Christian Cruz Valdivia

Shohei Ohtani frente a Mike Trout, el Clásico Mundial de Béisbol se definía con las dos grandes figuras del deporte uno ante el otro. El japonés en el montículo, el estadounidense al bate. Y la fortaleza oriental se impuso para entregarle a Japón el tercer título en su historia en casa del último campeón. Japón es tricampeón del Clásico tras vencer 3-2 al local Estados Unidos en Miami.

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Los nipones ya habían ganado las dos primeras ediciones del Mundial en el 2006 y 2009, ambas también en territorio estadounidense: San Diego y Los Ángeles. Luego tuvieron que conformarse con el tercer lugar en las ediciones del 2013 y 2017, esta última con derrota ante los norteamericanos en semifinales.

Y lo gana Japón con un simbolismo puro. En la parte superior de la novena entrada se definió el juego con un Ohtani dejando sin chances de bateo a Trout. Compañeros en Los Angels de Las Grandes Ligas, se enfrentaron para definir el gran título mundial.

Ante 36 mil personas en el LoanDepot Park de Miami, y más de un millón de televidentes en el mundo que pagaron para ver todo el torneo, Japón demostró por qué es el líder del ránking, por qué ha hecho del béisbol su deporte nacional, por qué cada vez que apuesta por un deporte, lo hace a lo grande.

Con 28 años, es el fenómeno del momento. Es Shohei Ohtani la muestra del nuevo perfil del japonés. Es el Messi del momento, el sucesor de Babe Ruth, de lo más grande que ha visto el deporte del diamante.

“Japón tiene al jugador que ha implantado demasiado talento, con tantas habilidades. Es un super pelotero. Lo mismo lanza, lo mismo batea. Hace todo, corre, batea, pichea bien, da ‘jonrones’, todo lo que necesita un equipo”, nos dice Ricardo Miranda, jefe de la unidad técnica de la Federación Peruana de Béisbol, sobre el jugador japonés de 28 años.

Mientras, para Susumu Yoza, capitán de la selección peruana, “el nivel del béisbol ha cambiado. Antes se diferenciaba la técnica, ahora el japonés está tratando de implementar más cosas de Estados Unidos. Antes los japoneses eran delgados, de estatura baja. Ahora un claro ejemplo es Ohtani, que a simple vista parece norteamericano”, nos dice.

El 1.93 metros de Shohei se impone en el campo. Sus 95 kilos le dan la potencia para sus bateos de derecha y sus lanzamientos de zurda. Llega 10 años jugando a nivel profesional y lo hace a lo grande.

La gran preparación ha hecho de Japón una potencia. “Ante tenía dificultades, los corredores le doblaban entre las bases, porque ellos no tiraban a matar a home porque los japoneses tiraban al corte. Ahora tienen mejores brazos”, nos explica Miranda.

Una de las reglas que se impuso en Japón para fortalecer su liga fue la de no dejar ir tan rápido a los talentos locales. “En Latinoamérica, si un jugadorHa de 17 años ya está para firma, se va a Las Grandes Ligas. Allá tienen que jugar hasta los 22 y después ya Las Grandes Ligas lo atraen”, nos explica Miranda.

Justamente, Ohtani dejó el béisbol japonés recién en el 2017, ya con 23 años, tras brillar con los Nippon-Ham Fighters y fichar los Los Angels de la MLB. No pudo competir en el Clásico Mundial del 2017, pero ahora dijo presente por todo lo alto, para ganarlo a su estilo.

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