’ algún día. También de lo que ganó y aprendió lejos de su familia y sus amigos.
-En una situación anormal para todo futbolista, ¿estaba en tus planes volver o querías seguir en el extranjero?
Lo que pasa es que el fútbol en Azerbaiyán quedó incierto. Fue una de las ligas que tuvo que acabar antes y no se sabe cuándo comenzará la próxima temporada. Así que tuve que regresar y estoy viendo opciones para volver a salir.
-¿Cómo sobrellevaste la cuarentena allá?
Felizmente la situación fue mucho más tranquila que en Perú. Habían pocos contagiados al inicio, pero cuando acabó la cuarentena aumentaron las cifras y el gobierno tomó medidas más radicales. Estuve tres meses encerrado.
-¿Tuviste dificultades para conseguir un vuelo y volver?
Sí, fue muy difícil. Estaba allá con mi novia, pero yo era el único que podía moverme a cualquier otro país de Europa para hacer escala, por tener pasaporte italiano. No sabíamos cómo regresar, hasta que encontramos un vuelo a Holanda, lo tomamos y de ahí viajamos a Lima. Fueron días duros.
-¿Y terminaste de adaptarte al país?
En realidad, fue más fácil de lo que pensé. Azerbaiyán es un país lejano, pero chico. La ciudad es muy tranquila, y en verdad lo más increíble y lo que nunca me terminó de cerrar fue el tema de la religión. Allá todos son musulmanes y tienen creencias y costumbres muy distintas. Rezaban en todo momento, incluso en mitad de los partidos. Son muy creyentes.
-Y en el plano futbolístico, ¿te costó o era lo que esperabas?
Fue un año positivo para mí. Me adapté a la liga, allá se corre bastante y me tocó jugar en una posición que nunca lo había hecho en mi carrera, que es de stopper por izquierda, en una línea de tres defensas. Me sirvió para probar en otra posición y el balance fue bueno. Siento que abrí puertas para otros peruanos.
-Se puede decir entonces que has ganado capacidad defensiva.
Sí, porque siempre fui volante en menores hasta mi debut profesional. Luego pasé a ser lateral y tenía la tendencia de subir y atacar, y este año por las características de mi equipo y por las situaciones del fútbol me tocó un rol más defensivo. De stopper tienes que defender, chocar, perseguir a los delanteros, y siento que he mejorado mucho allá, porque me enfoqué más en marcar y cumplir lo que me pedía el entrenador.
-Tu primera experiencia en el extranjero fue a los 20 años, nada menos que en la Serie A de Italia. ¿Sientes que se te dio todo muy rápido en ese momento?
Yo quería volver a salir, y si bien la liga de Azerbaiyán es menor a la italiana, lo que buscaba era volver a sentir esa experiencia de jugar en el extranjero, pero ahora siendo más grande. Es cierto lo que dices, me tocó irme muy joven. Tenía 20 años, y si bien a esa edad ya tienes que estar jugando y sale todo el mundo, ahora me doy cuenta de las diferencias de un momento a otro. Pero de todo se aprende, y la experiencia en Italia me sirvió para mi carrera, pues con el paso del tiempo pude corregir algunas cosas que de joven no te das cuenta.
-A esa edad y en una de las ligas más importantes del mundo, ¿llegaste a poner los pies en la tierra y saber la dimensión del lugar al que habías llegado?
Ahora me pongo a pensar en esa etapa, y fue todo muy rápido. En un año pasé de jugar en la reserva de la ‘U’ a hacerlo en la Serie A. Algo increíble, lo que desearía cualquier futbolista. En ese momento no me puse a pensar en lo que estaba pasando, porque luego de la ‘U’ vino la selección y después Italia. En un año viví lo que un futbolista vive en cinco o diez años. No fue fácil, pero me sirvió. Ahora estoy prácticamente en la mitad de mi carrera y me siento bien por lo que conseguí.
-¿Y crees que si vuelves a Italia a la edad que tienes ahora, te iría mejor?
