Juan Pablo Varillas y Cameron Norrie se saludan tras el final del duelo que disputaron en el Argentina Open. (Photo by Luis ROBAYO / AFP)
Juan Pablo Varillas y Cameron Norrie se saludan tras el final del duelo que disputaron en el Argentina Open. (Photo by Luis ROBAYO / AFP)
/ LUIS ROBAYO
Miguel Rocca

La exigencia de en el Argentina Open fue de menos a más. Tras superar la qualy, el peruano jugó contra el portugués Sousa. Luego vino Dominic Thiem, quien intenta recuperar su mejor nivel tras una dura lesión (en 2020 ganó el US Open y era #3 del mundo). El viernes Juanpi venció a Lorenzo Musetti (#20 ATP), un italiano que es de los mejores talentos jóvenes del circuito y así llegó a su cita con Cameron Norrie, un zurdo que hasta hace unos meses era 8 del mundo. Hoy es #12 en el ránking ATP.

En el primer set ante el segundo favorito en este torneo todo fue parejo. Y aunque Norrie había conseguido quebrar el servicio del peruano, Varillas se repuso rápidamente y recuperó el quiebre para igualar el duelo. En el tiebreak, puntos que estuvieron para ser definidos por Varillas no fueron concretados y ante estos rivales, se paga caro. Fue 7-5 en el tiebreak para el británico que en poco más de una hora se llevó el primer set.

El dolor de haber salvado varios set points y quedarse sin nada, se hizo notar en Varillas. Norrie aprovechó y se puso rápidamente 2-0 en el segundo set. El peruano luchó, consiguió mantener su servicio hasta ponerse 4-5 en el segundo parcial. Pero Norrie no flaqueó y aunque tuvo que salvar dos break points, salió airoso en el game y se llevó el boleto a la final en casi dos horas de juego.

Para Varillas, 90 puntos (+12 de la qualy) que son un espaldarazo y la confirmación de que este es su momento. Subirá aproximadamente 20 puestos, alcanzará su mejor ubicación en el ránking y debería competir en el ATP 500 de Río de Janeiro en Brasil. Para seguir sumando y para seguir creciendo. Este es el camino, ‘Juanpi’.

Tras el sorteo del ATP de Río, se definió que Varillas enfrentará a un clasificado de la ‘qualy’ en primera ronda del torneo que se disputará en tierras brasileñas. Este torneo, al repartir el doble de puntos que el abierto de Argentina, supone un reto mayor para el peruano. Está en manos de Varillas seguir subiendo en el ránking. En Buenos Aires fue el mejor de los latinos. En Río hay una linda oportunidad de confirmar este buen momento.

Previa del encuentro

Si hay algo que puede definir la carrera de es la constancia. Ésa que lo hizo llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio o a plantarle cara a tenistas consagrados como Alexander Zverev o Felix Auger Aliassime en Australia y Roland Garros, respectivamente. Juan Pablo sabía que su momento, tarde o temprano llegaría. Y parece que es ahora.

El tenista nacional, que partió desde la qualy en el Argentina Open (torneo ATP 250 que se disputa en Buenos Aires), venció el viernes por la tarde a Lorenzo Musetti, un joven italiano de 20 años que ya es figura mundial y pertenece a los 20 mejores tenistas del mundo según el ránking ATP. Y con esta victoria aseguró así, el ascenso más importante de su carrera. Juan Pablo, que es actualmente #101 ATP, subirá por lo menos 20 puestos.

Y porque la constancia tiene premio, Varillas, en la mejor semana de su carrera, ha eliminado a tres europeos del torneo: su primera víctima en ronda de 32 fue el portugués Joao Sousa, en octavos de final despachó a Dominic Thiem (ex #3 ATP y ganador del US Open en 2020). Ahora en cuartos de final le ganó a uno que viene con fuerza: el italiano Lorenzo Musetti, que ha jugado los dos últimos ATP Next Gen Finals (torneo que reúne a los mejores jugadores jóvenes del mundo). Si queremos seguir en la ruta europea, es importante mencionar que su rival en la semifinal, será el británico Cameron Norrie, actual #12 de la ATP. Enorme reto.

Luego del vibrante duelo ante el italiano, Varillas declaró ante los medios: “Lo que estoy viviendo ahora es increíble. No quiero que acabe nunca. No me imaginaba llegar hasta acá. Mi objetivo era pasar la Qualy e ir partido a partido. Lo que me motiva es salir de la cancha sabiendo que di todo. No miro el ranking ni el cuadro”.

El partido ante Musetti tuvo ambiente de Copa Davis. Peruanos residentes en Argentina apoyaban a Varillas en su duelo, mientras que algunos otros hacían fuerza por el italiano. Esto sumado al ambiente que ponen los argentinos para cualquier deporte hicieron del duelo en la cancha del estadio Guillermo Vilas un espectáculo. El primer set fue muy estudiado y aunque Varillas encontró el momento perfecto para quebrar el saque de su rival, se notó mucha paridad en el nivel de ambos con intercambio de golpes de gran nivel y a gran velocidad. Un revés imponente del italiano frente a la solidez del juego de fondo de Varillas.

El segundo set arrancó con un quiebre a favor de Varillas, que se puso rápidamente 2-0 arriba. Musetti amagaba con lanzar raquetas al piso por la frustración, pero mantenía la cordura para seguir peleando, recuperó el quiebre y el partido se igualó. El nivel de juego de ambos tenistas creció y pudimos ver un brutal punto del partido de Varillas, que cruzó una derecha de forma sensacional, ante un cansado e inmóvil Musetti. Con el set igualado a 4 por lado, ‘Juanpi’ tomó la iniciativa y fue en busca del quiebre que le diera la ventaja de sacar para el partido. Cerró el set y el partido con mucha suficiencia y se instaló entre los 4 mejores de un torneo ATP por primera vez en su carrera.

El nuevo reto de Varillas será el británico Cameron Norrie, que hasta hace unos meses era el número 8 del mundo. Norrie es un especialista de canchas rápidas (cemento), pero cumple también en arcilla siendo el segundo sembrado de este torneo (solo por detrás del español Carlos Alcaraz) y ya instalado en semifinales.

A partir de aquí, todo lo que venga para Juan Pablo Varillas, será ganancia. Ya se asegura subir alrededor de 20 puestos en el ránking ATP, un lugar en el cuadro principal del ATP 500 de Río de Janeiro, que se disputará la próxima semana y comienza a mirar con mucho entusiasmo el cierre de la gira sudamericana y el comienzo de la temporada de tierra batida (arcilla) previo a Roland Garros.


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