Aquel 2010 la deshidratación lo sacó de la prueba en la que había soñado siempre estar, pero no le quitó los ánimos de seguir desafiando al Rally Dakar. Carlo Vellutino regresa año a año para retarse a sí mismo, y de las siete pruebas que ha corrido, en cinco de ellas ha llegado a la meta siempre con la bandera peruana en el pecho.
“No puedes dejar que el Dakar te coma. Viene detrás tuyo y te quiere comer”. Así grafica la prueba Carlo, y su fórmula para no caer es “ir a un ritmo tal para no parar. Yo voy al 60% y avanzo y avanzo. Porque ir rápido, parar y partir, ir rápido, parar y partir, te cansa y te hace perder tiempo”, aconseja con la experiencia acumulada de siete Dakar.
Este año tuvo un problema mecánico que no le permitió continuar cuando ya había completado 10 de las 14 etapas. Ahora va por su revancha.
Sabe que no va a ganar el Dakar, él solo quiere demostrarse a sí mismo que puede superar el reto. Por eso nos habla del “modo Dakar”, que no es más que acostumbrarse a convivir con toda la caravana durante las dos semanas. “Al cuarto día ya agarras el ‘timing’, el modo Dakar, que es adecuarte a los horarios, a todas las condiciones, la comida, las duchas, dormir en carpa y, claro, tomarle la mano a la moto y a la carrera en general”.
—Solitario—
Esta será la primera vez que Carlo llegue a un campamento y no encuentre a un compatriota motociclista, y espera llevar la bandera peruana hasta el final. “Las sensaciones son las mismas de cada año. Cada Dakar es distinto, pero vamos a darlo todo”, se arenga.
El miércoles pasado viajó a Asunción y hoy ya está viendo todos los detalles para pasar las verificaciones técnicas.
Vellutino viene corriendo la prueba desde el 2010 y sabe que su presencia suma a que exista aún esa conexión entre los amantes del ‘off road’ en el Perú con la prueba de automovilismo más difícil del mundo.
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