Yo creo que sí, sobre todo por la madurez y la experiencia que tengo ahora, con 27 años. Seguro que me iría mejor. Imagínate, si me fui a Azerbaiyán, un país con otro idioma y otras costumbres, que debe ser de los lugares más complicados para vivir y me sentí muy bien, entonces en Italia tendría que ser mucho más fácil.
-Aparte imagino que fuiste con la ilusión de jugar, de comerte el mundo, y no fue lo que esperabas.
Es cierto. Me fui solo, con una expectativa muy grande, de comerme el mundo desde el inicio. Pero llegué y sentí la diferencia en la parte física y futbolística. Me tocó ponerme a punto y acabé jugando cinco partidos en el Parma. El problema fue que para la próxima temporada, el equipo contrató bastante y los directivos decidieron mandarme a préstamo. Y eso me chocó. Fue un punto de quiebre, porque me afectó, no quería irme. Pero era una orden del club, porque ellos querían prestarme para que tenga continuidad.
-¿Llegaste a sentir que por ser joven y extranjero, te iba a costar mucho más tener oportunidades?
En Parma el entrenador era Roberto Donadoni, quien se portó muy bien conmigo. Me dio mucha confianza, e incluso quería que yo me quedara a pelear un puesto, pero los dirigentes ya habían decidido prestarme. Ahí me voy al Padova, de la Serie B, y me pasó una situación peculiar. Cuando llega el nuevo entrenador, trae cinco refuerzos italianos y no jugué más. Me ‘limpió‘. Ese técnico quería jugar solo con italianos. Luego fui a Salernitana y ahí sí tuve continuidad, incluso gané la Copa de la Liga Pro.
-En tu paso por Italia, debutas nada menos que ante la Roma de Francesco Totti. Un lujo que pocos se pueden dar.
Sí, la verdad que he tenido suerte porque en mi carrera he podido jugar y enfrentar a buenos futbolistas, y Totti es uno de ellos. Mi debut fue en el Olímpico, uno de los estadios más bonitos de Italia. Es un partido que siempre voy a recordar. Mi novia me hizo un regalo con la foto de ese partido, donde salgo marcando a Totti. Una experiencia inolvidable.
-¿Piensas en selección? ¿O eres consciente de que ahora es más difícil entrar en el universo de jugadores de Ricardo Gareca?
Yo creo que para estar en la selección, en la lista de 23 o ser convocado, hay que hacer bastantes méritos. No basta con un par de partidos buenos, sino debes tener continuidad y regularidad. El grupo que está, se merece estar. Así que los que no hemos sido llamados en este proceso debemos trabajar bastante para cumplir ese sueño de ser convocado.
-Aunque, por lo que comentas, te has vuelto un jugador polifuncional y hasta puedes tentar un lugar como defensa central.
Sí, de hecho una de las cosas que más me gusta es haber aprendido a jugar en diferentes posiciones. Si antes me decías en qué posición no jugaría, te respondía de central o stopper. Y ahora es diferente. Para sorpresa mía, me acomodé bien y es una posición más en la que puedo jugar, pero con lo que he hecho no basta. Tengo que seguir aprendiendo y mejorando.
-Dada la coyuntura, ¿crees que va a ser difícil conseguir nuevo equipo?
Estoy en eso. Hace poco llegué a Lima, y estoy viendo todo sobre mi futuro. La experiencia de Azerbaiyán me gustó mucho, y me gustaría salir nuevamente. Pero también está la opción de quedarme aquí, y jugar la Liga 1.
-¿El corazón empuja en forma de ‘U'?
La ‘U’ por ser el equipo más grande del Perú, y uno de los clubes que cualquier futbolista peruano quisiera estar, pese a los problemas. De hecho que siempre va a ser una opción y un privilegio. Pero se tienen que dar muchas cosas. Primero que ellos tengan interés, y si eso se da, yo bienvenido. Por ahora, me voy a tomar unos días para analizar y definir mi situación porque soy jugador libre.
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