El fútbol es el deporte de más arraigo en el Perú y probablemente en el mundo. Convoca multitudes, desata pasiones, atrae audiencias a lo largo del planeta y genera cientos de millones de dólares, siendo una de las industrias de mayor crecimiento en los últimos tiempos.
Sin embargo, a pesar de la obtención de 2 Copas Américas, en 1939 y 1975; de 5 participaciones en Copas del Mundo FIFA, Uruguay 1930, México 70, Argentina 78, España 82 y Rusia 2018; de decenas de momentos de mucha gloria del balompié nacional; y de las emociones de estos años bajo la dirección técnica del profesor Ricardo Gareca, ha sido el vóley el deporte colectivo que mayores satisfacciones le ha brindado a nuestro país.
En estos días estamos evocando 35 años de una de las presentaciones más memorables de nuestra selección de vóley: su participación en los Juegos Olímpicos de Seúl 88. Nos había tocado el grupo B junto con Brasil, China y Estados Unidos. El primer partido era contra las seleccionadas cariocas, quienes, en aquel entonces, aspiraban, en el mejor de los casos, a ganarnos un set, lo cual no lograron y ganamos por un contundente 3-0 (15-11 / 15-12 / 15-3).
Venía el segundo partido contra el vigente campeón mundial y bicampeón olímpico la poderosa selección de China. Con mucha dificultad nos ganó el primer set 15-13. Recordemos que, con el sistema anterior la obtención de cada punto podía ser eterna, pues primero se recuperaba la bola y si se volvía a ganar de forma consecutiva recién se hacía el punto. La sorpresa china fue grande cuando el segundo set se lo devolvimos con un similar 15-13. Las campeonas reinantes salieron con todo y se impusieron en el tercer set con un claro 15-7. Cuando el partido parecía tomar un cauce previsible, las chicas peruanas sacaron garra y ganaron el cuarto set por 15-12.
El Coliseo de Seúl explotaba en cada punto peruano, que parecía local, por la rivalidad que había entre seleccionados asiáticos y por un puñado de peruanos que alentaban con toda el alma. El quinto set discurrió con mucha facilidad para las chinas, que llegaron a ponerse 14-8. Con 8 match points a su favor, el partido parecía estar resuelto. Y ahí vino la gran hazaña, disputando saque a saque, bola a bola, punto a punto, el seleccionado peruano logró voltear el partido y ganar 16-14. China no volvió a hacer ningún punto y Perú logró la que quizá era la victoria más importante de toda su historia.
El tercer encuentro era contra otro seleccionado poderoso Estados Unidos. Las norteamericanas supieron aprovechar el degaste de las nacionales que acusaron el cansancio y se pusieron 0-2 abajo en los primeros sets. ¿Qué fue lo que pasó posteriormente? Perú ganó los 3 sets siguientes consecutivamente 3-2 (15-4 / 15 -5 / 15-9). Categórico. Contundente.
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