Desde hace más de treinta años, Ricardo Gareca aprendió a ser un hombre a quien no le entran balas. “Los intocables” se llamó la producción fotográfica de la revista argentina “El Gráfico” en 1984 que reunió a jugadores que, al vivir su mejor momento en sus clubes, eran considerados casi intransferibles. Como goleador de Boca Juniors, Gareca fue elegido para ese histórico retrato donde también aparecen ex futbolistas (algunos hoy técnicos) como Carlos Bianchi, Hugo Gatti y Ricardo Bochini.
MIRA: Manual para volver a gritar un gol de la Blanquirroja en una Copa del Mundo
A todos los vistieron como esos agentes federales que se enfrentaban a Al Capone en una serie de TV de los sesentas y años después en la película de Brian de Palma. Con una ametralladora en las manos, el ‘Tigre’ también anunciaba tener la puntería que millones en el Perú sufrieron un año después. El hombre que, como técnico de la selección nacional de fútbol, firmó nuestro regreso a los Mundiales en Rusia 2018, fue el mismo que hace 35 años disparó el tiro de gracia en el arco de Eusebio Acasuzo con la osadía y apuro de un Eliot Ness, el intocable mayor. Esa tarde del 30 de junio de 1985, Gareca nos asesinó la ilusión. La resurección hoy lleva su nombre.
“Yo no empujé a Chirinos. El que forcejea es Pasculli, a mí solo me llegó la pelota y anoté. No toqué a nadie (risas)”. Sobre una silla de oficina, en uno de los jardines de la Videna de San Luis, Ricardo Gareca pide ser exculpado por ese foul no cobrado que clasificó a Argentina al Mundial 86 y que dejó afuera a aquella selección peruana de Uribe, Cueto y Velásquez.
Han pasado 35 años de esa confusa jugada en el Monumental de River que selló el 2-2 final. Javier Chirinos era el defensor peruano que, ante la arremetida del argentino Pedro Pablo Pasculli, no logra despejar el balón disparado por el caudillo albiceleste, Daniel Passarella. La falta no fue cobrada por el árbitro brasileño Romualdo Arppi Filho.
En las portadas de casi todos los medios argentinos de la época, quien aparece es Passarella rematando y el golero Acasuzo en infeliz intento de atajada. Gareca había sido el hombre-gol-salvador y comenzaba a ser postergado hasta en las fotografías. Un año después, el técnico Carlos Salvador Bilardo decidió no llevarlo a México 86. Al ‘Richard’ lo condenaron a ser una suerte de filántropo futbolístico: compró todos los boletos con el gol a Perú, pero nadie lo invitó a subirse al avión.
Le preguntamos al ‘Tigre’ qué hubiera pasado si a esa jugada de gol le aplicaban el VAR, ese sistema de videoarbitraje que hoy se utiliza para resolver las jugadas polémicas. “Si el árbitro lo cobró es válido. Para mí todos los tantos convalidados son legítimos”, cierra Gareca con la serenidad de un profesor de yoga y el cálculo de un auditor financiero.
-Fuerzas de flaqueza-
Definir a Ricardo Gareca a primera vista es como repasar las primeras páginas de “El Quijote”: complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro y gran madrugador. Delgado desde siempre y apóstol de la puntualidad, el ‘Flaco’ conserva esa figura y prolijidad con rutinas del futbolista que alguna vez fue: trote moderado antes de cada entrenamiento de la selección y oraciones a primera hora en la capilla ubicada a pocos metros de la cancha en la Videna. Religioso y “cabalero”, ese es Gareca quien vive en una constante renovación de fe. Nos apagó las luces de la ilusión en 1985 y hoy, como técnico blanquirrojo, es el sinónimo de las buenas noticias: clasificación a Rusia 2018 y subcampeón de la Copa América 2019.
Culminadas las Eliminatorias para Brasil 2014, nadie quería venir a dirigir la selección peruana. O mejor dicho, casi nadie. Cuando llegó Edwin Oviedo a la presidencia de la Federación Peruana de Fútbol a inicios del año 2015, su primera medida fue destituir a Pablo Bengoechea como entrenador de la bicolor. Lo hizo en vivo y en directo, a lo largo y ancho del territorio nacional.
