El mar llamó a Piccolo Clemente en Huanchaco cuando apenas tenía siete años de edad. Él respondió y se dejó llevar a través de sus olas, atraído por el contacto con la naturaleza y la adrenalina. Solo cinco veranos después ganó su primer campeonato en el balneario trujillano, donde aprendió a disfrutar de momentos invaluables como pescar con los amigos en el muelle, pero sobre todo a surcar el agua con destreza sobre tablas y caballitos de totora. Desde ese entonces, añadió disciplina a su rutina y no se detuvo hasta convertirse en un deportista de élite, tan respetado como querido por llevar al Perú a lo más alto en el Longboard.
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La última imagen de ese niño es declarando hace unos días en Santa Catalina tras ganar en los PASA Games de Panamá, título que se suma a su consagración como el mejor representante sudamericano de la WLS por quinta vez. Ya convertido en hombre, maduro, sabio y con cicatrices, pero igual de soñador que en un principio, habló luego de salir en hombros de la playa junto a Piero, su hijo y mayor inspiración, ayudándolo a sostener una bandera peruana que ondeaba orgullosa al viento. “¡Arriba Perú siempre!”, señaló mirando fijamente a la cámara, directo al corazón y la mente de todos los peruanos. Luego dedicó la victoria a María José, su esposa, quien acompaña la emotiva escena desde el cielo.
Ese es nuestro tricampeón mundial y medallista de oro panamericano en los Juegos Panamericanos Lima 2019, vigente y ejemplar mientras visualiza el reto más desafiante de su carrera: la búsqueda de una medalla olímpica, dorada si es posible. Sueña con eso desde que el surf ingresó a los Juegos Olímpicos, por ahora de forma limitada, y guarda la esperanza de que se agregue la tabla larga (Longboard) como categoría en Los Ángeles 2028.
En las olas de El Sunsal, en El Salvador, todos vieron bien su nombre. Se inició el Mundial ISA de Longboard y el peruano ‘Piccolo’ Clemente se mostró como el candidato que es, superando con buen surf la ronda uno y destacando porque corre en las tablas que él mismo diseña.
Fue un inicio a todo poder de la delegación peruana, ya que los tres representantes que vieron acciones avanzaron sin problemas sus heats. ‘Piccolo’ Clemente lo hizo con un puntaje de 12,83. Sebastián Cárdenas también lideró su llave con 10,17.
En la rama femenina, Ana Camila Kaspar ya está en ronda 3 y María Fernanda Reyes disputa este miércoles la ronda 2.
“Vamos a esperar esa confirmación, tenemos que seguir entrenando y llegar en las mejores condiciones para tratar de ganarla”, le dice a El Comercio antes de viajar a El Salvador para el Mundial de Longboard, su próximo objetivo. En este torneo buscará confirmar la clasificación a los Panamericanos de Santiago 2023, obtener uno de los nueve lugares que se otorgan para los ANOC World Beach Games de Bali y defender su título ISA a nivel individual, pero sobre todo liderar el equipo peruano que planea cobrarse una revancha después de quedar segundo en la última edición del certamen. “Es una ola derecha, bonita, fácil de correr, así que creo que nos podemos acomodar bien”, pronostica en plural, siempre pensando en conjunto y en los más jóvenes, una sana costumbre de las generaciones actuales de grandes surfistas nacionales.
El sueño intacto
“Creo que siempre se aprende algo nuevo en la vida y en el deporte, nadie llega a saber o ganar todo”, reflexiona, todavía lejos del retiro a los 41 años. Sin embargo, se ha preparado para el día que decida detenerse y tiene ambiciosos planes a futuro, como seguir desarrollando su marca de tablas, que al principio solo fabricaba para amigos y ahora se comercializan en Francia y Japón. Ser entrenador de la selección peruana de Longboard más adelante y vigilar el proceso de evolución de nuevos valores es un anhelo para el huanchaquino, pero lo ilusiona también la posibilidad de llegar a la presidencia del Instituto Peruano del Deporte (IPD). “¿Por qué no?”, se pregunta, siempre motivado por grandes metas.
“Me reconocen como un gran deportista, una gran persona y un digno representante del país”: así quiere ser recordado Piccolo, Benoit Clemente Rothfuss como figura en sus Laureles Deportivos —tres, por ahora— y documentos, uno de los mayores exponentes de la historia del surf peruano.
“Lo importante siempre es no rendirse y creer en lo que uno quiere llegar a ser. Hay que luchar por conseguirlo sin importar lo que pase (...) El surf me ha ayudado a entender que no todo en la vida es fácil, que hay cambios y tenemos que adaptarnos, como en el mar”.
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