Pese a que Verstappen ha sido ampliamente superior a Checo Pérez en casi todas las competencias, hay un punto en el que el neerlandés no lo alcanza: en ventas de la gorra especial por el GP de Países Bajos. (Foto: Agencias)
Pese a que Verstappen ha sido ampliamente superior a Checo Pérez en casi todas las competencias, hay un punto en el que el neerlandés no lo alcanza: en ventas de la gorra especial por el GP de Países Bajos. (Foto: Agencias)
Daniel San Román

En un campeonato en el que domina con facilidad y en el que su victoria es prácticamente un hecho, a rara vez se le ve emocionado. Con el tricampeonato en la mira y un equipo a su disposición, Max ha desarrollado la misma emoción que un cajero automático siente al dispensar dinero: ninguna. Sin embargo, hay una fecha que siempre provoca en él una emoción inusual: Países Bajos. Correr ante su público, con las tribunas emanando columnas de humo naranja, es la ocasión perfecta para que el hombre que actualmente lo gana todo sienta un atisbo de humildad. Un poco de ansiedad al correr ante los suyos, en medio de un campeonato en el que cada vez más personas lo ven como un villano que adormece la categoría con su dominio aplastante.

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Antes de este reinicio de temporada, varios han encendido las alarmas sobre lo que podría deparar la segunda mitad del campeonato. “Siendo sincero, hay muchas posibilidades de que Max gane todas las carreras que quedan si no tiene problemas. No ha cometido errores en todo el año y su equipo parece sacado de una película de ciencia ficción. Pueden ganarlo todo. Junto a Mercedes, trabajamos en cada carrera para estar listos en caso de que algo le ocurra o falle. Estamos preparados para aprovechar cualquier oportunidad, pero sabemos que depende más de él que de nosotros”, afirmó Lewis Hamilton sin titubear en la previa de la carrera en el circuito neerlandés. Lo expresó con seguridad, respaldado por sus títulos y récords, lo que le permite admitir que en este momento no está a la altura sin perder su estatus de figura.

Mientras todos esperan que Max repita su desempeño de la primera mitad de la temporada, también hay un grupo que está atento al anticipado resurgimiento de Checo Pérez. El piloto mexicano tiene contrato hasta finales de 2024, y el equipo Red Bull salió antes de la pausa a disipar los rumores sobre la posibilidad de una terminación anticipada. “Tenemos un contrato. Estamos satisfechos con Checo y será nuestro piloto el próximo año. Aunque siempre es bueno tener más opciones, como Alpha Tauri y Toro Rosso. Somos un equipo de élite y siempre evaluamos pilotos”, expresó Christian Horner, el director del equipo Red Bull.

En realidad, más allá del respeto por su contrato, Pérez siente que ya no recibe la misma atención que antes. En gran medida, esto se debe a su enfrentamiento público con Max y, sobre todo, a las pobres clasificaciones que ha tenido en la primera mitad de la temporada. Todos en la parrilla saben que Red Bull tiene todo a su favor para lograr el 1-2 en cada carrera este año, pero debido a los errores de Checo, el piloto mexicano lucha los sábados y se esfuerza los domingos. Si no logra mantener un rendimiento constante en estas carreras, todo indica que en 2024 el equipo empezará a buscar activamente un segundo piloto para acompañar al “toro alado”. Por ahora, Verstappen tiene contrato hasta 2028, y está claro que quien se una al equipo asumirá un papel secundario.

Por el momento, la presencia de los dos Red Bulls en el Gran Premio de Países Bajos despierta el interés de todos. Max frente a su público y Checo ante la afición de un piloto con el que está claramente enfrentado. Ante la posibilidad de una recepción hostil por parte de los fanáticos naranjas hacia el mexicano, Pérez opta por el humor. “¿Me preocupa que los fanáticos de Max no me apoyen? Para nada. Estoy seguro de que lo harán, ya que les resultará difícil distinguir en la pista a qué Red Bull pertenece cada piloto”, fueron las palabras con las que Checo intentó calmar las expectativas antes de Zandvoort. Una respuesta rápida y ágil, que parece mostrar una mejor habilidad ante los micrófonos que en las sesiones clasificatorias sabatinas.

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