La velocidad siempre ha acompañado a la familia Bianchi. Al igual que la tragedia. El domingo fue el turno de Jules pero la terrible escena del auto de Marussia estrellándose contra una grúa no es nueva.
Jules está corriendo la carrera más importante, la de su vida, y sus padres esperan que esta vez llegue entre los primeros. Lucien, el tío abuelo del piloto francés, murió hace 45 años cuando probaba un Alfa Romeo para la tradicional competencia 24 horas de Le Mans.
Lucien fue uno de los mejores automovilistas en la historia de Bélgica. Nació en 1934 en Milan y durante su trayectoria ganó el Grand Prix de Macau de 1966 corriendo para Alpine Renault. Tras aquella victoria se mudó a Francia. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial volvió a tierras belgas.
De vuelta a su país adoptivo, Lucien Bianchi compitió con éxito en el Rally Alpino. Después participó eventualmente en la Fórmula 1, en donde estuvo en 19 Grand Prix, con seis puntos ganados y sumando un podio en Mónaco. En 1968 ganó en las 24 Horas de Le Mans pero un año más tarde se cruzaría con la tragedia en el mismo escenario. Murió tras estrellarse con un poste del telégrafo mientras ensayaba.
Jules, de quien su bisabuelo -Mauro- fue mecánico de Alfa Romeo, se unió a la escudería Ferrari en el 2009 luego de destacar en un test para jóvenes en Jerez. Antes de aquel día, en el que se subió por primera vez a un auto de F1, Bianchi tuvo un paso prometedor en karting y luego llegó a la Fórmula Renault.
También pasó por la escudería Force India. En esta temporada de la Fórmula Uno, Jules Bianchi entró a la historia del Team Marussia al terminar noveno en el Gran Premio de Mónaco, curiosamente en la misma carrera en la que su abuelo, Lucien, había quedado entre los tres primeros.
Por ahora, Jules sigue corriendo la carrera más importante de su vida. La meta aún no está cerca pero Bianchi se mantiene en competencia. Desde afuera, sus padres y el mundo del deporte confían en que lo verán muy pronto con los brazos en alto celebrando una victoria.