¿Emanuel Ginóbili es el mejor jugador de la FIBA en la NBA?

RAÚL CASTILLO @RaulCastillo87 

De Drazen Petrovic se hablaba de un partido en el que había llegado a los 112 puntos con solo 18 años en la entonces Yugoslavia de los años 80. De Arvydas Sabonis se decía, en su momento, que pudo ser uno de los mejores pívots de la historia y que poseía la habilidad de Larry Bird y la capacidad atlética de Kareem Abdul Jabbar. Tampoco, y no mucho menos, se ha dejado de comentar sobre la polifuncionalidad de Toni Kukoc en Yugoslavia, Italia y la NBA. Con el paso del tiempo, y tras observar a un sinnúmero de jugadores que probaron suerte en el mejor básquet del mundo, la buena lista de superestrellas venidas del extranjero a Estados Unidos se podría resumir en solo siete de ellos: Drazen, Sabonis, Kukoc, Nowitzki, Parker, Gasol y Emanuel Ginóbili. 

Drazen hizo un pequeño legado con los New Jersey Nets en los inicios de los 90. Tras un mal comienzo de carrera, en que apenas salía del banco para reemplazar a Clyde Drexler y otros cracks, el croata se convirtió en el jugador franquicia de los Nets. Allí hizo en promedio más de 20 puntos por partido y hasta se rumoreaba que llegaría a ser el segundo escolta mejor pagado de la NBA, solo detrás de Michael Jordan. Lamentablemente, un accidente de auto en junio de 1993 acabó con la vida de quien fue llamado por algunos el Mozart del baloncesto.  

Con respecto a Sabonis, se podría decir de todo hasta una rotura del tendón de Aquiles en 1987. Quizá siempre sea una incógnita si hubiese llegado un año antes a la NBA y no diez después al convertirse en el ‘rookie’ más viejo de la historia del Draft. Ante ello, a la repentina muerte de Drazen y la lesión de Sabonis, ninguno pareciera encontrarse al nivel de rendimiento de Manu Ginóbili y Pau Gasol.

EN EL PRESENTE 

En una temporada regular, que está a días de finalizarse, cabría preguntarse si Ginóbili ha sido más que Gasol. Pau bate récord con los Bulls, Manu lo hace en compañía con los Spurs, pero a la hora, y siendo más emotivos, el legado del argentino quizá ha sido más grande que el del español. Uno de sus entrenadores (Sergio Hernández) lo ha nombrado el mejor jugador FIBA (Federación Internacional de Básquetbol) de la historia y ¿por qué no? Gasol vuelve a resurgir, pero Manu ha seguido firme al lado de Popovich. 

Si la temporada pasada y el inicio de esta se pensaba en el fin de una dinastía, los Spurs han mostrado que aún hay combustible, más aun para Manu. Lo que nunca sabremos con Drazen y Sabonis, sí lo hemos visto con Gasol y Ginóbili, y no quedan dudas de la constancia y regularidad de uno con respecto al otro.

Manu no está más en la selección argentina, aunque parece seguir dentro de un equipo que pronto se despedirá de su insignia Duncan para dársela a él. Al menos si es solo para una temporada, sería todo un logro del argentino con relación al español, que ha ganado espacio e importancia tras las lesiones de Derrick Rose.

Manu es leyenda en San Antonio y quizás ahí radique la diferencia de uno con el otro. El legado ha sido más grande. 

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