Cuando en los primeros meses del 2023, en la gira sudamericana (en Chile, Argentina y Brasil), Juan Pablo Varillas comenzaba a destacar constantemente y a jugar partidos de gran nivel frente a rivales top (Thiem, Musetti, Norrie, etc), uno podía presentir que este año era el bueno. Que el 2023 iba a ser el del despegue para Juan Pablo. Y en este Roland Garros, el histórico torneo que se desarrolla en Francia y quizá el más importante del circuito tenístico, lo está demostrando.
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Solo en este año, Varillas disputó el abierto de Australia en enero, consiguió su mejor ránking (#76 ATP en marzo), y ha jugado algunos de los Masters 1000 más importantes. Aunque no pudo ganar en ninguno de esos (Miami, Roma, Montecarlo y Madrid), algo hacía presagiar que estaba en el camino correcto.
Y así ha sido.
Lleva desde enero metido en el Top 100, ése al que tanto costó llegar y romper esa barrera de estar siempre cerca. Se afianzó, compitió contra los mejores y ahora está allí: viviendo el sueño en Roland Garros, torneo en el que arrancó en el cuadro principal y luego de dos maratónicos partidos (primero ante la promesa china Shang y luego ante el experimentado español Bautista Agut) en los que estuvo 0-2 abajo en sets, ‘Juanpi’ se repuso y ahora enfrentará un nuevo desafío: una torre polaca de 1.96m llamada Hubert Hurkacz (#14 ATP). Si Varillas acaba de tumbarse al favorito 19 del torneo, ¿cómo le irá contra el décimotercer sembrado del Abierto de Francia?.
¿Hay razones para creer en una victoria peruana? Las hay, Varillas está jugando el mejor tenis de su vida, aunque claro está, podría intentar arrancar mejor los partidos (el rival también juega, ojo) y así no desgastarse tanto física y mentalmente. A su favor está que Hurkacz también viene de un maratónico duelo de casi 5 horas, así que van parejo, aunque el peruano este jueves tiene un partido de dobles. El tenista se jugará en el siguiente duelo la posibilidad de subir casi 20 puestos en el ránking ATP. Si hoy en el Live Ránking está #77, de ganar ante Hurkacz se ubicará entre los primeros 60 del mundo. Sería una locura.
En el cuadro del torneo, ése que hoy tiene al peruano entre los mejores 32 de Roland Garros, se va paso a paso. Allí donde ya están Alcaraz, Rublev, Tsitsipas y otros cracks, hay un peruano, después de 17 años (Horna en Australian Open 2006 fue el último). Aunque es inevitable mirar, soñar y creérsela, de que si Varillas sale airoso ante el polaco, un tal Novak Djokovic podría ser su rival en un hipotético partido de octavos de final. ¿Se imaginan? Bueno, todos, creo. Pero paso a paso. ‘Juanpi’, ¿podemos soñar junto a ti?
EL PARTIDO
Me pregunto qué debe pasar por la cabeza cuando Varillas ve que todo lo que tira, Bautista Agut se lo devuelve. No solo una, dos, todas las veces que intenta algo, el español devuelve un misil. Y Juanpi se equivoca, se frustra, se deja ir. El tenista peruano cae en los dos primeros sets (6-1 y 6-3) y volver a meterse en el partido supone una épica pocas veces vista.
Bautista Agut nunca había perdido cuando estuvo 2-0 a favor. De hecho, el español tenía un invicto de más de 50 partidos cuando se impuso en los dos primeros sets. Así que Varillas tenía que hacer algo que nadie antes había hecho.
Pero las pelotas comenzaron a entrar, el español comenzó a cansarse y Juanpi vio alguito de luz. Esa que lo hizo ir hacia adelante, a ser más acertado en los puntos clave de cada game. El tercer set fue un 6-3 para el peruano y desde allí, atención médica.
Varillas por molestias en su hombro derecho y Bautista Agut por unas ampollas en el pie izquierdo. Pasado el receso, un huracán llamado Juan Pablo Varillas pasó por la cancha 13 del enorme complejo deportivo situado en el corazón de París.
El peruano fue sólido, contundente, arrasador y hasta letal en cada punto. Cada drive, revés o drop shot esta vez hincaba y hería a Bautista Agut de manera irremediable. Varillas se llevó por 6-1 el cuarto set y en el quinto y definitivo, aún con algunos sobresaltos en eternos games de casi 10 minutos, el peruano supo salir airoso y volver a golpear con un 6-1 final.
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