Así entrena Inés Melchor en Toronto para Juegos Panamericanos

Es domingo y la mayoría de los peruanos abraza a sus viejitos mientras celebran el Día del Padre viendo el Perú-Colombia. Inés Melchor, en cambio, está en Toronto a miles de kilómetros de su padre, pero igual se siente en familia. Un grupo de compatriotas se ha juntado para ver el partido con la atleta y, para todo el Perú, Inés Melchor es parte de la casa.

La huancavelicana viajó la semana pasada a Canadá para entrenar y reconocer la ruta en la que correrá su próxima maratón. Es la primera vez que hace algo parecido. “Normalmente estudio la ruta cuando estoy en el avión camino al lugar donde correré, pero esta vez se trata de los Juegos Panamericanos y quiero estar lo mejor preparada posible”, nos explica Inés por teléfono, antes de desayunar.

Viene de entrenar en el parque por donde pasará la ruta de los 42 kilómetros con Rosvelino Chocca. El atleta de élite la exige a llevar un paso altísimo al momento de trotar. Ninguna mujer en el Perú puede ayudarla en esta tarea.

Mientras la fondista nos cuenta sobre sus peripecias por Toronto y se ríe de los malentendidos al tratar de hablar en inglés, Pedro Kim, su entrenador, planea qué cocinará más tarde. “El maestro nos prepara comida coreana, es rica. Ya estamos acostumbrados”, dice Inés. Este viaje de entrenamiento se lo debe al IPD y a las empresas privadas Entel, Bembos; Hiraoka y adidas. Ellos apostaron por Inés y por el deporte peruano.

LOS RETOS
Perú solo tiene cinco medallas de oro en la historia de los Juegos Panamericanos. Melchor se ha propuesto regalarnos la sexta. “Llego con más confianza a Toronto de la que tuve en México [J. Panamericanos 2011 donde logró el bronce en los 5.000 metros]. No había entrenado al 100% porque estaba en la universidad. Ahora me dedico netamente al deporte”, explica.

La atleta regresará el 30 de junio al Perú, entrenará en Huancayo dos semanas más aprovechando la altura y luego volverá a Toronto. La maratón y los 10.000 metros planos la esperan. Y aunque es Inés la que corre, el Perú entero empuja sus pies.

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