Parece una película de terror. El deporte peruano es un caballo desbocado y lo maneja un jinete sin cabeza. A la renuncia de Francisco Boza al Instituto Peruano del Deporte (IPD) el 5 de noviembre del año pasado, se sumó ayer la de José Quiñones a la presidencia del Comité Olímpico Peruano (COP). Descabezado, el deporte nacional cabalga a la deriva. Y puede que, en su paso sin rumbo, termine estrellándose contra los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Esta semana, el congresista oficialista Daniel Abugattás denunció al COP por realizar gastos excesivos en la remodelación de sus oficinas en la Videna.
Según el parlamentario oficialista, 1.500 millones de soles fueron destinados para este propósito. Su pedido de investigación fue respaldado por la titular de la Presidencia del Consejo de Ministros, Ana Jara.
OJOS CRÍTICOS
Más allá de las acusaciones y descargos de cada lado, lo cierto es que esta polémica amenaza a Lima como sede de los Juegos Panamericanos. A ojos de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), nuestros Juegos no tendrían el respaldo gubernamental necesario para ser realizados con éxito.
¿Por qué? Además de la última denuncia por parte del oficialismo, el Plan Maestro (documento guía para la implementación de infraestructura necesaria para Lima 2019) sigue en los escritorios de la PCM desde hace 5 meses esperando su aprobación.
A esto se suma que dentro del Presupuesto General para el 2015 no figuran los Juegos Panamericanos –a pesar de que si no comenzamos a licitar las obras hasta mitad de año, nos quedamos con el tiempo al cuello–. Y ya si pensamos que hace 2 meses y 4 días que el Ejecutivo no nombra a un nuevo presidente del IPD, pues es un caso difícil de defender.
REUNIÓN CLAVE
La Odepa tendrá su asamblea general este lunes y martes en México. Allí se discutiría nuestro caso y, de decidirlo así, la organización podría quitarnos la sede de los Juegos Panamericanos.
No sería algo extraño: la Odepa, al igual que otras organizaciones olímpicas, prefiere curarse en salud antes de que peligren sus eventos. Una fuente cercana al COP le dijo a Deporte Total que, incluso, la Odepa había citado de urgencia al comité peruano para que presentara un informe sobre lo sucedido esta semana.
Aunque José Quiñones anunció su renuncia la mañana de ayer, sería él quien viaje, pues permanecerá en el cargo hasta que su carta de cese sea presentada en una asamblea con las federaciones (aproximadamente en 15 días).
De quitarnos la sede, Perú no solo no albergaría los Panamericanos del 2019, sino que, seguramente, sería sancionado.
Nuestros atletas clasificados a Toronto 2015 podrían competir pero no representando a Perú, sino bajo la bandera de la Odepa. Las medallas no irían a nuestro historial y no conseguiríamos la sede de un evento importante en años.
Pero más importante aún, el deporte peruano perdería la mejor oportunidad para reinventarse.