Golden State Warriors: por histórico récord de Bulls de Jordan
Golden State Warriors: por histórico récord de Bulls de Jordan
Julio De Feudis

Hay un fenómeno en la actualidad llamado que está dispuesto a romper cuanto récord se le ponga en frente. Dirigidos por Steve Kerr, exintegrante del excepcional quinteto de Chicago, y veinte años después de alcanzar una cantidad de victorias nunca antes vistas, los Guerreros del ‘Estado Dorado’ (denominación descriptiva oficial del Estado de California), hoy con una marca de 69-8 y con cinco partidos por delante, tienen la chance intacta de convertirse en el equipo con más triunfos en una temporada regular desde que se instauró la National Basketball Association () en 1950.


Aunque la inesperada derrota en casa ante los Celtics de Boston el último viernes por la noche –la primera caída en su feudo del Oracle Arena en esta temporada- complicó ligeramente la consecución de la hazaña de los Golden State Warriors en la NBA.

¿Por qué Golden State Warriors se ha convertido en un equipo de época?

Aún después de conseguir su título en 1975, los Warriors siempre fueron un equipo sin grandes aspiraciones. Con mucho esfuerzo lucharían por obtener un lugar en los play-offs, aunque normalmente cedían a sus mejores jugadores a equipos de mayor renombre y poderío económico. La historia de los Guerreros empezó a cambiar a partir del Draft de 2009 en el que seleccionaron como armador a Stephen Curry.

“Steph” es considerado por muchos el mejor lanzador de la historia de la NBA. Tiene un cambio de ritmo y un freno demoledor, características que le brindan el espacio que necesita para encestar desde ángulos inverosímiles y, en muchos casos, con solo centésimas de segundo para ejecutar el lanzamiento. Su porcentaje de efectividad supera el 50 % y su marca de triples es tremenda: 45.6%. Por si fuera poco, alcanza un promedio de más de 30 puntos por partido, el más alto de la NBA.

Pero no fue sino hasta la temporada 2012-13 en que los Golden State Warriors obtendrían su boleto a los playoffs en mucho tiempo. A la madurez que ya le daban tres temporadas a Curry, se sumó el talento de Klay Thompson, un jugador con números brutales: su eficacia en tiros de campo es casi tan buena como la de Curry (47.1%) y en lanzamientos fuera del perímetro supera el 43%. Junto a “Steph” promedian casi la mitad de los puntos de su equipo por partido. Alucinante.

Klay Thompson y Stephen Curry, dupla letal de los Warriors. (Foto: Reuters)

Estos dos jugadores le inyectaron jerarquía y juventud a un equipo que se estaba acostumbrando a los fracasos, haciéndose aún más fuertes tras la adquisición del australiano Andrew Bogut, un corpulento pívot de 2.13 m, exfigura de los Bucks de Milwaukee, contratación que le solucionó varios problemas defensivos y le dio una presencia importante en el poste bajo.

Si bien el trabajo del antecesor de Kerr, Mark Jackson, mantuvo al equipo entre los mejores de la liga, Golden State no daba la talla en los juegos de post temporada. Así, sería eliminado ante los Clippers en 2013 y los Spurs en 2014, resultados que determinaron su despido y la contratación de Steve Kerr.

Kerr, tras su época de jugador, fue comentarista para la cadena TNT, siendo posteriormente nombrado gerente de los Phoenix Suns, en donde hizo un gran trabajo, llevando el equipo a las finales de la conferencia en 2010. Tras su experiencia en Phoenix retomó los comentarios en televisión y sin ninguna experiencia importante como head coach llegaría a un acuerdo para convertirse en entrenador de los Warriors.
En su primera temporada el equipo utilizó el triángulo ofensivo que tantos éxitos le había dado a los Bulls de Phil Jackson. Kerr conocía de cerca la filosofía implantada en la exitosa década de los noventa en Chicago y la puso de manifiesto rápidamente en Golden State.

Kerr además había sido dirigido por otro coach de mucha sabiduría como Gregg Popovich en los Spurs. Haber sido dirigido por Jackson y Popovich en la NBA es como haberlo sido por Guardiola y Mourinho en el fútbol. Dos estrategas históricos, aunque de estilos opuestos, de resultados exitosos. El entrenador de Golden State resultó ser una esponja: había absorbido bien todas sus enseñanzas.

En su primera temporada como técnico, los Guerreros lograron el título de la NBA derrotando 4-2 a los Cavaliers de Lebron James. En las finales brilló Curry, liderando al equipo y tomando con gran acierto las decisiones en los momentos difíciles.
Además apareció la figura de Andre Iguodala, un veterano shooting guard que añadió experiencia y efectividad al quinteto californiano.

Este año se ha mantenido a casi la totalidad del plantel, sumándose al brasileño Anderson Varejao, otro pívot gigante de 2.11 m, reemplazante natural de Bogut y gran rebotero.

Para superar el récord del legendario Bulls de Jordan, Pippen y Rodman, los Warriors necesitan ganar cuatro de sus últimos cinco partidos, los cuales incluyen dos encuentros ante los temibles Spurs y otros dos ante los poderosos Grizzlies de Memphis, por lo que parece complicado –especialmente después del tropiezo ante los Celtics- que pudieran batir esa marca. Pero si de algo no habrá que sorprenderse es de la capacidad del equipo, un cuadro que ha rozado la excelencia y que se encuentra enfocado en ganarlo todo.

La noche del 13 de abril, final de la temporada regular para Golden State, veremos si es tiempo ya de retirar de la pared nuestros empolvados posters de los Toros y reemplazarlos por los azules y oro de los Guerreros.

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