Christian Cruz Valdivia

La tribuna de la cancha 13 de Roland Garros de pronto se convirtió en esos asientos de cemento de la cancha Hermanos Busse del Lawn Tennis. El público que gritaba “Juanpi, Juanpi” eran como los viejos amigos que siempre están. Y las lágrimas de Juan Pablo Varillas no eran más que el llanto de la emoción de demostrarle al mundo que es un tenista de élite.

Contenido Sugerido

Contenido GEC