El griego de 25 años, que ya venció sobre la arcilla monegasca en 2021 y 2022, se convierte en el quinto jugador en la era Open (desde 1968) en inscribir su nombre en el palmarés del torneo en al menos tres ocasiones, tras Ilie Nastase (3), Björn Borg (3), Thomas Muster (3) y Rafael Nadal (11).
“Es increíble volver a saborear la victoria. ¡Ahí arriba hay un Dios!”, exclamó Tsitsipas, que tiene la pista Rainiero III del Principado como uno de sus lugares predilectos.
Es el undécimo título ATP de su carrera y el primero de la actual temporada. Lo consigue además tras ganar esta semana a tres jugadores del ‘Top 10′ mundial: Alexander Zverev (5º) en octavos de final, Jannik Sinner (2º) en semifinales y ahora Ruud en la final.
El triunfo ante Sinner ya había sido el mejor de los presagios. Ante el jugador de moda en el circuito, que solo había perdido un partido esta temporada, logró un éxito convincente. No vencía a un jugador tan bien clasificado en el ranking desde que superó al ruso Daniil Medvedev, entonces también número 2, en Roland Garros en 2021.
Antes de esta cita en Montecarlo no jugaba además una final de un Masters 1000 sobre tierra batida desde Roma en 2022.
Desde su trofeo en Los Cabos (México) en agosto de 2023, Tsitsipas no se llevaba un torneo y ahora, gracias a este triunfo, volverá al ‘Top 10′ mundial el lunes después de ocho semanas fuera de él: subirá hasta el séptimo lugar de la clasificación y presenta oficialmente su candidatura a Roland Garros.
Llevarse un Grand Slam es precisamente su asignatura pendiente después de haber sido subcampeón en Roland Garros (2021) y en el Abierto de Australia (2023).
- Ruud, sin opción -
Ruud, exnúmero 2 del mundo, subirá por su parte al número 6 en la clasificación, su mejor posición desde septiembre de 2023. Por segunda vez falló en una final de un Masters 1000, tras caer en la de Miami en 2022.
“Amas este torneo y has jugado muy bien durante toda las semana. Te mereces volver al Top 10″, le dijo Ruud durante la ceremonia de entrega de trofeos.
El jugador noruego venía de eliminar en semifinales al número uno Novak Djokovic, un rival ante el que hasta esta cita no había ganado ni un set en el pasado, pero la final fue un obstáculo ya imposible de superar.
El juego del griego fue mucho más fluido y contundente desde el principio. Tsitsipas, más agresivo, subía a la red con frecuencia, mientras Ruud se limitaba a un juego defensivo desde el fondo de la pista, intentando imponerse en los puntos tras largos intercambios.
Solo con 3-3 en el segundo set Ruud pareció capaz de imponer su ley: levantó un 40-0 en contra, igualó ese juego y luego tuvo tres bolas de ‘break’, que no aprovechó. Eso le terminó de hundir anímicamente y le dejó claro que no era su tarde.
Tsitsipas acabó el partido luego a lo grande, quebrando el saque de Ruud y demostrando que se siente en Montecarlo como en casa.
Esta edición del Masters 1000 que abre tradicionalmente la temporada europea sobre tierra batida se había visto marcada por la baja de última hora de los españoles Rafa Nadal y Carlos Alcaraz por problemas físicos.
También ha servido para evidenciar que Djokovic no atraviesa su mejor momento. El serbio sigue sin ganar ningún torneo este año y la carrera hacia Roland Garros se presenta muy abierta este año.
Una vez Montecarlo concluido, Barcelona, Madrid o Roma servirán en las próximas semanas como barómetro antes del Grand Slam parisino.
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