Semana histórica para el baloncesto universitario en Estados Unidos. La National Collegiate Athletic Association (NCAA) se vio obligada a cambiar sus estatutos y permitir que los jugadores puedan explotar su imagen y conseguir contratos personales dentro de un ámbito repleto de polémica a partir del 2021. Como se conoce, esta liga de jóvenes se rige bajo el concepto amateur; sin embargo, el entorno cobra gruesas cantidades de dinero. Para que se llegue a este punto, el caso de James Wiseman, futuro número 1 del NBA Draft, fue determinante.
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-¿Quién es James Wiseman y por qué es relevante?-
Es un jugador de 18 años, mide 2.16 metros y se convirtió en la principal atracción de la NCAA con la universidad de Memphis. Los scouts lo dan como futura primera selección del NBA Draft, lotería que selecciona al mejor talento joven y lo lleva a la mejor liga del mundo.
Se convirtió en tendencia hace dos días, tras anunciar que abandonaba la universidad para convertirse en un jugador libre, buscar un agente y prepararse para la NBA. Con ello, la liga perdió a uno de sus principales animadores, representando un duro golpe para las audiencias y presencias en juegos de los Tigers, ergo, pérdidas económicas.
¿Por qué llegó a eso? Debido a una sanción impuesta por la propia NCAA.
-NCAA y la sanción que le terminó jugando en contra-
La liga lo castigó por haber recibido apoyo económico, hecho que es considerado casi como un crimen dentro del baloncesto universitario.
“La competición amateur es el cimiento principal de los deportes colegiales y la NCAA. Mantener el amateurismo es crucial para sostener el ambiente académico en el cual adquirir calidad educativa es la prioridad”, explica la liga en sus estatutos. Es por ello que los jugadores están “inhabilitados para usar su nombre o imagen en publicidades, recomendar o promocionar la venta o el uso de un producto comercial o un servicio”.
Wiseman fue ayudado en su mudanza a Memphis con 11.500 dólares. Estos fueron dados por Anfernee Hardaway, quien lo llevó a jugar en el college que dirigía y luego lo animó que ingrese a la universidad de Memphis para que juegue con los Tigers. Precisamente, Hardaway dirige a dicho equipo en la NCAA.
Tras una extensa investigación, la liga universitaria determinó que tenía las pruebas suficientes para probar que Hardaway ayudó económicamente a Wiseman, quebrantando el espíritu amateur. La NCAA prioriza que los jugadores sean buenos estudiantes y luego buenos jugadores. El único apoyo que reciben los atletas son becas de estudios por cuatro años, ninguna ayuda en dólares.
Si bien no lo suspendió de por vida, lo retiró por 12 partidos. El jugador y el equipo apelaron ante la justicia y encontraron una medida cautelar para que pueda disputar encuentros con los Tigers. Tras la presión de la NCAA y las amenazas de más consecuencias, Memphis aceptó la sanción.
Tras conocerse la sanción, Wiseman expresó en su cuenta personal de Instagram que abandonaba la universidad y que se iba a dedicar a contratar un agente y prepararse para la NBA. Con ello se encuentra abierto para los contratos personales, publicidad e imagen, dándole un duro golpe a la organización.
-La gran industria de la NCAA-
La NCAA es una industria que genera muchísimo dinero en Estados Unidos. Al ser el semillero de la NBA, acapara muchas cámaras y atención mediática de parte de la prensa. Por año, la liga universitaria genera 1000 millones de dólares anuales, debido al contrato que firmó con la TV por 22 años (19.000 millones de dólares).
La famosa ‘Locura de Marzo’, donde compiten los mejores 64 equipos dentro de las 12000 facultades del país, genera 10.500 millones de dólares en apuestas. Las audiencias también son muy generosas, teniendo a la última final universitaria con 19.6 millones de espectadores. Algunos equipos tienen lucrativos contratos con las marcas de ropa, como UCLA con Under Armour, superando los 20 millones anuales.
Hay entrenadores que cobran más de 2 millones al año, liderados por el venerado Mike Krzyzewski y sus 8.8 millones en Duke.
Los únicos que no pueden cobrar son los jugadores, materia prima vital para este negocio. Sin jugadores no hubiese liga; sin embargo, el falso amateurismo los deja sin contratos lucrativos.
La super estrella Zion Williamson puso a la NCAA en el mapa mundial, ver a Duke impresionaba más que ver algunos juegos de la NBA. Pese a ello, recién pudo obtener dinero al ingresar a la NBA y firmar con los New Orleans Pelicans.
Esta injusticia fue denunciada en múltiples ocasiones, ya que la presión a la que los jugadores estaban expuestos no era remunerada de ningún modo, solo con becas y con estatus social dentro de la universidad. Personajes como LeBron James, quien pasó del college a la NBA, o Barack Obama, han criticado con fiereza a la NCAA por el sistema que utiliza.
Otros jugadores como LaMelo Ball y R.J. Hampton, dos de los tres mayores prospectos del próximo draft, optaron por no jugar en la NCAA e irse a ligas profesionales, cobrando salarios y contratos de imagen, en Australia y Nueva Zelanda respectivamente.
-Decisión-
La salida de Wiseman podría marcar el éxodo de los mejores jugadores universitarios hacia ligas profesionales hasta ser elegibles en el Draft para jugar en la NBA. Con ello, la NCAA perdería mucho poder y todo bajaría: audiencias, acuerdos económicos, asistencias a los estadios, mercadería, entre otros.
Por ello, ante el temor de perderlo todo, la liga resolvió modificar el reglamento a partir del 2021 para permitir que los deportistas puedan explotar sus derechos de imagen, lo cual abre la puerta a que reciban dinero de patrocinadores y agentes.
Se trata de un cambio histórico porque supone abandonar la estricta filosofía amateur que la NCAA ha mantenido durante décadas y con ello se inicia el fin del falso amateurismo de una industria que gana mucho y paga poco.