“Queremos traer un técnico top a nivel mundial”, dijo el directivo. Y fue allí cuando comenzó la ambiciosa búsqueda. El argentino Alejandro Sabella no respondió las llamadas, el brasileño Luiz Felipe Scolari no aceptó la oferta y los otros nombres que iban apareciendo (Marcelo Bielsa por enésima vez) ya iban cerrando contratos con otras selecciones o clubes. Fue en medio de esa circunstancia de desolación ante tanto rechazo, que apareció Juan Carlos Oblitas, ahora como director de la Federación, con el nombre de Gareca como opción más realista. Para el ‘Ciego’, el argentino tenía las dos ‘R’ que necesitaba la selección peruana en esos días de prestigio en el subsuelo: reinvención y resistencia.
“Consideré que había pasado casi cinco años como técnico de Vélez Sarsfield y que cada temporada tenía que rehacer sus equipos por ventas de jugadores. Se reponía siempre ante eso y además conocía el difícil medio peruano”, recuerda Oblitas.
-Ojo de ‘Tigre’-
En tiempos donde se discuten estilos de posesión del balón (Pep Guardiola) que se contraponen con la eficacia (Mourinho) o adaptación a las situaciones (Ancelotti o Simeone), lo de Ricardo Gareca en el Perú podría acercarse más a estos dos últimos. Práctico, de mensaje claro, aunque sin perder el gusto por el buen trato a la pelota. En una de sus primeras prácticas como técnico de la selección en Estados Unidos, el ‘Flaco’ detuvo el entrenamiento para increparles a los defensores por lanzar la pelota y no tocarla al ras del campo. “Perú no puede jugar así, no vayamos contra una tradición”, alcanzó a gritar. Gareca se obsesionó, de esta manera, con encontrar el DNI extraviado de la selección nacional. Redescubrió una identidad.
Tres Copas América en los cinco primeros puestos y la mejor ubicación histórica en el ránking FIFA (lugar 11 en mayo del 2018) respaldan las cifras de Ricardo Gareca en su retorno al país (fue campeón del Apertura 2008 con la ‘U'). En setiembre quiere seguir alimentando esa feliz estadística en el inicio de las Eliminatorias para Qatar 2022.
“Bienvenido a la selección. Esta es una familia y ya eres parte de ella”, es lo que le dice Gareca a los nuevos convocados. Y si la selección es una familia, el ‘hijo’ principal del ‘Tigre’ se llama Christian Cueva. La apuesta del argentino por este mediapunta fue arriesgada y tuvo el mejor final. Entre el 2015 y 2017, Cueva pasó de ser un jugador de Alianza Lima cuestionado por indisciplinas y hasta enfrentado a golpes con hinchas, a un volante de exportación que llegó a valer casi diez millones de dólares. “Gareca debería quedarse hasta el 2050, siendo argentino es más peruano que muchos de nosotros”, dijo el futbolista del Sao Paulo cuando conversó con este Diario antes de la Copa del Mundo 2018.
Con su selección, al ‘Flaco’ se le recuerda haber anotado dos goles muy gritados: aquel ante Perú en 1985 y uno ante Brasil en 1983, que rompió la mala racha argentina de trece años sin victorias ante los pentacampeones del mundo. Al ser excluido del Mundial 86, Gareca volvió a su país a finales de los ochentas para jugar en Vélez Sarsfield. Su meta era ser considerado para Italia 90. Bilardo otra vez lo descartó.
“Cuando me dijeron que no iba a México estaba en una concentración con el América de Cali en Colombia. Me puse a llorar por varias horas en mi cuarto; fue el día más triste de mi vida”, le respondió el estratega a la revista “El Gráfico” hace ocho años en un curioso reto de cien preguntas. Rusia 2018 acabó con la espera eterna de 30 millones de peruanos y de Gareca también. La ‘Blanquirroja’ regresó después de 36 años y el ‘Tigre’ pudo respirar su primer Mundial.
Hace 35 años, Passarella y Pasculli le señalaron el pasillo del gol a Gareca. Esa tarde del 30 de junio de 1985, el ‘Tigre’ gritó su tanto corriendo hacia las tribunas del Monumental de Núñez. Con ese grito pedía ser parte de un Mundial. Lo que no sabía en esas horas lluviosas, es que iba a esperar unos años más para soñar despierto. Como esos millones de peruanos que apagaron resignados ese viejo televisor después de escuchar el último comentario de El Veco y de Humberto Martínez Morosini. Como todos nosotros.
VIDEO RELACIONADO
Más en Deporte Total
- Manual para volver a gritar un gol de la Blanquirroja en una Copa del Mundo
- Barcelona vs. Atlético de Madrid: horarios en el mundo y canales para ver el partidazo por LaLiga Santander
- Miralem Pjanic ya es del Barcelona: club anunció fichaje del bosnio y le puso cláusula de 400 millones
- Boca Juniors: ‘Xeneize’ comunicó a tres jugadores que no continuarán en el club