Llegar es mejor que estar. Si existe un delantero peruano que representa esa frase futbolera que tanto repetía Daniel Peredo, ese es Raúl Ruidíaz. El atacante del Seattle Sounders anotó en las instancias decisivas de la Major League Soccer arrancando siempre a unos metros del área rival. Su rapidez y sentido de la oportunidad (léase “olfato de gol”) lo han convertido en un futbolista de exportación con solo una deuda deportiva antes de cumplir los 30 años: dejar de ser un jugador discutible en la selección. Ese es el salto pendiente de esta ‘Pulga’.
Raúl Ruidíaz regresa al equipo nacional después de una ausencia sorpresiva en los amistosos ante Uruguay y de lograr el campeonato de la MLS con su equipo. “Lo tomé como un reto”, dijo el atacante al no aparecer en el llamado de octubre y esta versión que ha mostrado, al cierre de temporada en Estados Unidos, ratifica sus ganas de seguir estando dentro del universo de Ricardo Gareca. ¿Pero por qué ese ídolo de Seattle es tan cuestionado cuando se viste de blanquirrojo? ¿Es justo ese cargamontón?
Han pasado casi 20 meses del último gol de Ruidíaz con la selección peruana. Allí también ratificó esa cualidad de llegar antes que estar. Ante Islandia, el desborde fue de Jefferson Farfán y la ‘Pulga’ alcanzó la última línea para anotarle al golero islandés Schram. Desde esa noche en el Red Bull Arena de Nueva Jersey, han transcurrido 667 minutos con Ruidíaz en el campo sin que pueda gritar un solo tanto. Y si nos queremos remontar al último gol oficial, tendremos que retroceder a marzo del 2016, cuando Ruidíaz (también llegando) anotó de cabeza en el arco de Venezuela por las Eliminatorias mundialistas (centro de Edison Flores).
Es cierto que a un delantero –en el análisis más purista– se le mide con goles. Pero hay otras variables que podrían ayudar a defender la permanencia de Ruidíaz en la selección. Por ejemplo: la compañía en ataque o el esquema de juego. El último partido en el que Raúl se llevó aplausos unánimes con la selección fue ante Islandia. Y allí su socio de ataque fue Jefferson Farfán. Esa misma dupla fue la misma que arrancó en el partido más importante de la selección en los últimos 40 años: la victoria ante Nueva Zelanda en Lima. Hubo rotación de posiciones, intensidad al momento de asociarse y eficacia.
En cuanto al esquema quizá Ruidíaz pueda ser una variante interesante para jugar de visita en las próximas Eliminatorias. Con el Seattle Sounders ha anotado muchos goles cerrando un contragolpe veloz o presionando a los rivales en salida. ¿Y si Perú arranca partidos con Guerrero de ‘9’ y Ruidíaz unos metros más atrás? Gareca podría tomar en cuenta esta opción, sobre todo si busca socios para Paolo ante el mal momento que vive Christian Cueva.
Después de aparecer con goles en la final de Conferencia ante Los Angeles FC y en la final absoluta de la MLS frente a Toronto, Ruidíaz vuelve a trascender en una liga extranjera. Un total de 15 goles este año con los Sounders son la garantía de madurez internacional. Uno de los fijos de Gareca fue el gran ausente en octubre y ahora será parte del ensayo final antes de las Eliminatorias. A veces es mejor una pausa. A veces es mejor llegar que estar.