“Los autos de Fórmula 1 realmente no están hechos para eso. Ya no me gustan los circuitos urbanos", admitió en su momento Max Verstappen. (Foto: Agencias)
“Los autos de Fórmula 1 realmente no están hechos para eso. Ya no me gustan los circuitos urbanos", admitió en su momento Max Verstappen. (Foto: Agencias)
Daniel San Román

Hace unos meses, desde este mismo espacio, poníamos la alerta sobre la tendencia de la categoría de llenar de circuitos callejeros en el calendario. Así como si se tratara de un videojuego, la programación de la categoría reina se estaba volviendo en una live edition de “Need for Speed”. “Los autos de realmente no están hechos para eso. Ya no me gustan los circuitos urbanos. Los circuitos urbanos son divertidos para las fotografías, pero no para las carreras”, admitió en su momento Max Verstappen, actual bicampeón regente.

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Desde hace ya unos años la designación de fechas de la categoría se ha convertido en una subasta. Los países ponen mucho dinero en la mesa para ser considerados en el calendario con la intención de impulsar el turismo. Así los organizadores ganan con el vendaval de aficionados y equipos que llegan a la ciudad y aprovechan la transmisión para atraer a más turistas. Por esto los circuitos urbanos son siempre una buena opción dado que muestran la ciudad y no obligan a grandes inversiones en infraestructura.

Lamentablemente esta tendencia está haciendo que los circuitos tradicionales comiencen a desaparecer de la programación. Con la constante puja de los gobiernos por tener carreras, cada fecha se ha vuelto en un negocio rentable donde a los pequeños clubes organizadores se les hace más difícil combatir con, por ejemplo, la billetera de los principados árabes.

Una muestra es la situación de la tradicional fecha de Monza, que ha formado parte del calendario desde 1950, cuya presencia en la programación no podría asegurarse en los próximos años. “Invertimos 44 millones de euros el año pasado, lo que estuvo muy bien, pero aun así perdimos algo de dinero debido a los costes de funcionamiento altos, independientemente del gran premio. Ahora nuestro presupuesto empieza a tener dificultades. No podemos quedarnos solos en este desafío. Hicimos un milagro para tener dos carreras hasta 2025, pero habría que ser muy optimista para pensar que se mantendrá más allá de esa fecha”, admite Angelo Sticchi Damiani, presidente de la ACI y organizador de la carrera.

El ritmo de exigencia del actual campeonato y las expectativas de la categoría están haciendo que a los tradicionales clubes organizadores el reto les quede grande. “La historia siempre debe ser recordada y valorada pero no debe ser una excusa para no invertir. De Monza e Imola espero un cambio de marcha en términos de inversiones”, ha declarado Stefano Domenicali, presidente y CEO de Fórmula 1, dejando en claro que la melancolía no se cotiza al alza en esta categoría. Así que estén prevenidos. No se sorprenda si dentro de poco tenemos un calendario con muchas pruebas callejeras y aroma a videojuego.


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