Daniel San Román

La primera mitad de la temporada ha sido disputada con gran emoción, y ahora, con un parón de más de tres semanas por venir, la atención se concentra en los espejos retrovisores de Max Verstappen. Después de 11 fechas disputadas, el bicampeón lidera con una impresionante ventaja de 110 puntos sobre su más cercano perseguidor, Checo Pérez. Esto representa un significativo 64% más de unidades en comparación con la misma etapa del campeonato en 2022, cuando Max solo tenía 38 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, Leclerc.

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El desempeño de Verstappen ha sido sobresaliente este año, con siete victorias consecutivas de las nueve obtenidas en 2023, siete poles, 6 vueltas rápidas y una presencia destacada en todos los podios del año. El camino hacia el tricampeonato parece asfaltado para él, demostrando ser una realidad imponente y aplastante en la Fórmula 1.

Si eliminamos las posiciones de Verstappen en cada carrera de este año, Checo Pérez lideraría la clasificación con 27 puntos sobre Fernando Alonso y 33 sobre Lewis Hamilton. Un torneo apretado que, con un abandono del líder, se ajustaría al mínimo. Esto desmitifica la idea de que la paliza que ha propinado Verstappen se debe simplemente a la superioridad del Red Bull. Checo, ocupando el segundo lugar en la clasificación, ha tenido problemas en tres Q1 y tres Q2. Cada error del mexicano enaltece aún más la grandeza de Max, convirtiéndose en el alimento para construir su leyenda.

Si sumamos todas las diferencias de tiempo por carrera con las que Max ha ganado este año, el acumulado sería un impresionante minuto con 54 segundos. Tiempo suficiente para liderar en el GP de Montecarlo, hacer una parada en boxes, ver a todos sus rivales dar una vuelta y aún así salir en primer lugar. Esta contundencia es respaldada por las declaraciones de Helmut Marko, asesor deportivo de Red Bull Racing, quien luego de la victoria de Verstappen en Hungría por más de 33 segundos, afirmó sin titubear que Max no estaba ni cerca del límite y que podría haber ganado por el doble.

Con el campeonato prácticamente asegurado, Max Verstappen ahora apunta a romper récords. Con siete victorias a falta de once pruebas, tiene la oportunidad de superar su propia marca de más triunfos en una temporada. Si gana las próximas tres carreras, incluyendo la de hoy en Bélgica, también quebraría el récord de más consagraciones consecutivas, establecido por Vettel en 2013. Además, si aumenta su ventaja sobre Pérez de 110 a 156 puntos, se convertirá en el piloto monarca con la mayor ventaja de puntos sobre el subcampeón. Estar en todos los podios y obtener trofeos en 8 de las próximas once carreras lo convertiría en el hombre con más trofeos en un año desde Schumacher en 2002. El reto más inmediato y complicado es el de poles positions; para ser el mejor poleman en una temporada, necesitará sumar 9 poles en las próximas jornadas con un 82% de efectividad. Un desafío retador, pero tal vez sea la motivación necesaria para despertar con ilusión y ponerse el antiflama, no solo para dominar en las carreras de los domingos, sino también para ampliar su abuso los sábados en la grilla de salida.