Francisco Montiel durante el desarrollo de una prueba de triatlón. (Foto: @fmhtriInstagram | Instagram)
Francisco Montiel durante el desarrollo de una prueba de triatlón. (Foto: @fmhtriInstagram | Instagram)
Redacción EC

Recibió tres perdigonazos de un cazador minutos antes de participar en una , se los quitaron en una ambulancia en la partida de la carrera, decidió que estaba en condiciones para participar en la competencia y la terminó en octavo lugar. Esta es la increíble historia del Francisco Montiel.

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Todo empezó hora y media antes del inicio de la Triatlón de Posadas, en la ciudad de Córdoba, España, cuando el triatleta se preparaba para el inicio de la prueba y calentaba con su bicicleta.

“Fue muy sorprendente. No me lo esperaba. Tampoco lo vi venir. Escuché un estruendo, como una detonación y noté que me daban unos picotazos, como si me tiraran arena o piedras o incluso como si me picara una avispa. Pero no sabía para nada de lo que se trataba. Me di la vuelta con la bicicleta y vi unos perros que bajaban de la montaña y ya lo relacioné con un cazador”, contó Montiel a .

Muchos autos se habían estacionado a los lados de la única carretera que daba acceso al lago donde se iba a dar la prueba de natación. “Lo que había a ambos lados de la carretera, que estaba vallado, podía ser una finca o un coto de caza, no lo sé con certeza” explicaba al citado medio.

Tras recibir los tres perdigonazos y percatarse de la presencia del cazador, Montiel empezó a recriminarlo “porque en la zona había mucha gente que iba a participar en el triatlón y no sabía si me volvería a disparar o también a los otros participantes” señaló.

“Había varios triatletas que se estaban preparando y uno de ellos era policía. Al verme hablar con el cazador se dio cuenta y vino corriendo. Le pidió que soltase la escopeta y le diera el DNI. El cazador le pidió que se identificara al policía y este, posteriormente, le requisó el arma” contó Montiel. El propio policía se quedó con el cazador mientras Montiel llamaba a los servicios de emergencia.

Cuando recibió la atención médica en la ambulancia de la organización del evento se percataron de que Francisco tenía hasta tres perdigones en el cuerpo. Uno en la espalda, otro en el pecho y un tercero más profundo en la rodilla. “El médico me dijo que el perdigonazo del pecho (a tres centímetros del pezón) iba directo al corazón”, explicó Montiel.

Tras la atención médica recibida, el triatleta no se lo pensó dos veces, participó en la prueba y terminó en octavo lugar. Estoy bien. Al final, estas heridas, tal y como me han explicado los médicos, conforme entra el balín cauterizan y no dejan una marca muy agresiva. Así que, sí, estoy bien y me he recuperado rápido”, concluyó.

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