Usain Bolt marcó un hito en el deporte luego de cruzar la meta de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. El jamaiquino consiguió convertirse en el hombre más rápido del mundo luego de realizar la prueba de los 100 metros en tan solo 9.69 segundos, etiqueta, que hasta el día de hoy mantiene a pesar de ya haberse retirado.
Cuatro años después de su despedida del atletismo, Bolt descansa en su domicilio con ocho medallas de oro en el cuello que consiguió en los tres juegos olímpicos en los que participó. En una entrevista con CNN Sports reveló pasajes de su carrera.
Entre los temas más llamativos que habló fue una insólita apuesta que realizó con su entrenador Glen Mills y su representante Ricky Sims, la cual terminó ganando. Consistió en mantener su rendimiento solo comiendo nuggets. La historia ya es viral en Facebook.
En su autobiografía “Más rápido que un rayo”, Bolt contó que vivió a base de la comida de una reconocida cadena de comidas rápidas durante los 10 días que pasó en Beijing disputando los Juegos Olímpicos.
El atleta estimó que comió cerca de 1000 nuggets para cumplir una delta de 5 mil calorías diarias que no interfirieron con su rendimiento. En aquel torneo se quedó con el primer puesto en los 100 y 200 metros planos.
Su entrenador y su agente le dijeron que estaban convencidos de que perdería su forma física durante los dos años posteriores a su retiro si seguía comiendo así. El jamaiquino aceptó la apuesta.
Bolt ganó todas las competencias que disputó. “Tuvimos un intercambio porque ellos decían: ‘Oh, la apuesta era de tres años’. Yo estaba como: ‘¡No, fue por dos!’, dijo.
Según explicó en su biografía, esta peculiar dieta se dio debido a que no soportaba la comida china. Es por eso que el primer día consumió una caja de 20 nuggets para el almuerzo y 20 para la cena. Al día siguiente desayunó, almorzó y cenó lo mismo. Llegó a comer 100 nuggets diarios.