Despierto por la mañana, reviso el celular, abro la app de resultados deportivos y la desazón aparece. Juan Pablo Varillas cayó ante Marco Trungelliti por 6-0 y 7-6(5) y con esto se queda sin la posibilidad de jugar Roland Garros, el que es para muchos el torneo más importante del calendario tenístico y aquel lugar donde hace menos de un año “Juanpi” nos hacía soñar.
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¿A dónde se fue el tenis de Varillas? Cómo pasas de jugar a gran nivel ante Zverev en Australia 2023, a ganarle a Musetti en Buenos Aires y vencer en maratónicos partidos a Shang, Bautista Agut y Hurkacz (hoy #8 del mundo) para cerrar la mejor semana de tu vida con la mejor recompensa: enfrentar a Djokovic en octavos de final de Roland Garros. Si hace un año el tenista peruano alcanzaba el puesto 60 del competitivo y voraz ránking ATP, en unas semanas (post Roland Garros), “Juanpi” estará por debajo del puesto 150. ¿Qué pasó?
Una cantidad de errores en momentos puntuales de partidos han condenado a Varillas a este bache tenístico del que no logra salir. Nunca tuvo un gran servicio, pero solía devolver todo, un incansable. Una buena derecha, un potente revés. Hoy ni eso le está alcanzando para saber imponerse ante rivales de nivel similar o inferior. Algunos dicen “es la cabeza”. Pero cómo jugar al psicólogo y decir es esto u lo otro. Varillas tiene un equipo de trabajo corto: su entrenador Diego “Chuky” Junqueira y su fisioterapeuta. Quizá algún cambio o refuerzo pueda venir por allí.
Cuando uno revisa comentarios en redes sociales es para llorar: los “Fracasado”, “ya llegó a su techo” y “es un perdedor” pululan entre cual plataforma uno se asome. En Instagram y Facebook, donde todos deben dominar el revés a dos manos y cometer cero errores no forzados, todos son buenos y nunca decayeron en su vida, seguro.
Todo ha sido así en este 2024 de terror para Varillas: una sola victoria en el año (a nivel ATP) y ocho derrotas era su récord ante de llegar a la qualy de Roland Garros. En el camino, cayó feo en la Davis ante los chilenos hoy top 25 Jarry y Tabilo. Perdió rápido en Argentina donde defendía 90 puntos por sus semifinales del año pasado. Y así. En una montaña rusa en la que solo vas hacia abajo, Juan Pablo no ha podido darle la vuelta a la situación. Durante este año ganó el Challenger de Santiago. En un intento por volver a saborear victorias, Varillas se anotó a varios challengers en Sudamérica con sensaciones positivas, pero insuficientes en puntos para lograr el objetivo: volver a ser top 100 del mundo.
Hoy, con su derrota en la primera ronda de la qualy de Roland Garros, Varillas le dice adiós al abierto parisino, aquel en el que consiguió el mejor resultado de su carrera. En 2023 logró tres victorias consecutivas (más 3 de la qualy) para meterse entre los 16 mejores del torneo. Y hasta con mejor suerte (le tocó Djokovic en 4R), quién sabe hasta dónde pudo haber llegado.
Torneo ATP | Rival | Resultado |
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ATP 250 Adelaide | M. Dellavedova | 3-6, 6-0, 4-6 |
ATP 250 Córdoba | Y. Hanfmann | 7-5, 6-7, 1-6 |
ATP 250 Buenos Aires | Ugo Carabelli | 6-7, 4-6 |
ATP 500 Río | A. Ramos-Vinolas | 6-3, 3-6, 5-7 |
ATP 250 Santiago | F. Comesana S. Baez | 6-2, 3-6, 6-1 6-4, 4-6, 2-6 |
ATP 250 Houston | M. Mmoh | 2-6, 6-7 |
Masters Roma (Qualy 1) | Moreno de Alboran | 4-6, 5-7 |
Roland Garros (Qualy 1) | M. Trungelli | 0-3, 6-7 |
¿Estamos ante un fracasado y un perdedor?
Por supuesto que no. Varillas llevó al tenis peruano otra vez ante los ojos del mundo. Hizo que cada mañana -o madrugada- alguien despertara con la idea de ver buen tenis, de competir ante los mejores, de ganarle a los rivales más pintados. “Juanpi” lo hizo ya, y esperamos que vuelva a hacerlo. Se lo merece. Además, el tenista llevó a Perú a volver a competir en la Copa Davis. Solo Chile y en Santiago impidió que el equipo capitaneado por Lucho Horna vuelva a las Finales de la Copa Davis (antes Grupo Mundial). Perú cayó 2-3 y aunque con un errático Varillas, él fue responsable en gran parte de que llegáramos a esa instancia.
Varillas es humano, un chico que batalló durante años por cumplir un sueño: ser un tenista profesional, enfrentarse a los mejores del mundo y mantenerse allí, en la élite. El sueño lo ha cumplido, ojo. Ha costado mantenerse, sí. Este año el tenista peruano cumplirá 29 años. ¿Podemos decir que “Juanpi” se merece intentarlo una vez más?