No es fútbol, pero es lo más parecido a un deporte de contacto que genera emociones. No se utilizan los pies, tampoco las manos; pero sí el intelecto y la habilidad verbal para combinar rimas improvisadas y articularlas en un patrón coherente. La finalidad es golpear con ese punch al adversario tan fuerte para dejarlo fuera de competencia. Y lo que se vivió en la Final Nacional de Red Bull Batalla de Gallos Perú 2024 fue eso y mucho más. De 16 MCs que saltaron al escenario en la sede Legado de la Videna, solo uno tocó el cielo con las manos. Katacrist, rapero de 21 años, se coronó campeón de la escena nacional y nos representará en la Final Internacional a realizarse en España, donde los mejores improvisadores de habla hispana compiten por adueñarse del cinturón más importante de esta movida.
Tres hechos hicieron de esta Final Nacional un evento inédito como hace mucho no había sucedido. Quizá la última vez fue aquella edición del 2015 en la que un desconocido Jota, contra todo pronóstico, salió campeón en su primera participación en los gallos. Pero la competencia de este año tuvo su propia historia, su genuina mística: la consagración de Katacrist como el mejor de la noche, la caída de dos tricampeones y leyendas del rap peruano y la aparición de nuevos MCs que tanto urgen en la escena marcaron una jornada reveladora para el freestyle nacional.
La resiliencia de Katacrist
Seis años en la movida, dos duras eliminaciones en sus primeros dos intentos y un renacer tras una pausa de más de 700 días grafican el camino hacia el éxito de Katacrist. En una competencia donde las eminencias de Jota y Stick, o los favoritismos de Skill y Ramset pesaban sobre el escenario, fueron la frescura y el estilo del rapero de 21 años lo que terminó imponiéndose en la tarima.
Katacrist pisó fuerte desde octavos de final, cuando le tocó superar al arequipeño Delenyer sin réplica y con habilidad para responder en los dos rounds. Convenció al jurado y se llevó los tres votos sin remordimiento. Pero la confianza la agarró a partir de cuartos de final, cuando salió bastante lúcido y agresivo contra un Diego MC experimentado y en buen nivel. Su primer round le permitió sacar mucha ventaja, respondiendo y atacando como su principal estrategia. A pesar de que el segundo round estuvo más parejo, Katacrist convenció al jurado y clasificó a la semifinal.
Meterse entre los cuatro mejores ya eran ligas mayores. Lemafaias fue su rival, que había derrotado a dos pesos pesados como Stick y Ramset; pero incluso con eso Katacrist supo cómo superarlo: con mejores barras, doble sentido y haciendo uso de su fluidez en cada frase. Y en la final se encontró con Scraps, quien dejó en el camino a otros dos favoritos como Skill y Blackcode. Esa batalla fue un choque de estilos, aunque la confianza, actitud y perseverancia de Katacrist terminaron inclinando la balanza a su favor.
Lo que vino después fue una explosión de júbilo de un chico de 21 años cuyo rostro combinó el llanto y la emoción en una misma expresión. Un merecido campeón con todas sus letras y sin réplica.
El adiós de dos leyendas y el recambio generacional
Quizá la cuota dolorosa fue ver a dos raperos de larga trayectoria irse a casa en primera ronda. Stick y Jota llegaron como los dos competidores con mayor experiencia en el circuito: ambos tricampeones nacionales de la Batalla de los Gallos y leyendas vigentes del freestyle peruano. Sin embargo, no fue su mejor noche y cayeron ante Lemafaias y Blackcode, respectivamente.
Mientras Stick pedía perdón luego de su batalla y bajaba del escenario para digerir el impacto del resultado, Jota yacía sentado con las manos juntas y lucía pensativo en su propio espacio. Cada uno asimiló el veredicto a su manera y lo entendió. “Esto es freestyle y no siempre se gana”, decía el rapero trujillano cuando las luces de las cámaras se apagaron y la presión por estar parado sobre la tarima ya no asfixiaba como antes.
En un probable escenario para los más románticos, un enfrentamiento entre ambos en la final para definir al más campeón de la historia de los gallos hubiese sido lo ideal; pero las cosas pasan por algo y lo simbólico de sus derrotas es que cierra un ciclo para el freestyle peruano. Stick y Jota son dos figuras que pusieron los cimientos para que el freestyle fuese una profesión. Por eso, resulta anecdótico que el fin de su etapa en Red Bull (al menos por ahora) le haya dado paso al comienzo de una nueva generación.
Mientras Stick y Jota le dijeron adiós a esta competencia en primera ronda, le abrieron las puertas a MCs como Katacrist, Scraps, Lemafaias y otros jóvenes más que hoy son los encargados de darle a la escena peruana esa dosis de frescura y juventud que es necesaria. De hecho, Perú es uno de los tres países cuyo campeón será un debutante en la Final Internacional de Red Bull Batalla de los Gallos. Airon de Colombia y El Menor de Chile también tendrán su primera experiencia en el evento más importante del circuito, aunque este último ya sabe lo que es competir contra los mejores del mundo.
Pero resulta necesario ese cambio de aires. En un presente en el que el debate acerca de la ‘muerte’ del freestyle es cada vez más fuerte y el peruano todavía tiene el recuerdo de aquel título mundial que Jaze, Nekroos y Choque en God Level 2019, el surgimiento de una nueva generación de raperos es todo lo que está bien en la escena nacional. Red Bull Batalla de los Gallos Perú 2024 puede marcar el inicio de otra era. Es una oportunidad para que nuevos campeones como Katacrist continúen y sostengan ese crecimiento en el tiempo. Y el principal reto estará en la Internacional de España 2024.