Gavidia ha ganado sus últimos siete combates profesionales de MMA, tres de ellos por nocaut o nocaut técnico. (Foto: Alonso Chero/El Comercio)
Gavidia ha ganado sus últimos siete combates profesionales de MMA, tres de ellos por nocaut o nocaut técnico. (Foto: Alonso Chero/El Comercio)
Gino Alva Olivera

La historia de Rudy Gavidia es la de una redención. Tal como él mismo relata, una serie de “malas decisiones” lo apartaron de las artes marciales mixtas () en el 2010. Pero después de un quinquenio de ausencia en el circuito profesional, Gavidida retornó en el 2015 y ahora se encuentra en un gran momento: tiene una racha de siete victorias consecutivas y ostenta en cinturón interino de peso pluma (65,7 kg) del Fusion Fighting Championship (FFC), una de las organizaciones de MMA más prestigiosas del país.

El ‘Charanguero’, como lo llaman sus amigos por su gusto por la sala y peculiar estilo para vestir, enfrenta este miércoles al brasileño Lucas ‘Morcego’ Alves, quien tiene un récord de cuatro victorias y una derrota, en el combate coestelar del FFC 28, pactado en 68 kg.

Gavidia, de 26 años, habló con El Comercio acerca de su carrera profesional, sus proyectos y el sueño de convertir su escuela cristiana de MMA “León de Judá” en una ONG para rescatar a jóvenes y convertirlos en atletas de élite.

–Lo primero que llama la atención cuando uno mira tu récord es una para prolongada de cinco años: de agosto del 2010 a diciembre del 2015, ¿a qué se debió?
La inmadurez me hizo tomar decisiones malas. Quizá me dedique a otras cosas. El barrio donde vivía no era nada tranquilo y eso hizo que parara en cosas malas y no me enfocara en mi carrera deportiva. Para seguir avanzando influye mucho a quién tienes a tu lado.

–¿Y qué te hizo regresar a las MMA?
En mi caso fue Dios, yo necesitaba ese consuelo espiritual. Hace cinco años me volví cristiano y no entrené, me entregué al Señor a tiempo completo. Poco a poco me hizo moldear mi corazón. Después comencé a enseñar en parques hasta que mi amigo Cristiano Estela me dio la oportunidad de volver a pelear [contra Alessandro Gandolfo].

–¿Te costó mucho acostumbrarte a ese nuevo ambiente? Tu debut fue contra Manuelo ‘Etoube’, alguien famoso hace unos años pero que quizá los más jóvenes no conocen, y ahora sueles pelear contra chicos de una nueva generación.
Sí, hoy es muy difícil sobresalir, porque hay bastantes talentos. Para mí es una competencia grande como peleador antiguo entrar nuevamente a este ambiente. Creo que pasa lo mismo con Diego Wilson, quien también está resurgiendo como el ave fénix.

Gavidia se caracteriza por golpes acrobáticos. Su disciplina marcial base es el sanda. (Foto: Alonso Chero/El Comercio)
Gavidia se caracteriza por golpes acrobáticos. Su disciplina marcial base es el sanda. (Foto: Alonso Chero/El Comercio)

–¿Con qué disciplina marcial comenzaste?
Yo comencé con el sanda, fui campeón de boxeo chino en el 2008 y el 2009. Fui convocado para la selección, pero la estrella en ese entonces era Diego ‘Akita’ Huerto y yo quedé como suplente. Como soy hiperactivo, me fui. Ahí empecé con el boxeo, las sumisiones y el jiu–jitsu.

–Fuera de cámaras me comentabas que tienes planeado alejarte un tiempo del circuito profesional después de este combate. ¿A qué se debe?
Necesito descansar un poco, dedicarme a mi escuela, seguir con mis proyectos personales. Ahora tengo mi negocio de alquiler de jaulas deportivas, he hecho un comercial para Gatorade y quisiera abrir un nuevo gimnasio, como sabes tengo uno en San Juan de Lurigancho.

–¿Cómo distribuyes tus entrenamientos?
Mira, yo entreno seis o siete horas al día. Por la mañana hago [lucha de] piso con Takeshi Nakamura, por la tarde lucha olímpica con el profesor José Alvarado y en la noche hago boxeo y muay thai en mi escuela para solar un poco. Claro que el último mes previo a una pelea bajo la carga y las últimas semanas ya solo practico desplazamientos para mantener mis reflejos.

–Muchos peleadores locales, sobre todo los más jóvenes, hablan de UFC como el objetivo a seguir, ¿te pasa lo mismo?
Para mí no es tanto así. Mi meta no es UFC, porque en este tipo de deportes están las lesiones. Una lesión puede truncar sus sueños y, ¿qué haces después? Te frustras y hasta puedes dejar el deporte. Aquí estoy para el tiempo de Dios, no para mi tiempo. Mi meta más bien es ayudar a los chicos a través de las MMA y convertir mi escuela en una ONG.

–Pero sí debe despertar una ilusión en ti estar ahí…
Dios conoce mi corazón. Él sabe que yo quiero llegar a UFC, pero yo no lo ando diciendo. Yo dejo que las cosas fluyan hasta que lleguen. Como te digo, Dios me ha dado una segunda oportunidad en las MMA.

En mayo pasado, Gavidia noqueó a Vicente Vargas con un ‘slam’. Así ganó el cinturón interino del FFC.

–Te caracterizas por un estilo poco común para pelear: contra Manuel Meza te pusiste las manos en la espalda al estilo Conor McGregor y en otras ocasiones he visto que incluso bailas en la jaula…
Sí, yo tengo un estilo creativo. Siempre trato de hacer mis cositas para que la gente se ría, se encienda. Yo no me considero solo un peleador, sino un artista marcial: cuando peleo trato de ganarme al público, divertirme, disfrutas. Soy un gran fan de Anderson Silva.

–Y esa actitud se refleja también en un ámbito más personal…
Me gusta mucho jugar con mi look, por eso es que me pinto el pelo de amarillo. Soy el único peleador peruano que utiliza shorts de color fucsia. Siempre me ha gustado resaltar. El que sí me ganó fue Michel ‘Demolidor’ cuando se trepó a la reja e hizo un salto mortal contra Christian [Estela]. Yo he practicado eso y espero que en esta pelea me pueda salir. Siempre se imita a los mejores.

Gavidia, de 26 años, relata que entrena de seis a siete horas al día, pero la intensidad baja conforme se acerca una pelea. (Foto: Alonso Chero/El Comercio)
Gavidia, de 26 años, relata que entrena de seis a siete horas al día, pero la intensidad baja conforme se acerca una pelea. (Foto: Alonso Chero/El Comercio)

–Eres un peleador grande para la categoría pluma (65,7 kg). Me parece que has peleado antes en 75 kg, después en 70 kg…
Corto peso desde 80 kg y en los últimos kilos ya tengo una gran carga de estrés. En esos momentos me gusta aislarme, estar solo, para botar toda esa tensión. También voy a la playa, porque pienso que la sal absorbe todas esas cargas negativas. Contra este brasileño hemos acordado que la pelea sea en 68 kg y ahora estoy ya en 70 kg [la entrevista fue el sábado].

–¿Tienes algún tipo de hábito o cábala previa a un combate?
Un día antes me hacen unos masajes. También le doy una ofrenda a Dios, puede ser un ayuno o una ofrenda que nazca de mi corazón. Al día de la pelea siempre llego cuando faltan dos o tres peleas antes de la mía, no me gusta ir temprano.

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