La gran figura de la selección de Senol Günes en la Copa del Mundo 2002 fue sin discusión Rüstü Recber. Esas grandes actuaciones llevaron al arquero al Barcelona. (Foto: REUTERS).
La gran figura de la selección de Senol Günes en la Copa del Mundo 2002 fue sin discusión Rüstü Recber. Esas grandes actuaciones llevaron al arquero al Barcelona. (Foto: REUTERS).
/ OSMAN ORSAL
Guillermo Oshiro Uchima

Entre bostezos y una lucha sin tregua por vencer al sueño, las madrugadas de junio del 2002 nos situaban en los futuristas estadios de Corea y Japón. Eran tiempos en los que todavía había que camuflarse en camisetas de otras selecciones para legitimar nuestra participación en el Mundial. Y en ese hurgar de nuevas simpatías para alentar a nuestro candidato, un arquero con ‘look’ de mosquetero y pómulos pintados con una franja negra despertaba curiosidad. Era Rüstü Recber (Antalya, 10 de mayo de 1973), custodio del arco de la entonces enigmática Turquía.

Confinado al rectángulo de 16,5 m x 40,3 m, la zona de emergencia de la cancha, este guerrero otomano defendía su territorio de las invasiones extranjeras con una valentía testificada en cada acción. En su pequeño imperio llamado área, había que ‘matarlo’ para marcarle un gol. Lo padeció incluso quien sería el mejor jugador y máximo goleador de la primera Copa del Mundo asiática: el ‘Fenómeno’ Ronaldo. “Lo intentamos de todas las formas. Había que vencerlo como sea. Por suerte se pudo”, comentó el delantero del gracioso flequillo que solo tras acrobática acción a escasos metros de la línea de fondo pudo derrotarlo. El otro tanto brasileño en la remontada 2-1 llegó mediante un penal ejecutado por Rivaldo. En total, el Scratch fusiló doce veces a Rüstü. En Uslan, el ‘1’, que salía ileso tras el bombardeo del ejército de Luiz Felipe Scolari, ya avisaba que su alma inquebrantable sería difícil de someter.

La enorme figura de Recber fue creciendo conforme avanzaba la Copa. Era el comandante del rocoso equipo de Senol Günes y junto a los atacantes Ilhan Mansiz, Hasan Sas y Hakan Sukur, y los volantes Ümit Davala, Emre Belozoglu y Yildiray Basturk fue generando un vínculo especial con los aficionados de todo el mundo. Empate a uno con Costa Rica, triunfo 3-0 sobre China, victoria 1-0 frente al anfitrión Japón en octavos y otra diferencia por la mínima ante Senegal en tiempo extra colocaron a la sorprendente Turquía en semifinales, en apenas su segunda participación mundialista. El común denominador en todos los juegos fue la espectacular actuación de su portero.

En la primera y única Copa del Mundo disputada en Asia, Rivaldo solo pudo vencer de penal a Recber en dos partidos. (Foto: AFP).
En la primera y única Copa del Mundo disputada en Asia, Rivaldo solo pudo vencer de penal a Recber en dos partidos. (Foto: AFP).
/ CHRISTOPHE SIMON

Con el Scratch otra vez enfrente y nuevamente con el ‘Fenómeno’ como rival, el guerrero turco sacó chapa de crack. Brasil necesitó ahora once disparos al arco otomano desde todos los ángulos y distancias para vencer solo una vez al pletórico Recber. Ni los misiles de Roberto Carlos ni las sutilezas de Rivaldo pudieron ponerlo de rodillas. Ronaldo debió recurrir a todo su ingenio para anotar con un puntillazo magistral. El tercer lugar, al superar a Corea, el otro anfitrión, no desmereció la gran campaña de los de Günes. El 3-2 fue el epitafio de la gran novela turca. Pero no de la carrera de Rüstü Recber.

Con 120 partidos como internacional, el mítico guardameta está asociado a los otros dos grandes logros del fútbol otomano: cuartos de final en la Eurocopa Holanda-Bélgica 2000 y semifinalista en Austria-Suiza 2008. Su mala temporada en el Barcelona (2002-03, cuando apenas se cuadró ocho veces en el arco) no empaña una carrera que lo llevó a triunfar en el Fenerbahce y Besiktas de su país, con cinco títulos ligueros y tres copas caseras.

Durante la Eurocopa 2008, en su último gran torneo con la selección de su país, Rüstü fue clave para llegar hasta semifinales. (Foto: AFP).
Durante la Eurocopa 2008, en su último gran torneo con la selección de su país, Rüstü fue clave para llegar hasta semifinales. (Foto: AFP).

El segundo mejor portero de Corea-Japón 2002, detrás del mediático alemán Oliver Kahn que fue vulnerado por Ronaldo dos veces en la gran final, se encuentra hoy en un hospital de Estambul. El guerrero turco libra su propia batalla contra el coronavirus con la misma fortaleza que defendió su pequeño imperio en la cancha. Las noticias que llegan desde su país no son buenas. Toca, entonces, hacer fuerza por quien emocionó nuestras madrugadas de junio del 2002 atajando hasta lo imposible.

EQUIPOTEMPORADAS
Antalyaspor1992-94
Fenerbahce1994-2003
Barcelona2003-04
Fernerbahce2004-07
Besiktas2007-12

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