La selección sudafricana de rugby derrotó 32-12 a Inglaterra para consagrarse campeona del mundo por tercera vez en su historia, reafirmando el dominio del hemisferio sur en la competencia.
Makazole Mapimí y Cheslin Kolbe anotaron un try cada uno en los últimos 15 minutos de un partido que ya estaba prácticamente definido gracias a los seis penales de Handre Pollard, quien con otras dos conversiones más sumó 22 puntos.
Si bien las tácticas de Sudáfrica fueron igual de tradicionales que su histórica camiseta verde, el equipo fue mucho más representativo de una nación multirracial que los que fueron campeones del mundo en 1995 y 2007. Además, Siya Kolisi se convirtió en el primer capitán negro en levantar la Copa Webb Ellis.
“Nunca había visto así a Sudáfrica”, dijo Kolisi antes de recibir el trofeo. “Es como en el 95. Hemos tenido muchos cambios (en el país). El entrenador nos dijo que no solamente estábamos jugando para nosotros, también para la gente que nos miraba desde su casa”.
Inglaterra entró al partido con grandes expectativas después de la victoria de semifinales ante Nueva Zelanda, pero solo ofreció destellos del brillante juego con el que eliminó a los All Blacks la semana pasada.
Eddie Jones, quien estaba a cargo de Australia cuando Inglaterra ganó su única Copa Mundial en 2003, se convirtió en el primer entrenador en perder dos finales.
“Nos costó entrar en ritmo”, dijo Jones. “Mis jugadores trabajaron duro todo el Mundial, jugaron con mucha pasión, pero eso hoy no nos alcanzó”.
Owen Farrell convirtió cuatro penales para Inglaterra, que durante todo el partido trató de contener a Sudáfrica.
Los ingleses sufrieron un severo contratiempo cuando Kyle Sinckler tuvo que abandonar el campo por un fuerte golpe en la cabeza.
En tanto, los Springboks se convirtieron en el primer equipo en perder un partido de la fase de grupos y después consagrarse campeones del mundo. Habían caído en el debut ante los All Blacks.
Fuente: Reuters.