Dakar 2016: el piloto que compite con medio cuerpo paralizado

Es la pasión la que mueve a Albert Llovera. Al piloto de Andorra lo conocimos el año pasado corriendo en un buggy, pero esta vez dobló su apuesta y se aventuró al Dakar 2016 nada menos que en un camión. Sufrió un accidente esquiando en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1985 cuando tenía 18 años, lo que le provocó una discapacidad de gran parte del cuerpo. Pero desde aquel día no deja de moverse a fuerza de voluntad y regresó al Dakar a demostrarlo nuevamente.

"La aventura empieza desde subir al camión, pero una vez que estás dentro disfrutas mucho de correr", nos dice ya sobre el Tatra 521 con el que corre, un camión adaptado para que todos los mandos estén al alcance de las manos del piloto. Y pudimos ver todo el esfuerzo que hace él y sus compañeros para que pueda subir al pesado y alto vehículo. Unala faja que rodea su cuerpo, sogas y poleas y tres personas se hacen necesarios para lograr el cometido.

Tiene paralizado el 64% del cuerpo pero nada lo detiene. Ya sea sobre su silla de ruedas o trepado en el camión, Albert va dando ejemplo cada metro que avanza. "A mí me gusta competir. El cuerpo te pide muchas cosas, pero la mente es la gran jefa para seguir adelante", reflexiona.

En el 2015 llegó a la meta en la categoría de coches, tras no poder lograrlo en el 2007 y el 2014. Ahora su reto es volver a llegar al podio de ganadores. "Se me presentó la posibilidad del Tatra. Si no venía en camión, no corría el Dakar", me dice entre risas. En voluntad y estado de ánimo, nadie lo supera.

Junto a Llovera corre el belga Charly Gotlib, ganador del Dakar 2007, el último que se corrió en África, y el mecánico es el checo Jaromir Martinec, quien suma once participaciones en el rally. Un team que combina mucha experiencia y ganas de hacer historia. Albert repite que no se considera un ejemplo, pero no deja de ganarse la admiración de todos a su paso.

El Dakar tiene esto. Historias de éxito, no por los ganadores que encuentran las últimas innovaciones en sus coches, sino por casos como el de Albert, que triunfa cada día, que gana competencias en cada metro que avanza, en cada sonrisa que muestra, en cada campamento que llega.

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