Christian Cruz Valdivia

Goza de una tranquilidad envidiable. En las canchas olímpicas de Tokio, en la misma Philippe-Chatrier o en el Lawn Tennis donde juega la Davis, Juan Pablo Varillas siempre tiene esa muñeca firme para cada golpe. Nos ha hecho recordar que existe un deporte que supo de grandes proezas -individuales- en míticas canchas, pero sobre todo nos ha hecho pensar en que hay mucho esfuerzo detrás. Tras brillar en París –ganó la qualy y le hizo partido al 9 ATP Auger-Aliassime–regresó a Lima. Apenas ha pasado un par de semanas junto a su familia en los últimos cinco meses y esos sacrificios también hay que aplaudirlos.

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