WWE Battleground 2016: el gran problema de la lucha estelar
WWE Battleground 2016: el gran problema de la lucha estelar

Huida hacia adelante. La triple amenaza por el campeonato máximo de entre Dean Ambrose, Seth Rollins y Roman Reigns no tiene el reconocimiento que merece. Es una lucha digna de ser estelar en WrestleMania; en cambio se realizará en un evento previo a SummerSlam, en Battleground.

Las reacciones fueron pasivas. La incertidumbre por el resultado se vio truncado por la suspensión de Reigns. Las apuestas por la lucha como espectáculo son bajas. WWE apostó el encuentro como la clausura de una etapa y el inicio de una nueva era; pero si el despliegue en el ring no es de mínimo 10 de 10 puntos, habrá equivocado el rumbo. 

El momento es inoportuno, ya se dijo, pero en el ámbito de las circunstancias solo se puede encontrar un culpable: Roman Reigns. El samoano fue mandado a su casa por 30 días tras haber consumido anfetaminas y marihuana. Fue obligado a pedir disculpas públicas a sus compañeros, su imagen fue vejada semanas tras semana y provocó la molestia de Vince McMahon, según dijo Dave Meltzer.

No importa cómo ni cuántas especulaciones existan sobre historias de redención en su favor -como pasó con Eddie Guerrero-, Roman Reigns arruinó su posibilidad de salir victorioso al no corresponder el voto de confianza que recibió de WWE

Es culpable porque su intervención en la realización dramática de la historia se basó en las puyas que recibió de Seth Rollins. ¿Imaginan una victoria suya en WWE Battleground? Sería estúpido premiar a quien obró mal y no hizo nada por ayudar a vender la lucha. 

Un triunfo y consecuente cuarto reinado como campeón de WWE enviaría un mensaje erróneo a sus compañeros de labores, según explicó el columnista de "Bleacher Report" Kevin Wong: "puedes violar las políticas de la empresa sin sufrir contratiempo alguno". 

Por otra parte, esto también puede ser beneficioso para WWE. A coste de sacrificar la esperada lucha entre los ex The Shield, un cambio a rudo de Reigns sería una huida hacia adelante: gran parte de la audiencia ya lo abuchea y tras su suspensión tendrá más detractores. 

Caso contrario es Seth Rollins. Si tiene que haber un cambio de campeón, él parece tener todas las venias en WWE. Pero su triunfo arruinaría algo que la empresa está buscando: potenciar a SmackDown hasta el mismo nivel de Raw para que entre ellos compitan.

El comisionado Shane McMahon y el gerente general Daniel Bryan tienen en Dean Ambrose no solo a su campeón máximo, sino al líder en la competencia que significa superar a Raw. Sin el título en sus manos, su activo perdería valor. 

Rollins será campeón una vez, eso es seguro. Pero ¿es su momento una vez más tan pronto? Probablemente su redención tras recuperarse de su lesión sea más vistosa en SummerSlam. Eso o primero deshacerse de quien considera indigno: su antiguo amigo Roman Reigns. 

Como explica Wong, WWE Battleground nunca tuvo grandes sorpresas en cuanto a resultados. En 2013 la lucha terminó sin resultado; en 2014 el campeón retuvo; en 2015 terminó con descalificación. El título nunca cambió de manos en este evento. 

Es algo casi seguro que Dean Ambrose retenga la lucha, ya sea de forma limpia o por descalificación. Si es de esta última forma, WWE tendía pie para materializar el evento principal de SummerSlam, aunque sus ahora retadores estén en Raw. Solo queda esperar a que haya valido la pena el sacrificio de este dream match.

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