Hace menos de un año, Juan Postigos había tomado la difícil decisión de sacarse el judogi y el cinturón negro que le ha acompañado durante varios años para enfocarse en sus proyectos personales. Pero, por más que quiso, no logró abandonar el deporte. De haber pensado, en ese entonces, que su ciclo había llegado a su fin después de Tokio 2020, ahora el judoca nacional ha encontrado nuevos desafíos que le motivan a seguir sus andanzas. En los Juegos Bolivarianos Valledupar 2022, él liderará a una delegación de más de 400 deportistas que representarán al Perú. Su especial elección no es ninguna casualidad. El hecho de haber conquistado una medalla en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y haberse colgado seis preseas en el Campeonato Panamericano de Judo le respalda totalmente.
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— ¿Cómo inició tu aventura en el judo? ¿A qué edad y quién te lo inculcó?
Yo soy una persona muy hiperactiva desde muy pequeño. Cuando tenía 6 años, un club de judo fue al colegio de primaria donde estudiaba, en el Rímac, buscando un espacio. Mi colegio le da el espacio y entonces yo, por suerte o destino, caigo ahí. Me gustó, inicié el judo y desde ese momento comencé a practicarlo.
— ¿En tu familia, alguno ha practicado deporte?
No, ni mi papá ni mi mamá son deportistas. Les gusta el deporte, sobre todo el fútbol, y a mi mamá le gustaba mucho el atletismo, pero nunca llegaron a ser de alto nivel.
— ¿Qué dificultades has experimentado en este camino?
Yo creo que no existe un deportista de alto rendimiento que no tenga dificultades para alcanzar un logro. Siempre hubo altos y bajos. Hay que superarlos siempre, creo que eso es importante, te ayuda a madurar como persona y como atleta.
— ¿Cuál es la mayor dificultad con la que has lidiado?
He tenido varias dificultades, como en los Juegos Panamericanos, donde me quedé sin una medalla. Para mí Lima 2019 no es un buen recuerdo, es un evento donde yo la pasé muy duro y te digo que actualmente no lo logro superar -quedó quinto-. Cuando me hablan de Lima 2019, yo prefiero cambiar el tema porque no es el mejor torneo que hice en mi carrera deportiva, a pesar de que ese año venía muy bien. Pero son cosas que te ayudan a volver a ponerte de pie y seguir hacia delante, porque al fin y al cabo pude llegar a las Olimpiadas, que eso también fue muy importante.
— ¿Has tenido que lidiar con problemas económicos durante tu carrera?
El IPD siempre me ha apoyado desde muy joven. El problema con este apoyo es que, claro, todo depende de resultados deportivos. En algunos momentos han querido bajarme el apoyo sin respetar la carrera y la trayectoria del atleta, sabiendo que ya han sido más de 10 años en los cuales yo me he mantenido en el mismo nivel, por los cuales he ido a tres Olimpiadas y demás. Entonces creo que las personas que entran a manejar la metodología en el deporte peruano, y sobre todo en el IPD, no saben tanto de alto rendimiento y eso creo que influye mucho. Los atletas tenemos que sentirnos respaldados y no tenemos que pensar en si nos dan más o si nos dan menos.
— ¿Recuerdas cómo fue tu primera experiencia internacional?
Si me hablas de adultos, cuando tenía 15 años mi primer torneo internacional fueron los Juegos Bolivarianos del 2005, donde gané y después de ahí me generó mucha ilusión a seguir compitiendo, a pesar de mi corta edad, en torneos senior. Tomé el riesgo, porque salté de etapas, pero no me arrepiento de ello.
— ¿Qué has tenido que sacrificar para llegar a donde estás hoy?
Muchas cosas. Mi adolescencia; mi familia, porque yo vive en Francia hace 12 años; salir con amigos; ese periodo universitario corto que tuve, pero que también implicaba tener que elegir en irte a tomar e ir de juerga con los amigos o irte a entrenar. Hay muchas cosas de las cuales no me arrepiento, porque me han llevado a tres Olimpiadas. El apoyo de mi familia ha sido muy importante para poder lograrlo.
— Como dices, eres un deportista olímpico. ¿Qué representa eso para ti y tu carrera?
Es un orgullo. Yo creo que estoy en una lista muy corta de deportistas que han llegado a los Juegos Olímpicos. Existen deportistas muy buenos con medallas panamericanas, que no han podido llegar a una Olimpiada. Entonces, me siento honrado de haber podido llegar a tres. Ha sido un esfuerzo muy grande para poder lograrlo.
— Vas a ser el abanderado de una delegación de más de 400 deportistas. ¿Qué significa esa gran responsabilidad para ti?
Me siento bastante honrado, ya que existen muchos deportistas de muy buen nivel y con buenos resultados que también van a competir ahora. El hecho de haber sido elegido entre todos ellos, me siento honrado por eso.
— ¿Cuáles son tus expectativas de cara a estos Juegos Bolivarianos?
Hay que salir a ganar los Juegos Bolivarianos, hay que buscar empezar bien en el ciclo olímpico, pero todo depende de la competencia. Hay días buenos y hay días malos. Uno no es vidente para decir ‘voy a ganar’. Simplemente hay que competir de la mejor manera para poder buscar el mejor resultado posible.
— ¿Cuál es tu principal sueño en este deporte?
Mi principal sueño deportivo no lo sé. Yo estoy tratando de vivir el día a día, competencia tras competencia. Me siento en una etapa en la cual pensaba retirarme después de Tokio 2020 y al final no lo hice. Entonces, yo estoy tratando de disfrutar competencia tras competencia de los pocos años que me quedan aún en el deporte y las metas las veré en el momento.
— ¿Cómo fue esa etapa en la que pensaste retirarte después de Tokio 2020?
Fue una etapa en la cual no pude. Yo ya había decidido retirarme después de Tokio 2020, tenía otros proyectos personales con mi pareja, pero el amor por el deporte pudo más. No podía dejar de ir a entrenar, no podía quedarme en casa quieto. Tenía que estar haciendo algo. Creo que eso fue más que todo. Entonces, por ahora, yo quise hacer un año de prueba para ver en qué condiciones estaba y en el primer torneo del año que hice quedé segundo en un Panamericano continental con Oceanía. Eso me motivó a querer seguir. Por ahora uso esa energía para poder continuar, pero no sé hasta dónde me lleve.
— ¿Personalmente qué sientes al representar al país?
Es una alegría inmensa. Me siento bastante orgulloso por competir por el Perú, siento que es distinto cuando peleas por tu país que por tu club y, sobre todo, buscar el mejor resultado posible para tu país. Y que ellos te lo reconozcan es muy importante.
— ¿Qué otros desafíos se aproximan?
Por ahora, seguir compitiendo seguir hasta donde el cuerpo de, esperando llegar a diferentes torneos. No cierro la puerta a nada, ni a los Juegos Panamericanos (Santiago 2023) ni a los Juegos Olímpicos París 2024, pero eso tiene que construirse poco a poco. No puedo decir que voy a llegar hasta allá, pero lo que puedo decir es que en el camino se verá y que tenemos que ir paso a paso para tratar de llegar hasta allí.